Escribe Fernanda Fornillo
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No cabe dudas que la Argentina entró, al igual que toda Latinoamérica, en la segunda ola de Covid que promete ser más dura que en 2020. El plan de vacunación del gobierno está en una completa crisis, y esto fue reconocido por el propio Presidente, quien planteó que se va a diferir la aplicación de la segunda dosis para poder vacunar con la primera a un incierto porcentaje de la población argentina. Este es el cuadro en el que todos los gobiernos, de ambos lados de la “grieta”, promueven, con la invaluable colaboración de la burocracia sindical docente, la política criminal de abrir los establecimientos educativos porque “tenemos que aprender a convivir con el Covid”.
El saldo provisorio de esta política es de diez docentes muertos en todo el país. En la provincia de Buenos Aires contabilizamos tres compañeros fallecidos y decenas de contagiados.
Según la Secretaria General del Suteba Merlo, Sandra González, en el distrito se vacunaron el 20% de los docentes con la primera dosis y 8% con la segunda. Pero la aplicación de ésta se extenderá más allá del tiempo indicado por los fabricantes de las vacunas, de acuerdo a los anuncios de la ministra Vizzotti. O sea, no está previsto inmunizar contra el Covid a la totalidad del personal docente.
En este contexto, el gobierno Kicillof ha decidido, de manera unilateral e indiscriminada, abrir todas las escuelas para volver a la “presencialidad” ante el silencio cómplice de la burocracia del FUDB. No importa si los colegios están en obra, no tienen agua, gas, o espacio adecuado. Para imponer la “presencialidad”, el gobierno se valió de todas las armas a su disposición: resoluciones ministeriales que modifican “El Plan Jurisdiccional” a su arbitrio y los conocidos aprietes de Inspectores y punteros.
En el caso de Merlo, muchas escuelas permanecen cerradas desde marzo y tienen continuidad pedagógica virtual porque los docentes se plantaron contra la “presencialidad”. Es el caso de la Secundaria 19, 17, 54 y 43 donde los docentes reclamaron obras de diversa índole.
En la EES 19, por ejemplo, la burocracia de la DGCYE no cubrirá los cargos vacantes, sea por creación de cursos o por licencias ordinarias, porque “la escuela trabaja en forma virtual”. Este apriete mereció el repudio generalizado de la comunidad educativa y el lanzamiento de un petitorio exigiendo la cobertura de las vacantes y actos públicos inmediatamente.
Un caso emblemático es el de la EES 43, que fue incendiada en febrero del 2020, aún está a la espera de soluciones y respuestas. Pero después de trece meses de ocurrido el hecho, el Estado, lejos de aportar soluciones a las demandas de la comunidad, solo tiene una respuesta -'que se abra la escuela’- en las pésimas condiciones en que se encuentra.
El viernes 26, mientras se disparaba la curva de contagios en el país, esa escuela fue visitada por funcionarios de La Plata y del Distrito (la Inspectora y la Directora del Consejo Escolar) con el único objetivo de apretar a la directora y a los docentes para comenzar las clases de manera presencial, con un ala clausurada, la obra de gas a medio terminar, sectores sin luz, sin cocina, sin biblioteca, sin ventilación adecuada, y con paredes quemadas.
El plan jurisdiccional está lejos de inmunizar y además, es modificado, reinterpretado y manipulado a favor de la “presencialidad insegura”.
Ante esta situación, la docencia, el personal auxiliar y las familias de la comunidad de la EES 43, seguimos organizándonos por las obras de infraestructura y en defensa de la vida.
Por eso llamamos a toda la comunidad educativa de Merlo, y a todos los trabajadores a apoyar estos reclamos de los docentes, a organizar comités de seguridad en sus lugares de trabajo y a sumarse al rechazo a la presencialidad escolar en pandemia y sin vacunas.
Asimismo, repudiamos las bravuconadas y aprietes de los funcionarios de educación de la DGCYE, del Consejo Escolar de Merlo y de los Inspectores a los docentes que se organizaron en contra de esta ofensiva pro-patronal.
Desde Tribuna Docente Tendencia de Merlo hacemos propio el reclamo de la comunidad de la EES 43 de exigir al gobierno la finalización de las obras en la escuela.
Planteamos la suspensión de clases presenciales y que el estado garantice la conectividad para alumnos y docentes, para continuar con el trabajo de manera virtual hasta que se vacune a toda la población y se dé solución a los problemas de infraestructura.