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La huelga docente en Brasil avanza en los principales estados del país, principalmente en Río de Janeiro y San Pablo. Luego que la Justicia (29/01) hubiera suspendido el regreso a las clases presenciales en San Pablo, Y el presidente de la Corte de Justicia del estado, Geraldo Francisco Pinheiro Franco derogara la orden judicial, la docencia respondió decretando la huelga general desde el lunes 8, fecha del retorno a las aulas. Por su parte, en Río, el gobierno dictó la vuelta a clases para el 1 de marzo.
Ambas resoluciones fueron rechazadas por los gremios docentes de estos estados con una huelga que se ha definido “por la vida”. En el caso de Río, el apoyo a la huelga es aplastante, con el 89% de los afiliados a la Unión Estatal de Profesionales de la Educación de Río de Janeiro (Sepe-RJ) En un comunicado el Sepe-Rj señala: “La reapertura de las escuelas y el regreso a las actividades presenciales en medio de una pandemia, que en este momento tiene una segunda ola de pico de contagio y muertes, favorecerá aún más la circulación y el hacinamiento de personas, provocando un aumento en el nivel de contagios y muertes. La red municipal de Río es la red más grande de América Latina y un referente, su reapertura puede tener un efecto dominó en otras redes de educación (...)” (Idem).
Las autoridades han dejado bien en claro, sin embargo, su posición: “en caso de que la pandemia empeore, las escuelas deberían ser las últimas en cerrar y las primeras en abrir” (Ibidem).
En San Pablo, para la Corte, mantener las escuelas cerradas aumenta la deserción escolar. Que las condiciones en las escuelas no están dadas para respetar los protocolos aprobados, es lo que denuncia el presidente del Sindicato de Profesionales de la Educación en Educación Municipal de São Paulo (Sinpeem), Claudio Fonseca: “al analizar la situación de los niños en las escuelas, dice, “vemos que no hay forma de mantener la distancia física entre bebés y adultos. Aunque se reduzca, no hay forma de no tener contacto. Los profesores tienen contacto directo con los niños de 0 a 3 años y también de 4 a 5 años, tiene que haber mucho aire en las escuelas, pero lo que vemos son ventanas enterradas, pasillos estrechos.” (Portal Terra, 30/01). Los sindicatos señalan que la reapertura debe ser precedida por la vacunación masiva.