Escribe Mesa Ejecutiva del Partido Obrero (Tendencia)
Cómo se construye, se destruye y se reconstruye un partido revolucionario.
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El aparato del PO oficial se supera día a día. En el plano político convirtió en método habilitar con el quŕoun proyectos de leyes patronales para escalar enseguida a votarlos. Fue lo que ocurrió en Chaco, donde facilitó dos negociados de Capitanich (deuda provincial y privatización de patrimonio del Estado); luego con el voto a favor a un proyecto de ley del sionismo que había sido elaborado por Felipé Sola; un tanto más tarde al apoyar el negociado inmobiliario en Boedo, que propician Tinelli y Lammens.
En otro plano, viene ejerciendo provocaciones violentas contra el Polo Obrero (T), para impedir su participación en asambleas y manifestaciones, aunque ahora ha dado un paso al frente al falsificar las firmas de otras organizaciones piqueteras en un comunicado, donde pretendía que la provocación consistía, por el contrario, en esa participación.
Ahora, ese afán de superación se plasma en un comunicado que “rechaza” las “expulsiones” de Claudio Del Plá, Cristina Foffani y Pablo López, del Partido Obrero de Salta. Esa separación fue votada por el Congreso del PO de Salta, que adhiere a la Tendencia en el plano nacional, al cual se les cursó la invitación. Del Plá, en su carácter de congresal, asistió al congreso y también lo hicieron otros dos congresales que comparten su posición e hicieron uso de la palabra. Lamentablemente, claro que para ellos, no pudieron refutar la denuncia de que habían formado e inscripto en la Justicia electoral otro partido, el Frente de Unidad Trabajadora. Quedó expuesta, de este modo, un despropósito por partida doble – pretender una fractura e incluso representar a dos partidos al mismo tiempo.
Los tres individuos en cuestión no solamente han llevado la impudicia de aparato a un plano superior – reclamar la figura de la bigamia partidaria. El llamado “Comité Ejecutivo del Comité Nacional del Partido Obrero”, como se encuentra firmado el comunicado de rechazo a esas separaciones, simplemente no menciona que expulsó, a fines de junio de 2019, a mil doscientos militantes exactos, incluidos tres miembros suplentes del Comité Nacional, en forma sumaria. Alrededor de la mitad de los militantes reales del PO. Nunca publicó las actas y la votación de la reunión de ese comité nacional que habría decidido la expulsión, de modo que no ha sido atestiguada su realización. Como sea, días más tarde las expulsiones fueron repudiadas por Alejandro Crespo y cinco compañeros de la directiva del Sutna, por medio de las redes sociales. En el Congreso del PO de Salta realizado este domingo, Del Plá reconoció que dio “por teléfono” su voto en favor de las expulsiones, mientras se encontraba en una reunión del comité provincial partidario, o sea, junto a los compañeros a los que expulsaba. El aparato expulsó a 1.200 militantes y luchadores privados por medio del teléfono, ni siquiera por una conferencia virtual. Ni para ejecutar una liquidación organizativa pueden abrir un debate entre ellos y tomar actas. Esta revelación de CdelP, que sigue a otras, denuncia que el aparato está gobernado a su vez por una camarilla.
La separación tiene lugar dos años después del abandono de la militancia en el PO, por parte del trío mencionado. La expulsión de la militancia de la Tendencia, en 2019, fue efectuada al cabo de seis días desde que, reunidos en asamblea, reclamamos el derecho a tendencia. La Tendencia presentó en forma debida el reclamo de formar una Tendencia en el seno del partido, o sea con un detallado documento político – el trío no presentó nada durante dos años. La formación de una mayoría en la dirección del PO de Salta es anterior a la crisis nacional. Fue impulsada y liderada por Cristina Foffani, como se pudo ver en el congreso nacional del Partido Obrero del año 2019. Esta circunstancia sola, la exime de la calificación de ‘altamirista’. Lamentablemente, Foffani cambió de bando del peor modo posible – apoyó una directiva no pública del aparato del PO para impedir que Altamira pudiera desarrollar una actividad de propagandista, en efecto prohibiendo que diera una charla acerca del Cordobazo, invitado por el comité de Salta, en mayo de 2019. Pretendieron hacer lo que no pudo Videla – cerrarle el pico a Altamira. Las condiciones en que se produce la voltereta de Foffani son una prueba irrefutable de que el grupo oficial es un aparato, no una dirección política revolucionaria.
