Tucumán: el examen de ingreso a Medicina, doble atentado a la salud y la educación pública

Escribe Anahí Rodríguez

Tiempo de lectura: 2 minutos

Esta semana se llevó adelante el examen para el ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán, de manera presencial. Según las autoridades, estaban inscriptos para rendir 1.492 aspirantes en Tucumán, y alrededor de 1.000 estudiantes más entre las sedes de las provincias de Salta y Catamarca. El resultado fue un bochazo masivo a niveles nunca visto en la UNT.

Al examen presencial, en Tucumán, sólo se presentaron 995 estudiantes, que representan un 60% de los inscripto. La Facultad de Medicina no publicó las cifras exactas de cuántos son los estudiantes que lograron aprobar el ingreso. Mateo Martínez, el decano de la facultad, señaló en una entrevista televisiva: “El 39% superó la prueba de Comprensión de Texto; el 20% Biología; el 13% Física y apenas el 9% aprobó Química”, por lo que se podría interpretar que sólo el 20% de los aspirantes logró aprobar parcialmente, y tendrían el derecho a una recuperación. Según trascendió, solo 40 estudiantes lograron aprobar las cuatro materias. El nivel de bochazo supera al que se producían cuando en esta facultad aparte del examen de ingreso regía el sistema de cupo, que fue derogado en el 2019.

Un ataque a la salud

Un examen de éstas características expuso a centenares de jóvenes a futuros contagios, cuando no había necesidad de hacerlo de manera presencial. Este examen fue el primer paso para tratar de imponer el “retorno a la normalidad” y estuvo antecedido por un protocolo que sacó el Rectorado con el respaldo del Consejo de Educación provincial.

Además de no estar dadas las condiciones por la pandemia, cuando los docentes no están vacunados y en víspera a una segunda ola que será mucho más letal, este protocolo plantea, entre sus articulados, que los estudiantes deberán presentar una declaración jurada, dejando librado el problema de los contagios o futuras desgracias a una responsabilidad individual. A todo esto, se suman las pésimas condiciones de infraestructura con que cuenta la Universidad Nacional de Tucumán, donde no hay ni la mínima posibilidad de las ´aulas burbujas´ por el hacinamiento que desde hace años se vive, ni mucho menos las condiciones sanitarias, cuando ni baños en condiciones existen.

Esta decisión de sostener un examen de ingreso limitacionista en un periodo de pandemia es un gravísimo atentado a la salud publica, cuando en todo el sistema de salud se denuncia la carencia de personal para atender una situacion normal, muchísimo más ha quedado expuesto en una situacion de pandemia como la que se está atrevazando, lo que obliga a la extender la jornada del personal existente, a agotar sus energías. Estas necesidades, parcialmente, las están llenando las universidades privadas (UNSTA, Universidad de San Pablo T) las cuales, a caballo de las restricciones para ingresar en la carrera de medicina de la UNT, han abierto carreras en sus universidades sin restricciones académicas, salvo la altísima cuota con la cual lucran con las necesidades educativas.

A raíz de todos estos hechos estudiantes y padres comenzaron a organizarse para enfrentar estas medidas restrictivas. Desde la ADIUNT, el sindicato de docentes universitarios, nos hemos manifestado en contra del examen de ingreso que pone en riesgo la salud de jóvenes y docentes, pero también atenta contra la educación pública y la salud publica en general.

Es necesario: la inmediata eliminación del filtro reaccionario; ingreso irrestricto; aumento del presupuesto para recursos y designación de docentes. Recursos para garantizar la educación virtual. En pandemia y sin vacunas no hay condiciones posibles para la presencialidad salvo para prácticas medicas imprescindibles que deben ser planificada por los docentes y estudiantes.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera