Escribe Corresponsal
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La paritaria 2019 para los empleados de comercio de la Federación, liderada por el añejo Cavalieri, redondeó en un 30%, abonada en cuatro aumentos bimestrales de 4,5% con el añadido de cinco “asignaciones extraordinarias no remunerativas” pagadas de mayo 2019 a marzo de 2020. Con una inflación anual del 54% los trabajadores mercantiles quedamos entonces un 14% por debajo de la inflación. Ello, sin contar a los primeros meses de este año, con una inflación sin tregua a pesar de las medidas pretendidamente “estabilizadoras” del nuevo gobierno.
Al asumir el gabinete F F, Armando Cavalieri, quien dirige el gremio desde 1986, pidió un 22% de aumento para la revisión paritaria, señalando que de esa manera le empardaría a la inflación. Pero la “jugada audaz” no tuvo otro propósito que el de presionar para el nombramiento de Miguel Ángel De Virgilis, hombre de confianza de Cavalieri, como secretario del flamante ministro de trabajo Moroni. Así también lo hizo Omar Viviani, del sindicato de peones de taxi, con Mónica Rissotto, abogada de ese gremio, a cargo de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, donde se deciden los conflictos de encuadramiento, inspecciones a sindicatos y el otorgamiento o simple inscripción a nuevas organizaciones gremiales, un puesto clave (infogremiales 13/12). Mientras tanto, el gobierno entrante adelantaba su oposición abrir discusiones paritarias, incluidas las provenientes de cláusulas de revisión.
En este contexto, apareció en estos días una circular rubricada por Cavalieri en la que la FAECYS reconoce el aumento remunerativo por decreto de $4000 como “una recomposición del porcentaje perdido en 2019”, aun cuando expresamente se establece que este aumento ¡corre a cuenta de las paritarias 2020! El comunicado señala que con dicho aumento se repararía un 12% de pérdida salarial. Del 22% pedido en diciembre, sólo queda el recuerdo.
Al igual que ocurrió con el congelamiento de la fórmula de aumento previsional, estos son movimientos articulados que forman parte de la estrategia para garantizar el pago al FMI y el resto de los acreedores, mientras siguen tirando chauchas y palitos que contengan las reservas de lucha de la clase trabajadora.
La “orden de Alberto” de congelar las paritarias es un traje a la medida del acuerdo que empieza a discutirse con el FMI. Entre tanto, primaría el mecanismo de aumentos de suma fija remunerativo, como el que acaba de cerrar la bancaria de Palazzo, y a lo que también se plegaría sin problemas la burocracia de la FAECYS.
Es necesario impulsar la lucha por el salario que tenga como piso la canasta básica (hoy en más de $60.000 según la junta interna de ATE INDEC) para frenar esta sangría. Los mercantiles tenemos que recuperar nuestro gremio para ponerlo al servicio de nuestras reivindicaciones. Por la reapertura inmediata y sin condicionamientos de paritarias, impulsemos asambleas en todos los lugares de trabajo, donde se discuta y se vote un plan de lucha, junto al desconocimiento y repudio de la última circular sobre la cláusula de revisión.