Las mujeres de Zagala se movilizan contra la violencia

Escribe Rosana Martinez

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Luego de la importante movilización de las compañeras del Polo Obrero de Villa Zagala, en la que le arrancaron al municipio de San Martín el compromiso de entregar el triple de la mercadería que aportaban –y que ya se hizo efectivo- en su última asamblea decidieron organizar el plenario de trabajadoras tendencia (PDT t) para enfrentar en común la violencia de la que son víctimas.

En la primera reunión, luego de debatir el carácter de clase de la violencia doméstica y varias situaciones particulares, las compañeras armaron un grupo para ayudar a Barby (una de las luchadoras del Polo), quien después de cinco denuncias en la comisaría de la mujer de San Martín y en el propio juzgado, sigue siendo violentada por su ex pareja. El violento ingresó nuevamente a su hogar sin su consentimiento, amenazándola de muerte y exponiendo a sus cuatro hijos a presenciar toda la violencia hacia ella. Al llegar a su casa, luego concluir la reunión del PDT t, Barby supo que su ex pareja entró a su casa nuevamente y se lo comunicó a sus compañeras, quienes inmediatamente se pusieron a su disposición. También decidió hacer público el caso en los medios (Crónica TV) reclamando que el Estado le dé una respuesta, ya que al violento no le importa que le hayan dado una restricción perimetral.

Es así que el domingo 9/05 expuso su caso frente a las cámaras, con la presencia de sus compañeras, para dar cuenta de que su vida corre peligro y que hasta ese momento no contaba con resguardo ni botón anti pánico, y que a pesar de sus denuncias el violento seguía merodeando su casa.

Respetando el principio de la organización independiente, acompañamos a Barby a que haga público su caso, como una herramienta útil y necesaria.

El resultado de este accionar fue que el lunes 10, en la fiscalía, le entregaron el botón anti pánico y la llamaron desde el municipio.

De todos modos, la integridad y la vida de Barby siguen en peligro. El Estado es y será responsable de la seguridad y el sostenimiento económico de la compañera y su familia, frente a las extorsiones del agresor.

La violencia que sufrimos las mujeres trabajadoras se multiplicó en todas sus formas durante la pandemia. Lo vemos a diario en las barriadas, porque es allí donde la falta de trabajo o la precariedad del mismo, empeoran las condiciones de vida de las familias. Y donde el hacinamiento y la falta de alimentos es el ámbito en el que las mujeres vivimos y criamos a nuestros hijos.

La violencia doméstica también tiene como responsable al régimen vigente, porque traslada al hogar todas las tensiones y la degradación provocadas por la sobreexplotación laboral, la desocupación o el hacinamiento habitacional, entre otras lacras. Por eso, mismo, convocamos a nuestros compañeros, esposos o hijos, a luchar en común para erradicarla, como parte de la lucha por terminar con todas las opresiones.

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