Trabajadores de la Salud: sigamos el ejemplo de Neuquén, Tucumán, Clínica San Andrés

Escribe Maxi S. Cortés

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“Ya no hay camas, y ahora solo resta elegir a que paciente salvar cuando su mayoría son pacientes de entre 40 y 50 años”, explica un jefe del hospital Ramos Mejía. “Y elegí por la que está con más frecuencia respiratoria, la que se va agotar más rápido”, agrega. El personal residente, es decir los trabajadores profesionales que hacen sus primeros años de experiencia, son los que están a cargo y no dan más, ni física ni emocionalmente. Y esto sólo es el principio.

Las filas para el hisopado en las UFU recorren varias cuadras. En las últimas horas, en el Hospital Durand, se amplió el horario de atención y se convoca a personal de otros servicios, como Oftalmología o Salud Mental, para realizar triage – la selección y clasificación de pacientes en los servicios de urgencia. En el Hospital Fernández han renunciado 60 enfermeros y, si las cosas siguen así, pronto van a comenzar a renunciar son los residentes.

Ocurre que no se contrata más personal y sólo se aumenta la cantidad de horas de trabajo. “Tampoco se han preparado más camas UTI, ya que no se han comparado más respiradores”, explica el trabajador del Ramos. Pide que vayan los medios a ver la situación. “No hay protocolos reales sobre cómo organizar los hospitales, por lo que es realmente un caos el manejo de pacientes”.

Todavía no se vacunó a la totalidad del personal de salud y se ha postergado la aplicación de las segundas dosis para ampliar la aplicación de la primera a mayor cantidad de personas. Suman más de 500 los trabajadores de la salud fallecidos por covid. Los trabajadores del Hospital Moyano han logrado que se aplique la segunda luego de movilizar el pasado miércoles 7 al ministerio de Salud por este reclamo. La vacunación de los trabajadores de la salud debe ser acompañada con el incremento del personal masivo, la reconversión de la industria para producción de respiradores y camas UTI, y el aumento general del salario mínimo para todo el personal igual a la canasta familiar (mínimo de $100.000). En el sector privado, un acuerdo inconsulto firmado por la burocracia de Daer ha dejado los salarios básicos en el valor de la canasta de pobreza. Se impone iniciar una campaña por el rechazo y el llamado a elecciones para cambiar delegados, juntas y directivos.

Es necesaria una cuarentena total para detener la circulación del virus. La vía para esto, naturalmente, no son las huelgas virtuales o los aplausos como propone la CTA y otros defensores del gobierno. Mucho menos promover la apertura y el envío de los trabajadores de riesgo o con una dosis a trabajar como consiente la CGT. Saludamos la lucha de los trabajadores de la salud de Neuquén que se encuentran en huelga general; saludamos la lucha tucumana, en pie desde hace meses; la de los trabajadores de la clínica San Andrés de Buenos Aires que ha ocupado paras impedir su cierre. El personal de salud debe salir a la calle e iniciar una huelga ininterrumpida hasta lograr estas medidas, las únicas que pueden salvar a la población.

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