Peajes: lo esencial es invisible a los ojos de Facundo Moyano y la "nueva" conducción del SUTPA

Escribe Marina Mendieta

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El mes de mayo concluye con una explosión de contagios, fallecimientos por COVID-19 y el cierre (tardío y parcial) de actividades. Pero como ocurrió en 2020, las patronales y la burocracia picaron en punta para declarar, con la aprobación del gobierno de los Fernández, la esencialidad de los rubros correspondientes a sus intereses.

El termómetro de la cantidad de gente circulando no nos permite mentir. La noticia, para los peajistas, fue que el ministro de Infraestructura (ex intendente del empobrecido partido de San Martín) y el Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines -bajo la "renovada" conducción de Facundo Moyano- han declarado al cobro de peaje como actividad esencial. El sinnúmero de contagios, las casi 20 muertes en la actividad –si sólo contamos los accesos a CABA– y los cientos de aislamientos que hay en el gremio, marcan la gravedad de la situación, confirmando que los lugares de trabajo como así también las escuelas y el deplorable transporte público son lugares de circulación del virus. Los protocolos no se cumplen. Es más, han sido abandonados al criterio individual de cada trabajador, siendo moneda corriente las aglomeraciones de compañeros y compañeras en los comedores, la falta de barbijos descartables suficientes para el uso diario, el retiro de las alfombras sanitizantes, y podríamos seguir.

Claramente, por otro lado, el criterio para declarar la esencialidad de la actividad de las autopistas en su conjunto ha sido sólo y únicamente el lucro, la ganancia empresarial. Entonces: ¿a qué llamamos trabajo esencial? ¿Cuál es el criterio para determinar qué es esencial y qué no? ¿Quiénes deciden la esencialidad de una actividad?

Este tipo de definiciones se han tomado en las oficinas de algún ministerio o en el gabinete de decisiones de alguna empresa a espaldas de los trabajadores. Pero, ¿quiénes son los que arriesgan la vida al presentarse a trabajar sin haber sido siquiera consultados al respecto? ¿Los ministros, los gerentes, los accionistas o los trabajadores? Recordemos, para explicar y entender este tremendo dislate, que la administración patronal en la actividad de peajes y afines en gran medida es de carácter privado, pero también hay otro tanto en manos estatales y de gerenciadores sindicales. Para ampliar al respecto podemos citar el caso de AUBASA (Autopistas Buenos Aires - La Plata), que luego de ser estatizada, durante el periodo de Scioli, pasó a manos del gobierno de la provincia, que designó como gerente a Federico Sánchez, miembro fundador del SUTPA… ¿Representantes de los trabajadores o de los gerentes?

Siguiendo la ´matriz del sindicalismo argentino´, el SUTPA se encuentra en ambos lados del mostrador, desempeñando tanto el rol gerencial como el sindical. He aquí su afán por declarar la esencialidad de la actividad de las autopistas y rutas, exponiendo al conjunto de sus trabajadores y a sus familias a una pandemia que no perdona ni el más mínimo descuido. Ante la crisis humanitaria que atraviesan Argentina y el mundo, el gobierno de los Fernández coloca el lucro, la ganancia empresarial por encima de la vida. El SUTPA y los sindicatos de la actividad acompañan.

El salario es salud

El derrotero de la conducción saliente, a cargo de Sergio Sánchez, por acusaciones de malversación de fondos de los trabajadores, ha colocado las paritarias en el centro de las luchas de la actividad de peajes y afines, como así también del conjunto del movimiento obrero.

En 2020 se firmó una paritaria, con un retraso de un año y medio, del 50%. Este mes de junio entrante vence la paritaria 20-21, que se firmó por el 30%. La pérdida de este último período es del 17% del poder adquisitivo del salario en la actividad. La patronal no dio el bono de fin de año que se cobró siempre desde la fundación del gremio en 2006. El SUTPA ni pataleó al respecto, a pesar del malestar que todavía hoy retumba en el conjunto de los trabajadores que trabajamos toda la pandemia. En febrero no se ejecutó la cláusula de revisión.

Recuperar el poder adquisitivo es una cuestión de vital importancia para el combate a la pandemia. No respetar los salarios es entregar al conjunto de los trabajadores de la actividad a una masacre. Su fórmula es la esencialidad y salario a la baja resultando de esta ecuación un ataque brutal a las condiciones de vida de cualquier ser humano. Pero como hemos visto en reiteradas ocasiones, para quienes nos gobiernan, ya sea desde el Estado nacional como desde el ámbito sindical, lo esencial es invisible a sus ojos.

Por un aumento del 50% del salario en las paritarias que se discuten a partir del mes de junio.

Vacunas de inmediato para todos los trabajadores y trabajadoras de la actividad de autopistas, rutas y afines.

El establecimiento de comisiones de trabajadores y trabajadoras electos para el cumplimiento y el control de los protocolos.

Reclamo al Ministerio de Trabajo para que se ejecuten elecciones libres y democráticas tanto del cuerpo de delegados y delegadas como de la dirección del gremio.

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