Las huelgas de Siderar, Arrebeef, y la Conferencia Sindical que convoca la Tendencia

Escribe Pablo Busch

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Dos grandes huelgas fabriles sacuden el escenario del movimiento obrero en las últimas semanas. Se trata de las huelgas de los metalúrgicos de Siderar Canning en la zona sur del Gran Buenos Aires, y la de los obreros del histórico frigorífico ArreBeef en la localidad de Pérez Millán, aledaña a Ramallo. Estas dos grandes luchas obreras, y la lucha de los docentes contra la presencialidad educativa, son el marco en el cual se desenvolverá el debate de la Conferencia Sindical del Partido Obrero el próximo 20 de marzo. Hace pocas horas tuvo lugar una enérgica interrupción de tareas en la línea B del subte, en defensa de la seguridad sanitaria de los trabajadores.

Huelga en Siderar

Los trabajadores de Siderar exigen el reconocimiento de los aumentos paritarios de la UOM. La patronal, perteneciente al grupo Techint, pone como excusa la pandemia para no pagarlos. La medida de fuerza se inició en una asamblea a principios de febrero y desconoció la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la provincia. La empresa, sin ofrecer ninguna solución a los reclamos, redobló la apuesta despidiendo a 35 compañeros. En una asamblea dividida, los trabajadores habían votado acatar la conciliación para que vuelvan los despedidos.

La UOM restó todo apoyo a la lucha con el argumento de que "rompieron la conciliación obligatoria". No ha movilizado al sindicato en apoyo a la huelga, ni convocó al cuerpo de delegados. Vencidos los plazos, el Ministerio intentó prorrogar la conciliación, lo que fue rechazado por la asamblea.

Los obreros metalúrgicos enfrentan ahora la amenaza de la Justicia y la Policía de reprimir la huelga y el bloqueo de la planta.

Rebelión obrera en Arrebeef

En la localidad de Pérez Millán, Los obreros del frigorífico ArreBeef reclamaron a principios de febrero, en una asamblea autoconvocada, la revocatoria del Directivo que representa en la fábrica al Sindicato de la Carne de Fantini. Semanas después, los obreros iniciaron medidas de fuerza en reclamo de aumento salarial. Ante la falta de respuesta de parte de la empresa, los obreros ocuparon la fábrica, llamando a la población de la localidad a apoyar la huelga.

Tanto el Sindicato de la carne de la zona, encabezado por Luis Pérez,el directivo a quien se reclama la renuncia, como la Federación dirigida por Fantini, han tomado partido en el conflicto por la empresa. La patronal pidió la conciliación obligatoria en el Ministerio, pero fue rechazada por los trabajadores, que continúan en la planta. Como respuesta a los reclamos obreros, la empresa -una de las principales exportadoras del país- anunció a través de distintos medios el cierre inminente de la planta, aunque no logró intimidar el espíritu huelguistico de los trabajadores.

El marco de la Conferencia Sindical

Aunque los separan varios cientos de kilómetros y el encuadramiento en distintos sindicatos, ambos conflictos tienen varios puntos en común, y palpitan, por sobre todo, una situación de conjunto de la clase.

Se trata de luchas prolongadas. En ambos conflictos, las patronales respondieron con despidos; 35 en la planta de Siderar y la amenaza de cierre del frigorífico. En ninguno de los casos los ataques de las empresas han doblegado el espíritu de lucha de los trabajadores. En ambos conflictos las asambleas han votado huelgas con independencia de las directivas del sindicato y han enfrentado una de las principales armas de estatización de las organizacones obreras – la conciliación obligatoria. Los obreros de Siderar Canning y de ArreBeef comprendieron que el acatamiento de la conciliación perjudicaba las posibilidades de victoria de la huelga.

La Conferencia Sindical que organiza el Partido Obrero Tendencia para el 20 de marzo, será la oportunidad para debatir en profundidad el proceso de nuestra clase, en el marco de un derrumbe económico y de una crisis humanitaria. A partir de ahi arribar a las conclusiones políticas. La lucha para que los costos de la pandemia sean asumidos por las patronales y no por los obreros; la necesidad de movilizar al conjunto de la clase por un aumento salarial general de arriba del 50 por ciento; la vinculación directa entre las reivindicaciones más inmediatas de cada fábrica y la necesidad de recuperar los sindicatos y crear renovadas formas de organización. Sobre todas las cosas, propondremos, en la Conferencia, una campaña nacional por el triunfo de ambas huelgas.

Debemos iniciar, asimismo, un gran debate político. La nueva sujeción al FMI que se encuentra en marcha desde la renegociación de la deuda, tiene el único resultado de agravar el despojo jubilatoria y salarial, e incluso la supresión del derecho previsional y laboral. Se trata de una estrategia de unidad nacional que transita por el Consejo Económico y Social y que reclama el voto masivo del Congreso. Cualquier lucha reivindicativa choca con el estado y el gobierno, y cobra un carácter político. El más poderoso elemento de la lucha, nos referimos a la huelga general, implica la disputa política por el destino del país.

La Conferencia impulsará el debate político en el movimiento obrero, lo que quiere decir su intervención política y la forma organizada que debe adquirir. Esto es más apremiante que nunca cuando todos los debates en los círculos patronales y en los medios ponen de manifiesto la preocupación por un rechazo creciente de las masas a los dos bloques patronales de la “grieta”.

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