Las vidas obreras valen más que el cobre: denuncia y resistencia desde las entrañas de El Teniente

Escribe El Porteño

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Reproducimos a continuación el artículo publicado en el portal chileno www.elporteno.cl el 02/08, que contiene la declaración de Obreros Contratistas Anónimos de Codelco El Teniente del 01/08, donde se denuncia la situación de los mineros, a raíz del reciente derrumbe que costó la vida de un número aún indeterminado de trabajadores.

En un país que aún sostiene su economía sobre los hombros de los trabajadores mineros, la declaración pública de los obreros contratistas anónimos de la División El Teniente de Codelco, difundida el 1 de agosto de 2025, representa un grito de desesperación, pero también una forma de organización incipiente frente a la barbarie patronal.

La tragedia —con al menos un trabajador fallecido y cinco más presuntamente muertos tras un derrumbe— no es un accidente aislado. Los propios trabajadores lo denuncian con claridad: la muerte y la enfermedad forman parte del “riesgo laboral” aceptado por la empresa y normalizado por el Estado. En este sentido, lo que se describe es una política sistemática de precarización, tercerización y negligencia estructural, en beneficio de una lógica productiva centrada en la rentabilidad del cobre, sin importar el costo humano.

Entre la roca y el capital: precarización por contrato

La denuncia apunta directamente a la relación entre Codelco y las empresas contratistas, como Salfa Montajes y Gardilcic, responsables de gran parte de la fuerza de trabajo que mantiene en funcionamiento la división El Teniente. Esta estructura de subcontratación permite a la empresa estatal externalizar responsabilidades legales, sanitarias y sindicales. Así, mientras se alardea de responsabilidad corporativa, se mantienen a miles de trabajadores en regímenes de inseguridad laboral, mala ventilación, exposición a sílice, gases tóxicos y estallidos de roca.

Este modelo no es nuevo. Fue instaurado en la era postdictadura como parte del “milagro económico chileno”, que hizo del cobre un recurso estratégico al servicio del capital financiero global, manteniendo a la clase obrera minera bajo un régimen colonial de trabajo.

Sindicalismo de correa de transmisión

Uno de los aspectos más crudos de la declaración es la denuncia a los “sindicatos amarillos”, esos aparatos que, en lugar de proteger a los trabajadores, actúan como instrumentos de control y contención. Esta crítica —anónima, por temor a represalias— ilustra la crisis de representación sindical en sectores clave de la economía chilena. El sindicalismo de clase ha sido neutralizado mediante una combinación de cooptación institucional, atomización contractual y represión antisindical.

Frente a esto, la exigencia de libertad sindical y de organización desde abajo no solo es legítima, sino vital. En palabras de los propios obreros: “preferimos hablar, antes que seguir caminando sobre las huellas de nuestros compañeros caídos”.

Política de muerte en el corazón del Estado empresario

Codelco es, formalmente, una empresa del Estado chileno. Esto convierte al Estado en responsable directo de lo que ocurre en sus faenas. Sin embargo, la política estatal ha sido clara: proteger la producción, a cualquier costo. El silencio de los medios masivos, la falta de respuesta institucional y las promesas vacías frente a tragedias reiteradas confirman una política de impunidad estructural.

Lo que se vive en El Teniente es expresión de un modelo económico en que la vida del trabajador es un insumo descartable. La consigna final lo resume todo: “Nuestras vidas valen más que el cobre”. En esta frase, cargada de humanidad, se revela la necesidad urgente de reorganizar el trabajo y la producción, bajo control obrero y con la vida como prioridad.

Conclusión

Este documento no puede ser leído solo como una denuncia, sino como una intervención política obrera. Aunque anónima, constituye un acto de resistencia frente a la muerte sistemática. Su difusión, amplificación y organización posterior depende de todos quienes se reclaman parte del campo popular y revolucionario. Si hay algo claro, es que el cobre chileno sigue teñido de sangre obrera, y que cada nueva tragedia nos obliga a levantar la consigna: ¡nunca más un muerto por trabajar!

