Se fracturó el gobierno en Tucumán

Escribe Daniel Blanco

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Un hecho intrascendente, la elección del Defensor del Pueblo por la Legislatura, se transformó en el detonante de la mayor crisis política desde que Manzur asumió la gobernación en 2015.

El vicegobernador y a la vez presidente de la legislatura, Jaldo, desoyó el planteo de Manzur de mantener en su cargo al actual titular en esa repartición, Juri Debo, un aliado. Jaldo presentó para la elección una terna conformada por seguidores suyos. A los veintidós legisladores que se declaran jaldistas sumó los dos votos del bloque alperovichista, los dos de la UCR y otros dos de Fuerza Republicana que contrariaron el mandato de no presentarse a la sesión. Con 26 votos designó a un jaldista como titular de la Defensoría del Pueblo. La escisión determinó que los once legisladores de Manzur decidieran formar un bloque aparte. Esto los deja en minoría en el recinto en comisiones claves. En represalia, se produjo una limpieza de funcionarios del gabinete y reparticiones nacionales y de la provincia vinculados a Jaldo. Desde el jaldismo avisaron que se viene una limpieza de manzuristas en la Legislatura. Manzur avisó que de aquí en más solo financiaría intendencias y comunas adictas.

Lo que hace interesante a esta crisis es que Alberto Fernández ha nominado a Manzur como próximo Vicepresidente del PJ nacional. Manzur integra el ‘lobby’ de la salud con el ex ministro González García y la patronal del laboratorio Sigman, atado a un contrato con AstraZeneca. De acuerdo a los mentideros, ese ‘lobby’ no goza del favor de Cristina Kirchner. La reforma de la Constitución, para habilitar la reelección de Manzur, ha quedado colgada de un pincel. Jaldo advirtió que armará lista propia para las elecciones de este año – confrontando en las Paso, si ello fuera necesario.

La fractura del oficialismo gobernante ha tenido su onda expansiva en las otras fuerzas. Ricardo Bussi informó que los dos legisladores que votaron con Jaldo fueron expulsados de Fuerza Repubicana. La bancada de la UCR se fracturó. El sector que gobierna municipios como Yerba Buena o Concepción impulsa una alianza con el bussismo. Jaldo tuvo el apoyo del bloque de Alperovich, que cuenta con el apoyo de la Cámpora.

Esta descripción desnuda otra crisis más en el gobierno nacional. Se suma a la renuncia de Losardo y la represión de Insfrán. Es otro resquebrajamiento en la arquitectura de la coalición oficialista. El FdT deberá decidir si le conviene desdoblar las elecciones, para proteger a la elección nacional de la provincial- condicionado todo, a su vez, a una suspensión de las Paso.

La crisis que se desarrolla por todos los poros del régimen político (en el binomio presidencial, el poder judicial, el Congreso, los gobiernos de provincia), reclama el reforzamiento de la agitación política en favor de un gobierno de trabajadores.

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