Escribe Julio Gudiño
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Hoy a las 6:00, como estaba planteado por la dirección del SUTNA, la asamblea obrera debía decidir sobre la continuidad de la huelga de 72 horas en señal de luto y repudio a la responsabilidad patronal en la muerte del compañero Marcelo Ulariaga.
A instancia de la dirección del sindicato se mocionó continuar con el paro hasta que la patronal acepte el pliego reivindicativo hecho público el 18/04 en donde se plantea, entre otras reivindicaciones, como “(…) condición irrenunciable (para retomar las actividades) el compromiso por escrito de la patronal de Pirelli de discutir los estándares de trabajo, que incluyen método de trabajo, cantidad, dotación, categorización, medidas de seguridad y capacitación, de todos los equipos de planta. Para que cada trabajador decida y apruebe las condiciones en las que trabajara en cada puesto de trabajo”. También se exigió que “El o los responsables jerárquicos de tomar la decisión de que el compañero opere una máquina con evidentes fallas de funcionamiento y de seguridad, que ocasionaron el accidente, deben ser identificados. Deben ser relevados todos los equipos para comprobar que no existan condiciones similares en ninguna otra máquina en planta. Los compañeros que acudieron en auxilio, aquellos que presenciaron el terrible accidente, deben ser licenciados por la empresa hasta tanto se recuperen de tan fuerte impacto psíquico y anímico”. La moción del sindicato fue votado por unanimidad.
La patronal, que en los días previos ignoró el reclamo de los trabajadores, luego de ratificada la continuidad de la huelga y a la velocidad de la luz, se avino a aceptar cada uno de los reclamos de la asamblea obrera entre los que están la facultad de los trabajadores a intervenir, con voz y voto, en la organización y control sobre el proceso de producción. Se votó por unanimidad donar 2 horas del salario para la familia de Marcelo.
Cuando un sujeto comete un daño a otro sujeto y sabe de antemano que las consecuencias pueden ser mortales, comete un asesinato. Entonces, cuando las patronales no invierten en seguridad industrial porque lo consideran un gasto, comete un crimen social contra la clase obrera.