Los trabajadores de Siderar Canning, en alerta por el cumplimiento de los reclamos acordados

Escribe Fabián Cañete

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El lunes 8 la asamblea de trabajadores decidió levantar el paro de actividades que venía desarrollando desde hace un mes, a pesar de las ´conciliaciones obligatorias´ determinadas por el ministerio de Trabajo de Kicillof y luego directamente por el Ministerio de Trabajo de Nación.

La huelga fue lanzada a principios de febrero cuando la patronal liquidó la quincena sin el aumento acordado en paritarias, y sin reconocer el encuadramiento en la rama 17 de metalúrgicos. El objetivo, en este último caso, es acogerse a la rama 21 de siderúrgicos que, según los compañeros, establece una retribución menor e incluye cláusulas de polifuncionalidad.

A estos se sumaron una serie de reclamos, como el pago de bonos por trabajar en la ´cuarentena estricta´, y el pago al 100 % extra de lo trabajado los sábados desde las 14 hs y los domingos. A una parte importante de los trabajadores se les paga como horas simples. Se trata de los que pertenecen a la 4ta escuadra, que trabajan 6x2 días en el denominado sistema americano.

Frente a la inercia de la conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Trabajo provincial de Kicillof, una asamblea resolvió por abrumadora mayoría reanudar la huelga por tiempo indefinido. La Uom no apoyó la lucha sino "respetar la conciliación". Por otro lado la patronal inició una serie de despidos, que llegaron a 35 a lo largo del conflicto. Desde ese momento comenzó a cobrar vida el acampe permanente frente a la planta, con olla popular y batucada permanente, festivales; por donde desfilaron los obreros con sus familias. Al acampe fue llegando la solidaridad de decenas de organizaciones de fábricas, como la metalúrgica en lucha Gri Calviño, agrupaciones y sindicatos clasistas como el Sutna, Tribuna Docente Tendencia, Polo Obrero (T), organizaciones sociales y partidos de izquierda.

Pasadas dos semanas de paro total intervino directamente el Ministerio de Trabajo de Nación, decretando otra conciliación obligatoria, que una asamblea de fábrica muy dividida votó acatar. Un fiscal y el comisario se apersonaron en la planta para amedrentar a los trabajadores con amenazas de inicio de causas si no dejaban sacar los camiones con la producción previa. Ante la falta de respuesta de la patronal, una nueva asamblea votó retomar la huelga. Ante ello, el sindicato largó un comunicado donde exponía que la patronal aceptaba la mayoría de los reclamos, al mismo tiempo que un texto de la ´Juventud Sindical´ se adjudicaba lo logrado en “las negociaciones”, desconociendo la lucha.

La patronal acepta el 90 % de los reclamos: o sea, retrotraer los 35 despidos, seguir pagando la rama 17 metalúrgica, bonos por covid, y otros, dejando afuera el reclamo de un sector de la planta que pertenece a la 4ta escuadra (no se les abona sábado y domingo al 100 % extra) . Otro punto clave que no incluyó es el pago de los días caídos, algo fundamental para disuadir futuras huelgas y luchas, lo que fue aprobado con entusiasmo por la UOM.

Por otro lado este conflicto de Siderar demuestra el carácter explosivo que tienen el retraso del salario y las pésimas condiciones de trabajo. Los acuerdos paritarios de los últimos años no compensan lo perdido por la inflación, mientras por otro lado crecen los pagos no remunerativos, la tercerización y la precarización, en ésta y otras plantas metalúrgicas del grupo y de otras empresas.

Se ha visto en esta larga huelga la aparición de nuevos contingentes de aguerridos luchadores, muchos de ellos jóvenes que hacen sus primeras armas en la organización por los reclamos obreros.

El sector que motorizó esta huelga plantea que hay esperar a ver que se concrete lo acordado.

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