Plenario Multicolor de SUTEBA: porqué votaremos contra la presencialidad

Escribe Mariano Hermida

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La docencia de la provincia de Buenos Aires se encuentra convulsionada. El pasado 17 de febrero, el gobierno de Kicillof comenzó a convocar a los trabajadores de la educación a realizar tareas presenciales en las escuelas para cumplir con el período de “Intensificación de la enseñanza”, un espacio pensado para aquellos estudiantes que debían recuperar contenidos del ciclo 2020. Y se destapó la caldera.

A través de reuniones, asambleas por Zoom y grupos de WhatsApp, estalló la indignación de la docencia que sabe mejor que nadie no existe ninguna condición “segura” para retornar a las escuelas. En aquellos distritos y escuelas con un mayor grado de organización y con predominio de delegados combativos, la docencia hizo retroceder la decisión gubernamental, y por estos días continuará con sus tareas de manera virtual. También hubo sectores importantes de directivos que se negaron a autorizar la apertura de escuelas por no cumplir con las mínimas condiciones que establece el Plan Jurisdiccional. Sin embargo, allí donde el nivel de organización es menor y hay mayor influencia de la lista Celeste, que conduce el SUTEBA Provincial, la docencia retornó en un cuadro de bronca y temor a los contagios. Las clases (con niños a cargo) tienen fecha de inicio el 1 de marzo para el nivel primario. La siguiente semana, lo hará el nivel secundario.

Por su parte, Baradel ha salido en los medios -sin el mandato de ningún docente- a señalar que está “garantizado” el inicio del ciclo lectivo 2021. "Queremos que la vuelta a la presencialidad en el marco de una pandemia no implique que se propague el virus. Planteamos que se cumplan los protocolos para proteger a los chicos y a los docentes” (Grupo La Provincia, 19/2). El secretario general de SUTEBA pretende que los docentes convivan con el virus, pero quiere que no “se propaguen” los contagios. Imposible. Justamente lo que va a implicar la “propagación” del virus será el traslado de miles de docentes y estudiantes por las escuelas. Ningún protocolo inmuniza frente al virus – solamente las dos dosis de la vacuna. Pero incluso los puntos de los “protocolos”, como lo sabe cualquier docente, no pueden ser cumplidos en lo más elemental, ya que deben ser aplicados en escuelas sin las condiciones edilicias mínimas, falta de personal docente y auxiliar y de elementos básicos de seguridad e higiene, entre otros. En Capital Federal, en sólo pocos días, más de sesenta docentes se contagiaron en escuelas con “protocolos” y “seguras”. Si no queremos que se “propague” el virus, hay que rechazar la presencialidad pandémica.

El próximo jueves 25 de febrero se realizará un plenario provincial de delegados que convoca la lista Multicolor. La posición mayoritaria de las agrupaciones que la componen no es rechazar la presencialidad; por el contrario, es apoyarla fuertemente. Advierte que no concurrir a clase sería denunciado por lo que llaman “opinión pública” como “vagancia”. El último comunicado público que emitieron se titula “La controversia sigue siendo… presencialidad… ¿Con o sin condiciones?” (17/2), una forma retórica de apoyo a una presencialidad condicionada. Enumeran una serie de reclamos para “cumplir con lo necesario para respetar los protocolos publicados”, o sea los que elaboró el propio gobierno. Es lo mismo que acaba de declarar Baradel. Aceptar la presencialidad con los protocolos oficiales, sin embargo implicaría exponer a los trabajadores de la educación a los contagios y las muertes. Los protocolos no inmunizan. Para el retorno seguro a las clases presenciales es necesaria, por el contrario, la vacunación de docentes y auxiliares. La cuestión de la presencialidad escolar ha sido colocada en el primer lugar de la agenda de todos los gobiernos del planeta, que la caracterizan como un paso insustituible de la “nueva normalidad”. Esta “normalidad” de nuevo tipo consiste en regularizar la acumulación de capital en medio de contagios y muertes. Con numerosas vacunas en circulación, el apresuramiento obedece también a la crisis de vacunación que se atraviesa en todos lados.

En nuestra experiencia cotidiana observamos que existe una tendencia en la docencia a rechazar la presencialidad y a ir a medidas de fuerza para que sea derogada, como quedó en evidencia, asimismo, en reuniones de delegados y asambleas masivas en las seccionales combativas, y en varias provincias. El “no inicio” por 48 horas (para los días 1 y 2 de marzo) es una medida confusionista tanto para los maestros como para las agrupaciones que la esgrimen. Preguntamos, también retóricamente, ¿huelga de 48 horas para enseguida tirar la toalla, o acción de advertencia de que no habrá clases hasta que todos estemos vacunados?

En lo que respecta a Tribuna Docente (Tendencia), saldremos a militar fuertemente el no inicio de ciclo lectivo en función de la política de hacer retroceder al gobierno con la presencialidad escolar. Es la única manera que tienen los trabajadores de la educación de protegerse a ellos mismos y al conjunto de la comunidad educativa de los contagios. Votaremos este planteo en todos los casos en que hayamos recibido el mandato que hemos pedido para votar por la no presencialidad hasta la vacunación total.

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