La exhibición pomposa de la firma del comunicado (tiene el estilo de los pronunciamientos del PCUS), llama la atención. Es que en forma simultánea a todo esto, el aparato interviene judicialmente al PO de Jujuy, como lo hiciera hace dos años con el partido de Tucumán. En Jujuy no tiene a nadie y en Tucumán es una minoría para el escándalo. Ninguna de esas intervenciones tienen la misma firma que rubrica el rechazo a las separaciones en Salta. Es decir que el aparato tiene otro “Comité Nacional”, formalmente inscripto en la justicia, que para las funciones que debe cumplir no necesita de un Comité Ejecutivo. Todo esto significa que las organizaciones que constituyen el PO (círculos, comités, congreso, comité nacional, ejecutivo) se encuentran bajo la tutela legal, o sea estatal, de otro organismo político, que escapa al control de la organización, con una composición diferente. Así como interviene a los comités de provincia, ese supra-organismo podría intervenir a todo el partido y ponerlo al servicio de una minoría. No estamos solamente frente a un aparato, sino a un aparato al cuadrado. La Justicia Electoral, llamada a intervenir en la crisis partidaria por el propio aparato, a través de las intervenciones de distrito, no puede ignorar estas irregularidades, porque las actividades del PO, que importan en este caso, son públicas – la realización de los congresos, la composición del comité nacional que vota el congreso, los artículos de la prensa, que ahora abundan debido a la edición digital. La Justicia Electoral, sin embargo, parece disfrutar de esta situación, porque avala las presentaciones del aparato en diversos casos. ¡Qué Estado se va a privar de ocupar el rol de árbitro de un partido obrero!
Un planteo del Ejecutivo oficialista, aunque torpe es instructivo: interpela al PO de Salta por “no integrarse a la personería nacional del Partido Obrero”. Si los compañeros de Salta lo hicieran, quedarían sujetos de inmediato a la facultad del aparato de intervenirlos por vía judicial. Utilizan la expresión “personería nacional”, cuando se trata de integrar políticamente y organizativamente un partido, no “integrar la personería”. El levantamiento de las expulsiones, la reintegración en el Partido y el derecho de Tendencia que establece el estatuto histórico del PO, es exactamente la posición de nuestro Partido Obrero (Tendencia).
Hace dos años, en ocasión de las expulsiones sumarias de mil doscientos militantes, la regional del PO Salta, al igual que otras del país- como Jujuy, Tucumán; Catamarca, Santiago del Estero y Santa Fe - adhirió mayoritariamente a la Tendencia, y, por esa adhesión, también fueron declarados “por fuera del partido”. Los “históricos” López, Del Plá, Foffani fueron cómplices de la expulsión de sus compañeros de militancia cotidiana. Estos compañeros, por el contrario, al frente del Partido Obrero de Salta, no separaron ni excluyeron a los tres dirigentes. Defendieron el derecho de ellos a exponer y a defender sus posiciones. En un punto, el trío mencionado ha sido re-principista: se negó a valerse del derecho de Tendencia en la provincia, para evitar toda sospecha de que apoyan ese derecho político, indisociable de la democracia obrera y socialista.
Porque al final de cuentas este es el punto nodal – democracia obrera o monolitismo de aparato. La democracia obrera al interior del partido sirve a la educación de los cuadros, que tiene por base siempre la polémica. Es fundamental para el reclutamiento de trabajadores, que agobiados por la disciplina fabril y el despotismo analfabeto de la burocracia, solo vendrán a un partido si éste les aparece como un organizador colectivo. En definitiva, el gobierno colectivo de los trabajadores, o sea la misma dictadura del proletariado, no puede ser conquistada bajo la dirección de un aparato. El silencio que guarda la Izquierda frente a este proceso contrasta con la vigorosa posición del PO cuando ocurrió la crisis del MAS, a principios de los 90. Cuando detrás del electoralismo opera un aparato, el resultado no puede ser otro que el arribismo en el marco del orden existente.
El fracaso del aparato del PO en Salta 21/04/2021 Entrevista con Jorge Calvo en Radio 10 – Salta