Apareció Maia

Escribe Olga Cristóbal

Tiempo de lectura: 3 minutos

Maia Beloso está con vida. Se la debe, íntegramente, a su familia y a las mujeres y hombres de las barriadas que desde el mismo momento de su desaparición cortaron Avenida Dellepiane y Mozart, en Cildáñez, para exigir que le tomaran la denuncia a su mamá, Stella. A pesar de los aprietes policiales, el corte no se levantó nunca hasta que apareció la nena.

La policía dijo que tenían que pasar 24 horas para registrar el secuestro. La fiscal torturó a la madre preguntándole si acaso había vendido a su hija. La bonaerense dejó ir en unas horas al primo del captor, Carlos Savanz, aunque está involucrado en una causa de trata. La jueza tardó tres días en librar una orden de captura contra Savanz.

Todos los dispositivos del Estado en función de amparar al que se llevó a la criatura, ¿cómo se explica?

La policía y muchos medios trataron de reducir el secuestro de Maia a la perversión de un individuo -“un paidófilo”- cuando muchos indicios señalaban que probablemente -paidófilo o no- el objetivo del secuestro era entregar la nena.

Son los antecedentes del primo, que vive en la zona a donde se dirigió Savans con la criatura. Son los antecedentes de la zona oeste de la Ciudad, donde durante 2018 y 2019 desaparecieron varias alumnas, rescatadas por la movilización de sus familias y los docentes. En ese momento, apuntaron contra los prostíbulos de la zona de Liniers.

Ante la desaparición de Maia, nuevamente las vecinas señalaron que en las villas la policía deja zona liberada para los secuestros y la captación: las chicas para la explotación sexual y los prostíbulos, los chicos como soldaditos de los narcos.

Los nexos entre la Policía, los punteros y las mafias de la droga, de la prostitución y de la trata son más que conocidos. La guita negra de narcos y proxeneta engrosa las arcas de las fuerzas de seguridad y el poder político. ¿Un millar de policía tardó tres días en hallar a un tipo que solo contaba con una bicicleta para escaparse con una nena? QuÉ negociaron y que borraron en el mientras tanto no se sabe.

La puesta en escena de los drones, los perros y la milica arropando a la nena no ocultará que fue el corte de la familia, los vecinos, los docentes lo que los obligó a actuar. Les dejó en claro a todas las esferas del Estado que no se iba a tolerar que la niña no volviera sana y salva. Finalmente, la encontró una mujer que acaba de llevar a su nena al jardín de infantes.

La indignación ante la pasividad de la policía enervó a las barriadas de la Ciudad de Buenos Aires, y el mismo lunes a la noche ya hubo movilizaciones y cortes en las Villas 15, 31 y 21-24 que se multiplicaron a otras barriadas. Ademys, trabajadoras de la sanidad y del Moyano se manifestaron en el mismo sentido.

El miércoles a la noche estaban cortados todos los accesos a la Ciudad, hubo cortes en La Plata y en el Gran Buenos Aires, en la Villa 31 la marcha nucleó miles de personas. El Polo Obrero en la Tendencia estuvo promoviendo cada uno de esos cortes y marchas. Con los métodos piqueteros, los métodos de la clase obrera, hombres y mujeres, viejos y adolescentes, se unieron en un grito de guerra: el Estado es responsable.

Y el Estado es responsable, también de que la nena, sus hermanos, su mamá, vivan en una carpa de telas y plástico, a la intemperie, en Villa Lugano. Que no vaya a la escuela porque está indocumentada. Que acompañe a su mamá a cartonear cuando debería estar durmiendo en una cama.

Sin un gramo de confianza en el gobierno ni en las instituciones del Estado, la organización de las barriadas rescató a una de sus hijas.

¡Avancemos en ese camino!

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