DECLARACIÓN DE LOS OBREROS CONTRATISTAS ANÓNIMOS DE EL TENIENTE

Declaración Pública: Basta de Exponer Nuestras Vidas en Codelco El Teniente

A la opinión pública, A los medios de comunicación, A nuestros compañeros y compañeras trabajadores/as de Chile:

Los obreros contratistas anónimos de la División El Teniente de Codelco, hoy nos vemos obligados a alzar la voz con profundo dolor e indignación ante una nueva tragedia que enluta a la minería chilena y, una vez más, pone de manifiesto la negligencia criminal con la que se administran nuestras vidas dentro de la faena.

El día jueves 31 de julio de 2025, ocurrió un grave incidente en El Teniente con resultado fatal. Se ha confirmado oficialmente el fallecimiento de un trabajador perteneciente a la empresa contratista Salfa Montajes. Además, cinco trabajadores de la empresa Gardilcic se encuentran atrapados, y según información extraoficial, habrían también fallecido.

Esta tragedia no es un hecho aislado, ni una casualidad. Es la consecuencia directa de condiciones laborales que venimos denunciando hace años, sin ser escuchados. Se privilegia la producción a toda costa, incluso cuando eso significa sacrificar vidas humanas.

En cuanto a las condiciones generales de salud y seguridad, es conocido y documentado el riesgo permanente al que estamos expuestos los trabajadores de la mina: la exposición continua al sílice y sus consecuencias irreversibles sobre nuestra salud pulmonar, las altas temperaturas en los frentes de trabajo, la insuficiente ventilación, los gases tóxicos emitidos por los explosivos, y el polvo y partículas en suspensión que quedan tras cada tronadura.

A esto se suman los riesgos de estallido de roca derivados de las perforaciones que se están realizando en los niveles productivos de Teniente 7, Diamante y en nuevos proyectos como el Nuevo Nivel Mina (NNM), donde se trabaja bajo presión constante y sin las medidas preventivas necesarias. Todos estos factores son parte de una realidad cotidiana que enfrentamos con temor, cansancio y frustración.

A la inoperancia de la administración de Codelco y sus empresas contratistas, se suma otro factor que agrava esta situación: la complicidad de sindicatos amarillos, funcionales a los intereses patronales. Estas organizaciones, que deberían fiscalizar y defender la vida y los derechos de los trabajadores, se han transformado en meros instrumentos de control interno, más preocupados de mantener sus privilegios que de proteger a quienes los eligieron. Guardan silencio ante los abusos, ocultan las denuncias y no cumplen su rol frente a los riesgos que nos afectan día a día.

Desde hace años venimos alzando la voz, y lo único que recibimos a cambio son silencios, inspecciones superficiales y amenazas contra quienes se atreven a denunciar. La administración de Codelco, en lugar de asumir su responsabilidad, normaliza la muerte y la enfermedad como parte del «riesgo laboral», mientras maquilla cifras y emite comunicados fríos, vacíos de humanidad.

Nos preguntamos: ¿Cuántas muertes más necesita Codelco para actuar con responsabilidad? ¿Cuántas familias más deben ser destruidas antes de que el Estado intervenga de forma efectiva? ¿Hasta cuándo nuestras vidas seguirán siendo el precio del cobre que otros disfrutan?

Exigimos:

1.⁠ ⁠Una investigación independiente e inmediata, con participación directa de los trabajadores, sobre el accidente ocurrido ayer.

2.⁠ ⁠Suspensión temporal de todas las faenas en zonas de alto riesgo hasta que se garantice la seguridad real.

3.⁠ ⁠Un plan de emergencia con mejoras urgentes en salud y seguridad, con presupuesto, plazos y responsables definidos.

4.⁠ ⁠Fin a las represalias contra quienes denuncian condiciones riesgosas.

5.⁠ ⁠Que los sindicatos cumplan su verdadero rol de defensa y fiscalización, y que los trabajadores puedan organizarse libremente sin coacción.

Esta declaración la firmamos como obreros contratistas anónimos, porque sabemos que al alzar la voz también arriesgamos nuestro trabajo. Pero preferimos hablar, antes que seguir caminando sobre las huellas de nuestros compañeros caídos.

¡Nuestras vidas valen más que el cobre!

Obreros Contratistas Anónimos de Codelco El Teniente

1 de agosto de 2025

Revista EDM