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La jornada nacional de lucha del 10 de mayo, se tradujo en cortes de ruta y accesos en la provincia. Se realizaron cortes en el puente Lucas Córdoba, unos de los principales accesos a San Miguel de Tucumán, y en las rutas de acceso a Tafí Viejo, Leales (Ruta nacional 9), Manantial (ruta nacional 38), en los accesos a la comuna de Los Ralos y a la de Delfín Gallo, donde se concentraron y coordinaron asambleas del Polo de distintos puntos. De la actividad participaron cerca de 1500 compañeros.
En los cortes se hicieron presentes compañeros que vienen del Polo Obrero oficial, y que se sumaron a la lucha dando cuenta que rompen con el aparato por sus métodos patoteriles y extorsivos. Incluso se acercaron compañeros de otras organizaciones a tomar contacto, denunciando amenazas y la arbitrariedad en la distribución de las conquistas. La jornada estuvo precedida por amenazas de represión de la policía el día anterior en algunos pueblos.
Durante la jornada, en uno de los cortes realizado en Tafí Viejo, el gobierno puso en pie el aparato represivo, movilizó la infantería, bomberos y policía Federal, ocupó todos los accesos, hicieron despliegues en las principales calles y avenidas de la ciudad y quisieron llevar preso a un compañero delegado, lo que fue impedido por los demás compañeros. Este giro represivo del gobierno se da en el marco de la visita reciente a Tucumán de la ministra de seguridad Frederic. Vino a sostener al Ministro de Seguridad provincial Maley, fuertemente cuestionado en el marco de las internas y la fractura del gobierno.
En todos los grandes conflictos, incluso donde hay reclamos elementales, la conducta del gobierno es descontar los días de huelga y perseguir a los delegados y luchadores. De manera creciente ha comenzado a movilizar a las fuerzas de represión, con detenciones y aperturas de causas. Así está ocurriendo con los trabajadores de la salud, docentes y del citrus, entre otros. Es una escalada para sostener una política de ajuste creciente, una presencialidad educativa que cada día se hace más insostenible, y un proceso de descomposición del régimen político imparable.
Todo este escenario pone de manifiesto la necesidad de unificar los reclamos de la población trabajadora, ocupada y desocupada, en una lucha de conjunto y a fondo. Solo así se van a poder arrancar los reclamos y pararle la mano a la escalada represiva.