Paritaria docente, en el centro de la crisis

Escribe Mariano Hermida

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La paritaria docente se ha convertido en un problema de carácter estratégico para el gobierno, por un lado, y para los trabajadores, por el otro.

En el contexto de crisis de la negociación de la deuda y de una posibilidad de default, la paritaria de los maestros es uno de los primeros episodios que deberá afrontar el gobierno para proceder a “desindexar” los salarios, que es una exigencia del FMI. El acuerdo salarial que le firmó la burocracia a Vidal estableció una “actualización por inflación”, sin antes recuperar las pérdidas previas de salario. Ese acuerdo funciona con un retraso de dos a tres meses, lo que implicó una pérdida salarial porcentual cercana a los 10 puntos. Dicha actualización no corre, por otra parte, para la totalidad del salario, que está integrado por varios ítems. Como resultado de esto, el salario inicial de un docente representa un 30% del costo de la canasta familiar y no alcanza a cubrir siquiera una canasta de pobreza. Sin embargo, esta “actualización” sigue siendo una conquista de la lucha docente, que debe estar acompañada por un aumento salarial general que reponga el poder adquisitivo perdido.

La supresión de la cláusula gatillo ya fue dictada en las provincias de Tucumán, Santa Fe, Chubut y otras, generando un conjunto de movilizaciones y luchas. La paritaria nacional docente, donde el tema salarial estuvo ausente, se encuentra en cuarto intermedio, sin fecha de reanudación. Hay una situación de luchas provinciales, por un lado, y de impasse político, por el otro.

En la estratégica provincia de Buenos Aires, Kicillof ha convocado a los gremios bonaerenses a una reunión paritaria donde, según los medios, no se haría ninguna oferta concreta. La ministra de Trabajo Ruíz Malec adelantó a La Nación (7/2), que están viendo “cuál es el mejor mecanismo” para… eliminar la cláusula gatillo. En la misma línea, otro funcionario se quejó: “Te ata, te empata la inflación, pero no te permite mucha órbita de negociación, de estudiar nuevos plazos" (Perfil, 6/2). Mientras pronósticos privados estiman una inflación de un 41-42% para este año, el gobierno bonaerense pretende otorgar un monto de suma fija, como se pretende hacer a nivel nacional con los jubilados. La promesa del gobernador de que los salarios docentes “quedarán por encima de la inflación”, es una estafa obvia.

En el Frente de Unidad Docente Bonaerense se ha producido una crisis. Roberto Baradel, de SUTEBA, ya se ha expresado a favor de la eliminación de la “cláusula gatillo”, y de un aumento de suma fija. Asistimos al sometimiento político completo de la dirigencia sindical al gobierno y al “mandato” del FMI, y no al de los docentes, que no han sido convocados a ninguna asamblea para debatir y fijar sus reclamos.

Por otro lado, Miguel Díaz, de Udocba, y Mirtha Petroccini, de la FEB, han resaltado el valor de la “cláusula gatillo”. Petroccini ha declarado que “la definición del inicio de las clases va a depender de las propuestas”. Pero el gobierno ya ha adelantado el corazón de su “propuesta”, que es la eliminación de la cláusula gatillo. La posición de conjunto que adoptará el FUDB es una incógnita.

Los Sutebas Multicolor se encuentran discutiendo la convocatoria a asambleas y reuniones para fijar una agenda de reivindicaciones.

La defensa de la cláusula gatillo se ha convertido en una reivindicación de primer orden. La pérdida de este reaseguro amenazaría con una debacle salarial de características extraordinarias.

Frente a este desafío, el primer reclamo es que nada se decida sin pasar por asambleas y plenarios con delegados mandatados. Defender la cláusula, por paritarias libres y paritarios electos en asamblea, por un salario mínimo que cubra la canasta familiar –hoy en $75 mil–, y por la defensa del 82% móvil sobre todos los ítems salariales.

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