Estados Unidos: Biden falsifica datos científicos para reabrir escuelas

Escribe Emiliano Monge

Tiempo de lectura: 4 minutos

Biden impulsa la reapertura de escuelas en todo EEUU avocado en reabrir la economía luego de hacer pasar un plan de 1.9 billones de dólares, el más alto de la historia de Norteamérica. Muchos gobernadores y funcionarios republicanos también exigen estas medidas, incluido el ex presidente Trump.

En los EEUU, la administración de Biden está alentando la apertura rápida de escuelas, a pesar de los altos niveles de transmisión comunitaria. Los docentes y personal educativo denuncian que la reapertura prematura -sin vacunas- va a desencadenar más contagios. En los últimos días, cada vez más estados se han movido para exigir la presencialidad.

Biden justifica la reapertura escolar según información científica desactualizada y “manipulada”. Una publicación advierte que “Biden prometió repetidamente ´seguir a la ciencia´ en el desarrollo de políticas de Covid. Pero como se ha convertido en la norma en la medicina estadounidense, la ciencia, en cambio, se ha distorsionado en aras de las ganancias y la conveniencia política” (nakedcapitalism, 20/3).

Los niños que asisten a las escuelas tienen más posibilidades de introducir el Covid-19 en las comunidades, y en los hogares, que los adultos. Las afirmaciones de que los maestros no enfrentan riesgos graves son simplemente falsas. Según varios estudios, los riesgos de infección resultaron ser dos veces mayores para los profesores de clases presenciales en comparación con los que impartían clases virtuales en línea en Suecia (ídem).

Por otro lado, el CDC (Centro para el Control de Enfermedades) informó que la nueva recomendación de distanciamiento sería de un metro y no de dos metros. Esto fue utilizado por autoridades educativas de muchos países (como por Acuña y Trotta en Argentina) para justificar poner decenas de chicos en espacios reducidos, propiciando mayores contagios. Sobre todo cuando se propagan nuevas variantes de COVID-19 que son más contagiosas y peligrosas.

Un análisis detallado del "documento de 1 metro" que citó el CDC muestra que está plagado de errores en el protocolo, y lo más importante es que nuevamente se basa en datos de portadores principalmente sintomáticos; que combina incorrectamente la susceptibilidad infecciosa con las tasas de contacto; y se basa en una metodología de muestreo defectuosa. “el riesgo de infección entre los distritos con orientación a una distancia superior a 6 pies (2 metros) podría variar de la mitad de aquellos con orientación a una distancia superior a 3 pies (1 metro) por hasta 1,3 veces más” (ídem).

“Simplemente pretender que las escuelas pueden implementar medidas y que todo saldrá bien es el tipo de ilusión que garantiza producir problemas en el futuro, al igual que nuestra capacidad de pruebas insuficientes y nuestra falta de voluntad para hacer cumplir las cuarentenas y el uso de máscaras faciales. Como resultado, ¿cuánta suerte cree que tendrán las escuelas y los maestros para lograr que los niños usen las máscaras correctamente (en particular, que no se las quiten si comienzan a toser y se las mantendrán sobre la nariz)” (ídem).

Los especialistas desafiaron “casi de inmediato las recomendaciones de los CDC sobre las escuelas por ignorar la evidencia sobre la transmisión basada en aerosoles. También encontraron evidencia de que se basaron en un informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina que criticaba la cuestión de la “calidad del aire interior de las escuelas” porque abordarla podría significar gastar dinero. En otras palabras, se negaron a considerar el problema en absoluto, incluso las mitigaciones de bajo costo”.

Menos controles y subregistro estadístico

Los jóvenes son menos propensos a tener síntomas, pero no por ello dejan de ser contagiosos. Al no presentar síntomas y al haber pocos testeos, la mayoría de los casos pasan desapercibidos, muchos de ellos que contagian en sus hogares o en el transporte público:

“La presentación de los síntomas del coronavirus está altamente correlacionada con la edad, por lo tanto, cuanto más joven es el estudiante, es menos probable que muestre síntomas o exhiba lo que se consideran síntomas “típicos” de COVID-19. Los estudiantes más jóvenes, por lo tanto, tenían muchas menos probabilidades de ser evaluados. Por lo que continuaron participando en la comunidad escolar a pesar de que propagaban la enfermedad e incluso habiendo sufrido síntomas y efectos secundarios a largo plazo sin un diagnóstico de COVID-19, fueron falsamente atribuidos a otras enfermedades. Como resultado, los estudios comúnmente citados como apoyo a la reapertura de escuelas son profundamente defectuosos; se basan en haber examinado solo a los estudiantes que mostraron síntomas, en lugar de aplicar pruebas de detección amplias, ya sea universalmente o con muestras aleatorias verdaderas capaces de detectar los contagiados asintomáticos e infectados que de otro modo serían indetectables” (ídem).

Entre el 12% y el 15% de los niños de escuela primaria y secundaria tenían uno o más síntomas persistentes 5 semanas después de la infección.

El contagio de los jóvenes quedó evidenciado en el Reino Unido, en la Oficina de Estadísticas Nacionales de Infecciones y Encuestas de Hogares y los Estudios REACT-1, que tomaron muestras al azar de un gran número de hogares independientemente de los síntomas, y los resultados muestran que la escolarización en persona se asocia con un riesgo mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente. ] El estudio también encontró un riesgo de infección aproximadamente 40% mayor en Inglaterra en aquellos en ocupaciones de enseñanza en comparación a aquellos en ocupaciones no docentes, incluso cuando las escuelas solo estaban abiertas parcialmente (estudio REACT-1).

En EEUU “Un estudio reciente publicado por el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Mississippi confirmó estos hallazgos; mostró que la notificación de casos de infección en niños subestimó la infección entre 14 y 68 veces entre mayo y septiembre de 2020 en comparación con las encuestas serológicas” (“Seroprevalencia estimada de SARS-CoV-2 entre personas menores de 18 años - Mississippi, mayo a septiembre de 2020”, CDC Morbidity y Informe Semanal de Mortalidad).

“El aumento de la prevalencia de la infección entre los grupos de edad escolar precedió al aumento de la infección en otros grupos de edad. Esto tiene una implicación vital; Los nuevos estudios sugieren que las infecciones entre los niños en la escuela no solo reflejan las tasas de infección en la comunidad. Más bien, impulsan el aumento de la infección dentro de la comunidad a través de la propagación de las escuelas a los hogares y de allí a la comunidad en general”.

La propagación de variantes nuevas, surgiendo en muchas partes del mundo, muestra que los casos variantes continuaron aumentando con un R = 1.45 (en comparación con un R de solo 0.9 para las variantes que no son B.1.1.7). R (tasa de contagios) solo cayó por debajo de 1, un nivel crítico para controlar la tasa de infección, luego del cierre completo de escuelas. La presencialidad sin vacunas es un crimen contra la clase obrera.

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