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La fractura del gobierno tucumano que enfrenta al gobernador Juan Manzur con su vice, Osvaldo Jaldo, se ha extendido al poder judicial, las comunas, los municipios, la burocracia de los sindicatos y el Partido Justicialista.
Manzur pretende ser reelegido en el 2023, pero para ello necesita que se reforme la constitución, y los dos tercios de los votos en la Legislatura. Jaldo, sin embargo, tiene bajo control la legislatura y ha planteado que 2023 es su turno. Jaldo impuso a un aliado como Defensor del Pueblo con el apoyo del bloque alperovichista, dos legisladores de la UCR y dos bussistas que fueron expulsados de Fuerza Republicana y formaron un bloque propio, con disposición a converger con el jaldismo.
El bloque oficialista en la legislatura se dividió: Manzur se quedó con 14 legisladores y Jaldo, con 20. Sin la venia de Jaldo, el Gobernador no puede sacar adelante ningún proyecto de ley.
Manzur ha despedido de todas las instituciones del Estado provincial todos los funcionarios vinculados a su vice; asimismo, logró que fueran desalojados de sus puestos a quienes ocupaban cargos en ministerios e instituciones del Estado nacional.
La réplica de Jaldo fue dar de baja a 1.100 empleados legislativos contratados por los legisladores que se pasaron al bloque ´manzurista´.
Días después, Manzur advirtió a 93 delegados comunales y los intendentes pejotistas, que los fondos de obras y ayudas sociales los maneja la gobernación. Luego realizó un plenario con 40 dirigentes sindicales. El paso siguiente fue la fractura en los Concejos de los municipios.
Jaido se respaldó en dirigentes y funcionarios del kirchnerismo. Manzur aparece como ‘albertista’ o hasta ‘massista’. Se produjeron denuncias que enmudecieron a los manzuristas, por ejemplo que en el bloque del gobernador se “agrupaba la droga”. Se encuentra bajo investigación una organización narco instalada en el sistema de salud, que tiene como cabecillas a un legislador, a la vez secretario de ATSA, y a un concejal de la capital, con conexiones con otros legisladores y funcionarios alineados con Manzur.
Llegado a ese punto, Manzur organizar una mayoría en la convención del PJ, pero no los dos tercios necesarios para expulsar a Jaldo y sus seguidores.
En medio de esta guerra tomó estado público la causa calificada “el abigeato del siglo”, en referencia al robo robo de 5.000 terneros. La causa, tramitada en los juzgados de Santiago del Estero, estaba paralizada. Fueron detenidos varios ganaderos importantes y, en varios allanamientos, se pudo descubrir que gran parte del ganado robado se encontraba en las haciendas que la familia de Alperovich tiene en Santiago del Estero, Santa Fe y Salta. De acuerdo a los Medios, las pistas que condujeron a allanar los campos alperovichistas, habrían sido sopladas por Manzur.
La provincia está gobernada por verdaderas mafias. La oposición (macrista, radical, bussista, etc.) está atravesada por crisis y divisiones similares. En esta crisis no hay mal menor.