Escribe Florencia Fernández
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Las problemáticas y dificultades enormes en el campo educativo que se presentaron durante el 2020 no solo no se resolvieron sino que se acentuaron. Miles de estudiantes aún no han acreditado los contenidos correspondientes a la primera parte del bienio -siquiera lograron acceder a ellos, por la falta de dispositivos y conectividad- y el acompañamiento de sus trayectorias es una preocupación central en esta etapa, con un impacto directo sobre la educación de les alumnes tanto como sobre la matrícula de las escuelas.
La semana pasada, en numerosos distritos, las inspecciones citaron a Equipos Directivos y Coordinadores de área para poder elaborar propuestas pedagógicas acordes a la resolución conjunta 1872/2020 de la Dirección General de Cultura y Educación, en la que se establece el Anexo I de “Contenidos prioritarios” y Anexo II “Evaluar en pandemia”. Acorde a esta resolución se planteó a la docencia la necesidad de trabajar en forma areal con el objetivo de reincorporar a les estudiantes que estuvieron desvinculades en el 2020. Los números son realmente preocupantes.
Las resoluciones dicen apostar a que les estudiantes adquieran aprendizajes que les sirvan para el año escolar que se encuentra en curso a partir de proyectos en los que articulen contenidos, para no agravar más la crítica situación académica de los miles que quedaron excluidos del sistema educativo durante el año 2020. ¿Pero con qué recursos? ¿Qué inversión extra prevén para resolver esta situación? ¡Nada! y dicho por los propios representantes de la Dirección General de Escuelas en los distritos. Las textuales palabras de inspectores son “hay que trabajar con los recursos o sin ellos”. Tan increíble como lamentable que un funcionario diga eso.
Es así como les docentes nos encontramos trabajando fuera del horario habitual, tratando de cumplir con las exigencias pedagógicas y poniendo al máximo la creatividad para elaborar propuestas atractivas para les estudiantes, pero sin conectividad y dispositivos, sin horas institucionales para las escuelas, con cargos sin cubrir y actos públicos que se desarrollan con muchas arbitrariedades, entre otras, los resultados siguen siendo los mismos. Si bien no hay dudas de nuestra enorme vocación, lo demostramos a lo largo del año 2020 poniendo en pie diferentes estrategias y rediseñado una y otra vez las propuestas pedagógicas; la ecuación es sencilla: sin los recursos tecnológicos, son contados con los dedos las manos les estudiantes que acceden a las clases. Por más propuestas areales, creativas y motivadoras que elaboremos la brecha digital, como una expresión más de las desigualdades estructurales, sigue siendo la principal dificultad.
Instalaron el plan FORTE, destinado a fracasar porque es sabido que muchas suplencias cortas la DGCYE no las paga entonces las horas no se cubren; pero lo peor del caso es que fue imposible revincular estudiante y escuela en esos encuentros ocasionales durante dos meses. Hoy, nuevamente en la virtualidad porque las condiciones sanitarias así lo exigen, nos seguimos encontrando sin conectividad y esos estudiantes siguen desvinculades.
Pese a los innumerables reclamos que hemos realizado, los dispositivos tecnológicos no llegan. Y aunque sabemos bien que la educación virtual jamás podrá suplantar los lazos afectivos que creamos en la escuela presencial, para enseñar y aprender es necesario estar vivos. Las situaciones excepcionales exigen medidas excepcionales, estamos frente a una enorme crisis sanitaria que podría extenderse un largo período más mientras las vacunas se hacen esperar en la mayoría de la población. Mientras tanto, seguiremos pensando estrategias y adecuando contenidos para garantizar el acceso a la educación de todes, pero debe hacerse con los recursos adecuados. El gobierno gasto dinero para sostener una falsa presencialidad que todes les que estamos en las escuelas públicas a diario sabíamos que tarde o temprano se iba a caer, en vez de invertir ese tiempo y dinero en garantizar la virtualidad.
Continuamos exigiendo dispositivos y conectividad en todos los hogares de nuestres estudiantes para que puedan continuar aprendiendo y horas institucionales para tutorías pagas que nos permitan acompañar las trayectorias educativas, realizar los trabajos interdisciplinarios y que se reconozca el tiempo de trabajo invertido en la elaboración de proyectos para continuar enseñando.