Tiempo de lectura: 2 minutos
Continúa el interminable conflicto de Buyatti, una aceitera que tiene una historia negra de 20 años de conflictos con sus trabajadores y también con sus acreedoores.
El 1° de diciembre pasado, después de varias convocatorias de acreedores, Buyatti cerró su planta y aún no les ha pagado las indenmizaciones a sus trabajadores. Después de cuatro meses, no aparecen interesados en una planta en crisis y que no cuenta con puerto propio. También ha fracasado el proyecto de armar una cooperativa.
La empresa, con ambas promesas, fue dilatando el pago de las indemnizaciones a los trabajadores despedidos buscando también estirar el conflicto para bajar el monto de las mismas. En estos meses, la empresa -pretendiendo evadir el pago correspondiente- logró que 30 trabajadores arreglaran un retiro voluntario por un valor menor y en cuotas de la indemnización que les correspondía y otros lograron insertarse en otras compañías tras arreglos personales; un sector está definiendo si van a juicio.
La demora causó un enorme malestar entre los aceiteros y generó hace unos dias la convocatoria de un paro de la CGT de San Lorenzo que fue garantizado sólo por los aceiteros. Ese paro terminó en la enésima conciliación obligatoria y la promesa del pago de las indemnizaciones en cuotas con una fecha estipulada.
Buyatti firmó con el sindicato aceitero (SOEA) los términos de la cuotas de esa desvinculación del personal, pero los empleados se encontraron, el día que tenían que cobrar, que las cifras de las indemnizaciones eran hasta 50% menores a las acordadas.
La dirección de aceiteros ha permitido el desangre de este conflicto confinándolo solo al cobro de las indemnizaciones, nunca se planteó la nacionalización de Buyatti y aceptó todas las conciliaciones que fueron desmoralizando día a día a los trabajadores.
La tarea de defender a estos obreros es desconocer la ultima conciliación, totalmente trucha, y exigir el pago del 100% de las indemnizaciones como requisito para levantar la huelga junto con la exigencia de la reubicación de todo el personal en otras planteas cerealeras. En el medio de la cosecha gruesa se le puede torcer el brazo a las patronales aceiteras. Hasta la burocracia de la UOCRA esta planteándose una huelga por el no pago de los salarios de las contratistas que están en las cerealeras.
Las promesas que formula el secretario general de aceiteros de que, una vez obtenida la indemnización, buscarán la reubicación de los obreros en otras plantas aceiteras, sólo se podrá imponer si ahora en el medio de la cosecha le hacen pagar a Buyatti todas las indemnizaciones.
Una asamblea extraordinaria de todos los aceiteros debería discutir un verdadero plan de lucha en defensa de los trabajadores de Buyatti.