Milagro Sala, prenda de negociación

Escribe Iñaki Aldasoro

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El 15 de enero se cumplieron cuatro años de la detención de Milagro Sala. En Buenos Aires, diversas organizaciones afines organizaron un acampe para reclamar su libertad. En Jujuy no hubo ninguna acción similar.

Como lo hemos venido señalando desde que se inició este proceso, el gobierno de Morales buscó con esta detención de Sala sustituir una organización clientelar rival para cooptar para sí a un sector mayoritario de la Red de Organizaciones Sociales que supo liderar Sala, especialmente a la mayoría de los dirigentes subalternos.

Milagro Sala, inicialmente detenida por una protesta en Plaza Belgrano, vio extendida su condición de detenida sin sentencia por la interposición ininterrumpida de causas de la más diversa índole por parte del poder judicial de Morales. Como ya hemos dicho previamente, a Morales ha integrado al gobierno a todos los punteros de Sala, muchos de ellos juzgados y sentenciados junto a Milagro, pero beneficiados enseguida por su conversión “oficialista”.

Reveses

Morales viene de recibir varios reveses con el tema Sala. El primero fue la decisión de la Corte de otorgarle la prisión domiciliaria luego de dos años en el Penal de Mujeres, primero en su caserón de El Carmen y posteriormente en su casa del barrio Cuyaya. Más tarde, en junio de 2019, el gobierno, a través del Ministerio Publico de la Acusación intentó revocar la domiciliaria cuando el Tribunal Criminal N°1 dejó firme la condena por cuatro años por lesiones graves a un dirigente social en 2006, que se sumaba a la condena en primera instancia a 13 años en la causa “pibes Villeros” (Clarín 06/06/19).

Finalmente, este planteo no pudo avanzar en medio de una crisis política fenomenal de la justicia de los cuadernos de Centeno, los carpetazos y los espías. Luego de la asunción de Fernández y ante el rumor de la liberación de los “presos políticos”, la presidenta del STJ declaró a los medios: “no vamos a permitir que Milagro Sala quede libre” (somosjujuy 12/12/19), lo que provocó una crisis y el pedido de que presente la renuncia al cargo.

Alberto Fernández tenía comprometida una visita a Jujuy, a fines de enero, para visitar, entre otras cosas, el parque solar de Cauchari. Sin embargo la suspendió luego del anuncio del mencionado acampe en Paza de Mayo. Ni lerdo ni perezoso, al día siguiente del anuncio presidencial, el Superior Tribunal de Justicia de Jujuy ratificó la condena a Sala a 13 años, dejando el recurso extraordinario de apelar a Corte Suprema.

La abogada de Sala, Elizabeth Gómez Alcorta, acaba de asumir en el flamante ministerio de la Mujer, Nada menos que el ministro del interior, Wado de Pedro, salió a pedir la libertad de Milagro (Lapoliticaonline, 17/1). Contradiciendo en forma oblicua a su ministro, AF declaró que no había presos políticos en Argentina, sino “detenidos arbitrarios”.

Recalculando

En el primer mes de gobierno de FF, Morales ya ha tenido tres reuniones con funcionarios nacionales de primer orden, por diversos temas prioritarios de la gestión (situación financiera de la provincia, la deuda en dólares, el financiamiento de la construcción parque Solar, que debería haber estado vendiendo energía hace dos años). Con este escenario de fondo se ha abierto una negociación entre el gobierno nacional y provincial. Los senadores y diputados nacionales de Morales se han ido acomodando a las necesidades de los Fernández en el Congreso.

El caso Sala es una piedra caliente para el gobierno de Fernández. Carlos Pagni, de La Nación, informó de reuniones entre Morales, Massa y gente del gobierno vinculados a la Cámpora para tratar el tema de la detención de Sala.

Conclusión

Estamos frente a un operación de canje de apoyos recíprocos, que alcanza al tema de la detención de Sala. El destino final de Milagro Sala estará condicionado al resultado de esas negociaciones: recursos extraordinarios y promesas de gobernabilidad o acompañamiento de medidas “estratégicas”. Acá no hay ninguna defensa de derechos ni de principios.

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