Yolanda Vargas: crece la movilización popular por su libertad

Escribe Violeta Gil

Tiempo de lectura: 2 minutos

Luego de una semana de detención de Yolanda por orden de la fiscal Claudia Carreas, crece en todo el país el reclamo de su libertad.

Durante este miércoles, manifestaciones, concentraciones y actos públicos se desarrollaron desde Colonia Santa Rosa en las puertas de la Fiscalía hasta el Obelisco en Capital Federal. Junto a sus familiares, compañeros y vecinos, miles de trabajadores movilizados en todo el país, salieron a las calles a exigir la libertad de Yolanda. Del otro lado, está el régimen político y el estado, que se vale de todos sus instrumentos para condenar a una trabajadora, dividir a su familia y enfrentar a sus vecinos. Sáenz y Carreas toman nota de la enorme potencialidad de lucha y organización que despierta la batalla por la libertad de Yolanda.

Desde el momento en el que la fiscal Carreras ordenó su detención, hace una semana, en los hechos, aplicó una condena contra Yolanda. Mediante un comunicado público pérfido en el sitio oficial del Ministerio Público Fiscal, desarrolló la imputación contra la compañera y tuvo que recurrir a la falsificación y la mentira, para justificar la detención de una obrera que, como todas las trabajadoras, expone su propia vida en el campo como único sustento de su familia.

La imputación que Carreras aplica contra Yolanda es una maniobra encubridora para exculpar las responsabilidades directas del intendente de Colonia Santa Rosa, Guerra, y del gobernador Gustavo Sáenz. Tiene el propósito de encubrir a un régimen político responsable de la miseria social que padecen las familias de trabajadores en la provincia y en particular en Colonia Santa Rosa, en donde históricamente han favorecido el desarrollo de la frontera agrícola del mono cultivo de la caña al servicio de la Seabord CO., de la soja para los terratenientes exportadores, de la especulación inmobiliaria, a costa del desalojo de miles de familias productoras de hortalizas y cítricos, arrojándolos a la condena de la desocupación y el hacinamiento, sin acceso a la tierra, mucho menos a las viviendas populares.

Esto explica porque Yolanda se organiza en el Polo Obrero, en el Comedor Rayito de Luz, junto a cientos de trabajadores que día a día enfrentan el hambre en las barriadas.

Las Palmeras es un asentamiento en el que los vecinos de Yolanda viven en las mismas condiciones de hacinamiento y precariedad que ella, entre chapas, maderas y lonas. Este cuadro de barbarie es lo que Carreras pretenden encubrir cunado imputa a Yolanda.

Hay un claro responsable frente a esta situación, es el estado, no las trabajadoras, no sus familias, y esta es la comprensión que crece entre los trabajadores de Colonia y las barriadas en todo el país. Esta es la batalla que anida detrás de la causa de libertad para Yolanda.

Se presenta como una tarea de primer orden desarrollar, extender, y organizar la rebelión que ha desatado la causa de Yolanda Vargas. Cada día que pasa detenida se suman centenares de pronunciamientos y adhesiones de organizaciones políticas, sociales, de mujeres, sindicales de DDHH, personalidades que exigen y reclaman su libertad. Los mensajes han llegado incluso de organizaciones y corrientes políticas amigas de otros países.

El enorme impulso que está en desarrollo por la libertad de Yolanda, el apoyo incondicional a su familia, la conquista de los recursos que serán necesarios para enfrentar los gastos legales, en lo inmediato, son la expresión vivida de que es la propia clase obrera la única que puede abrir un curso de salida frente a la decadencia del este régimen social.

Para arrancar la libertad de Yolanda y quebrar todas las maniobras de encubrimiento, desatemos la mayor rebelión popular. El único responsable de la miseria social es el Estado.

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