La quiebra tardía de Cereal 3 Arroyos

Escribe Pablo Busch

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El pasado lunes, los trabajadores de la alimenticia Cereal 3 Arroyos del Parque Industrial de Pilar aprobaron reclamar la quiebra de la empresa. Esto después de idas y vueltas de más de un año, que le permitieron a los dueños acumular deudas, en particular con sus empleados.

Ha pasado más de un año desde que Fernando Sansuste, dueño de la compañía, desapareciera del mapa dejando una deuda salarial de varios meses. Los trabajadores mantuvieron el control de la planta, trabajando a fasón para distintos terceros, -todos ellos vinculados de una forma u otra a los Sansuste-, percibiendo un salario semanal de 2 o 3 mil pesos, siempre muy por debajo del convenio de la actividad.

El último empresario que se presentó con intenciones de hacerse cargo de la planta, acordó con el STIA una lista de despidos y se comprometió a pagarle a los otros el salario. Finalmente no cobraron ni los despedidos ni los que trabajaron. La quiebra que se pide ahora, en verdad lleva más de un año desangrando a los trabajadores.

Ni el Ministerio de Trabajo ni ningún estamento del gobierno han dado respuestas a la situación cada vez más angustiante de los trabajadores. De reunión en reunión, llevaron al desgaste a los trabajadores sin abrir un solo rumbo. Massa y Achával, del Frente de Todos se acercaron en la campaña, pero ahora que son gobierno las soluciones para los trabajadores no aparecen.

La representación de la fabrica, a cargo del STIA, ha tratado durante todo este tiempo de mantener la situación en el ámbito privado, para evitar que "se politice" la fábrica -lo opuesto a lo desarrollado por los trabajadores en la otra planta ubicada en la localidad de Tres Arroyos. Han aislado a los trabajadores de la solidaridad del Parque Industrial, donde hay larga tradición de luchas en común entre varias plantas, y los dejan desgastar entre la desmovilización y el anonimato.

La deuda de las indemnizaciones todavía no fue reclamada a la empresa - después de más de un año de la quiebra no declarada-. En otros conflictos similares, como el de Criave en Roque Pérez, el STIA no colocó a los trabajadores como acreedores prioritarios de la quiebra -simplemente por dejar pasar los meses que corresponden-, por lo que de declararse la quiebra se corre el riesgo serio de que ocurra lo mismo.

Por otra parte, la empresa declara en el Anses el pago de un salario inexistente, que le impide a los trabajadores acceder al Salario Familiar. Este fraude también se ha mantenido en silencio total. El mandato de la Comisión Interna está vencido hace tiempo, sin embargo la Secretaría de Organización del STIA tampoco convoca a elecciones de delegados. La quiebra es aún mayor que la de los Sansuste.

Los trabajadores de 3 Arroyos ingresarán a la quiebra con continuidad después de haber recorrido una extensa experiencia con la patronal, el Estado y el sindicato. La lucha por el cobro de la deuda no puede reemplazar a la lucha por los puestos de trabajo. Se requiere una dirección que no ceda a las extorsiones de los futuros dueños, ni del Estado ni del sindicato. Hay que emprender una lucha por el cobro de la deuda y por los puestos de trabajo y para eso es necesario convertir los reclamos de los trabajadores en una causa popular.

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