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Hicieron falta solo dos meses para que se pongan de manifiesto las contradicciones internas de la coalición armada por Gustavo Sáenz para llegar a la gobernación de la provincia. Hoy en día protagoniza un choque con sus ex socios romeristas, que tiene como escenario la crisis por las muertes por desnutrición de ocho niños Wichí en el departamento de Rivadavia y la crisis financiera de los municipios.
Crisis y realineamientos
La crisis social en el chaco salteño y la necesidad de reestructurar la deuda provincial por no contar con los recursos para hacer frente a los vencimientos de este año llevó a Sáenz a un rápido alineamiento con el gobierno de Alberto Fernández. Además, y como “salida” a las muertes por desnutrición, anunció que impulsará un sistema de ganadería integrada para explotar las tierras provinciales categorizadas como “amarillas”. Un planteo ya fracasado del ex gobernador Urtubey. Ambas medidas desataron la reacción hostil del romerismo, quien todavía sigue aliado al macrismo es partidario de profundizar el festival de desmontes recategorizando en “verdes” las zonas “amarillas” de las tierras provinciales.
Por otro lado, la intendenta capitalina Bettina Romero, hija del ex gobernador, intentó despedir a 300 municipales, la mayoría de ellos incorporados a planta en la gestión de Sáenz como intendente, pero debió retroceder al calor de la reacción obrera y el rechazo del gobernador a esta medida. Ahora Sáenz extorsiona a Bettina con los fondos necesarios para la continuidad de todos los programas de la Cooperadora Asistencial de la ciudad de Salta. Otro problema de fondo que asoma en esta crisis es que Sáenz tampoco tiene condiciones para llevar a fondo el planteo romerista de un ajustazo general del Estado, con despidos en masa incluidos, y de vía libre a los negocios capitalistas depredatorios de los recursos naturales de la provincia, sobre todo con la tierra y la minería.
Los urtubeystas defienden por ahora los acuerdos de Sáenz con Alberto Fernández, lo que no es de sorprender si se tiene en cuenta el alineamiento más general de Lavagna con el gobierno nacional, sobre todo por su política ante los acreedores internacionales y los choques de Alberto con los sectores K de su gobierno. Sin embargo, Sáenz todavía debe ganarse la confianza del gran capital. El retiro del ex gobernador provincial a España puede ser tan circunstancial como lo demande un eventual agotamiento prematuro de Sáenz.
De apadrinado a jefe
Por estas contradicciones, Sáenz está obligado a armar su propio régimen de dominación política. Por eso impulsa una reforma constitucional y al calor de las crisis internas que enfrenta, ahora sorprendió planteando la ampliación de la corte de justicia de la provincia y un régimen de subsidios y eximiciones al capital directamente controlado por el ejecutivo. Para ello ha convocado a una sesión extraordinaria, desairando a kirchneristas y al PTS, quienes exigían la apertura de la legislatura para discutir la crisis social en el norte.
Sáenz busca imponer su propia tutela del aparato judicial y con la reforma constitucional reforzar el dominio del ejecutivo sobre la legislatura y los municipios. Con ello busca una salida reaccionaria al agotamiento del régimen político oligárquico salteño, pero para lograrlo todavía debe pasar por diferentes crisis. A los choques con el romerismo, que aporta un número importante de diputados, hasta ahora oficialistas, su reforma judicial deberá ser negociada con Urtubey o ir a un choque con éste. Pero la prueba clave para Sáenz pasa por doblegar a la clase obrera salteña; la burocracia sindical está alineada con el gobierno, pero más desprestigiada y fragmentada que nunca.
La agenda inmediata de los trabajadores salteños pasa fundamentalmente por la defensa del salario. Sáenz no ha pagado siquiera el miserable aumento de 4 mil pesos otorgado por el gobierno nacional y se ha excusado en la espera de la paritaria docente nacional para abrir discusiones salariales en la provincia, reproduciendo el planteo de eventuales aumentos trimestrales. Desde Tribuna Docente impulsamos una nueva asamblea provincial docente autoconvocada para discutir un plan de lucha por el salario y la coordinación con el resto de los estatales. Pero también es necesario confrontar las reformas políticas reaccionarias del gobierno, oponiéndole la revocatoria del conjunto de las instituciones del actual régimen político y social agotado, a través de una asamblea constituyente libre y soberana, que solo puede ser implementada por un gobierno de trabajadores.
El desarrollo del Partido Obrero
A contramano de este cuadro político, los ex referentes que rompieron con el PO salteño, Del Plá y cía, se dedican a hacer declaraciones parlamentaristas ante cada episodio crisis, autoproclamándose, bloqueando así el desarrollo de una consciencia política revolucionaria de los trabajadores. La camada de nuevos militantes y cuadros del PO salteño que ha combatido este desbarranque es la que hoy en día defiende una experiencia histórica forjada bajo enormes luchas del pueblo trabajador salteño y sus también enormes esfuerzos por superar al régimen oligárquico salteño, como lo demostraron las grandes votaciones del PO. Con este empuje histórico impulsaremos la confrontación política de los trabajadores con el régimen reaccionario que intenta poner en pie Sáenz. La tarea de la construcción de un Partido Obrero de masas y la lucha por un gobierno de trabajadores está más al orden del día que nunca.