Porcentajes vs bolsillo: las triquiñuelas de Kicillof y la Cicop

Escriben Paula De Martino y Lucía Guevara

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El gobierno de Axel Kicillof y la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop) celebraron un pomposo acuerdo según el cual la paritaria 2020 cerró con un aumento del 44,6%, que se elevaría al 48% para el cargo inicial. Pablo Maciel, militante del PCR y flamante candidato a encabezar la Cicop en las próximas elecciones del 3, 4 y 5 marzo por la Lista 1+3 Unidad (PCR, Patria Grande, MST, IS y otros sectores kirchneristas e independientes), afirmó que “es un avance quedar por encima de la inflación”, a pesar de reconocer que “sigue siendo insuficiente un salario inicial de 55 mil pesos”.

Ocurre que, como venimos explicando en estas páginas (ver “Cicop firma, ‘disconforme’, la oferta inaceptable de Kicillof” del 13/12/20 https://politicaobrera.com/movimiento-obrero/3533-cicop-firma-disconforme-la-oferta-inaceptable-de-kicillof), los aumentos porcentuales a los que refiere el gobierno y la Cicop se realizan sobre los deprimidos salarios de 2019, tras largos años de deterioro. El básico, además, aumenta solo un 33,5%, claramente por debajo de la inflación 2020, y solo se llega a los porcentajes mencionados a través de bonos y sumas fijas, lo cual es un procedimiento anti-sindical.

Pasadas algunas semanas del acuerdo, los trabajadores de la salud bonaerenses comenzaron a sentir el malestar en sus bolsillos. Si se lee la letra chica del acuerdo Kicillof-Cicop, aparece que el monto real de estos aumentos “por encima de la inflación” implican, en realidad, 2 mil o 3 mil pesos más a la miseria que se venía cobrando. Un profesional de planta de un hospital de máxima complejidad, con la categoría más alta y 30 años de antigüedad cobrará, de bolsillo, $83.685. En tiempos de “hiper-esencialidad”, toda la carrera profesional de la salud bonaerense quedará por debajo del costo de la canasta familiar.

Para tratar de maquillar esta situación, que se agrava por el gigante sobre-esfuerzo del combate a la pandemia, Cicop anunció con bombos y platillos que el gobierno provincial aceptó su propuesta de otorgar doce días de licencia adicionales por Covid. Se trata de otra verdad a medias, si tenemos en cuenta que las licencias ordinarias siguen suspendidas por los decretos de la “emergencia sanitaria”. O sea, no son licencias “adicionales” sino las únicas que los trabajadores podrán tomarse, al menos por el momento.

En el caso de los residentes, por ejemplo, en años regulares tienen un mes de vacaciones, pero ahora solo pueden tomarse los doce días más la semana por estrés. La situación se torna gravísima para aquellos que finalizaron sus contratos en septiembre pasado, ya que el gobierno bonaerense se negó a liquidar en los sueldos los días de licencia que no pudieron tomarse por la disposición oficial. Es decir que no solo les suspenden o reducen las licencias, sino que incluso se las sustraen del contrato al no abonarlas como sueldo.

De la realidad descripta emerge un programa de reivindicaciones para la salud bonaerense, que coloque a los salarios iniciales al valor de la canasta familiar (100 mil pesos), habilite la incorporación masiva de personal para contrarrestar el desgaste por pandemia y devuelva a los trabajadores todos los derechos y licencias suspendidos por los decretos oficiales.

Las agrupaciones que conducen la Cicop afirman que este nuevo acuerdo es el resultado de “paros, movilizaciones y caravanas”, pero lo cierto es que el único paro del último período se realizó el 25 de noviembre, aislado, y no tuvo continuidad. No solo eso: cuando el Comité Provincial de Residentes (CPR) votó rechazar la oferta paritaria de Kicillof e ir a la huelga, la “combativa” conducción de la Cicop le dio lisa y llanamente la espalda.

Las necesidades de los trabajadores de la salud bonaerenses están sobre la mesa. Sobre la base de estos reclamos proponemos abrir un debate en todos los hospitales y centros de salud, conformando asambleas y coordinadoras que unifiquen a todos los sectores con disposición a salir a pelear. Es necesario pelear, desde abajo, por un nuevo rumbo para la Cicop, ya que la función del sindicato debe ser defender los derechos de los trabajadores y desarrollar su fuerza colectiva, en lugar de maquillar la realidad que otorgan los gobiernos.

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