Campaña por el sobreseimiento de Yolanda Vargas: “Vamos a demostrar que el único culpable es el Estado”

Escribe Violeta Gil

Entrevista a Yolanda Vargas e Iván Ramírez, del Polo Obrero Colonia Santa Rosa.

Tiempo de lectura: 9 minutos

Yolanda fue acusada por la muerte de sus hijos cuando se incendió su precaria casilla del asentamiento Las Palmeras, el pasado 9 de febrero. A casi tres meses de iniciada la causa, luego de haber arrancado su libertad, enfrenta una nueva maniobra por parte de la Justicia para sostener la imputación: el cambio de carátula a “homicidio culposo”, con el objetivo de exculpar a los únicos responsables de la miseria social a la que nos someten a las trabajadoras y nuestras familias: el Estado y sus personeros.

El pasado jueves 20, la compañera viajó la ciudad de Salta para que, junto a diversas organizaciones y al Partido Obrero, sostener una conferencia de prensa y lanzar una nueva campaña por su inmediato sobreseimiento, denunciando que no hay lugar para más dilaciones y que los plazos para que el juez Oyarzú responda a la segunda presentación por parte de la defensa para la caída de todas las causas ya están vencidos. Entrevistamos a Yolanda (YV) y a Omar Ramírez (OR), dirigente del Polo Obrero de Colonia Santa Rosa.

VG: Contános cómo viviste los primeros días de tu detención.

YV: El día del incendio, en horas de la tarde, cuando fui al hospital me dicen que tenía que dirigir hacia la comisaría de Las Palmeras para declarar y que de ahí me iban a entregar el certificado de defunción de los chicos. Cuando me estaba dirigiendo a la comisaría, me habla el oficial y me empieza a hacer preguntas que nada que ver con lo ocurrido. En eso llega una camioneta y me dicen que me pasaban a buscar a mí. Cuando voy con ellos, me llevan hacia la guardia. Me hacen un chequeo físico y de ahí me llevan a Las Palmeras.

Cuando estamos ingresando me dicen “¿vos tuviste algún problema con el padre?”. Le dije que sí y que no era ni el lugar ni el momento para estar peleando ni discutiendo. Me hacen entrar por la parte del fondo de la comisaría y me doy con que él estaba declarando. Me tuvieron un rato sentada atrás y después, cuando me llevan para declarar, resulta que directamente la Fiscal había dicho que quedaba detenida. Era que esa noche me iban a llevar a Orán y por el tema de la hora no me llevaron. Al otro día, a las 7 de la mañana nos dirigimos hacia Orán, me llevaron a la fiscalía y declaré todo, me hicieron de nuevo el chequeo fisco y de ahí me llevan al penal. Cuando llegué me atendieron bien, me trataron bien y me preguntaron qué había ocurrido. Yo le conté y pareciera que a mí no me han creído. Después de los días, resulta que andaban diciendo que a mí no me dolía la pérdida de mis hijos porque yo no lloraba ni mostraba mis sentimientos. Me cansé y hablé con la encargada (del Servicio Penitenciario). Le digo: “yo quiero hacerle saber a usted porque yo no actúo como “debería”, porque no lloro, por que no estoy mal. No le voy a demostrar mis sentimientos a nadie, la perdida y el dolor es mío y de nadie más. “¡Cómo pretenden que yo llore a mis hijos si a mi no me entregaron los cuerpos de mis hijos! O sea, no estuve en el velorio, no estuve cuando le cambiaron el cajón, no estuve cuando los llevaron al cementerio”. Le rogué tanto – se lamenta- para que me lleven y me llevaron esposada y con chalecos antibalas. Encima, antes de salir me dieron un tranquilizante para que no “me ponga mal”. De ahí me llevaron y me decían que no me ponga mal porque así no me iban a permitir ingresar, entonces me contuve. Entré un rato, no aguanté la situación y le dije que me sacaran que no quería estar ahí. No estuve ni veinte minutos porque no me querían soltar ni toqué el cajón de mis hijos.

VG: vos estabas custodiada en ese momento...

YV: Sí, eran las dos femeninas al lado mío y cuatro más que estuvieron ahí. Eso es lo que yo le expliqué de por qué no lloraba ahí y que si yo lloraba no iba a hacerlo delante de nadie. Hasta un punto que me cansé y me cae una lagrima de tanta cosa que se decía: <que podía ser que mi pareja haya quemado la casa, o que el padre porque no le permitía ver la los chicos, o que mi pareja porque él no podía estar en su propia casa>. Siendo que, cuando fue la denuncia hacia él (su pareja por parte del padre de los chicos por supuestas situaciones de violencia), ponen una orden de alejamiento y él decide dejarme su casa, su moto y me prestó la máquina para hacer sándwich para que yo tenga. Si él realmente quería hacer daño no va a ir a quemar todas sus cosas.

VG: Cuando te detienen, inmediatamente la Fiscal emite un comunicado público a través de la cuenta oficial del Ministerio Público Fiscal, diciendo que vos dejabas solos a los chicos y que los vecinos “denunciaban” esa situación. Dijeron que había testimonios anónimos. Pero, ¿cuál era la situación en que trabajabas?

YV: Cuando podía y tenía con quien dejar a los chicos, me iba a trabajar a la finca. Si no, hacia comida y pan casero en mi casa. Me iba junto con mi hija, mientras mi pareja, mi cuñada o mi suegra se quedaban con mi changuito. A veces salía con los dos a vender. Igual, cuando hacía maicenitas, me iba a la casa de mi hermana que en ese tiempo vivía en la finca, que le dicen El Lipán y que queda a varios kilómetros de donde yo vivía, a hacer maicenitas, pastaflora y bizcochuelo y vendía en esa parte de la finca y cuando no, hacía juguitos. En ese tiempo que fue el incendio, estaba haciendo sándwiches de noche para vender. Cuando yo salía a vender, si no iba con mi hija, la dejaba con mi cuñada o cuñado, pero siempre había uno que se quedaba con ellos. Quizás, los únicos momentos en que los dejaba solos era para ir a comprar a la esquina, pero mayormente siempre salía con ellos.

VG: Omar, en esos 23 días que estuvo Yoli detenida, nos podés comentar cómo se organizaron desde el Polo Obrero en la Colonia para darle el estado y el alcance público.

OR: De todo lo que le pasó a la compañera, nosotros podemos entender porque la estamos viviendo día a día y más que nada sabemos del abandono al que estamos sometidos a vivir porque este gobierno nos trata así, de esa manera, condenándonos. No tenemos respuesta a nivel nacional, provincial ni local, está todo mal. Nosotros, tenemos las calles que están un desastre, el alumbrado público está pésimo, los postes caídos, los canales todos sucios, las calles están cerradas. Entonces, a raíz de lo que le pasó a nuestra compañera, está todo a la vista y es el tiempo de que se empiece a trabajar y a hacer las cosas, que se vea que ella no es la culpable de lo que le pasó. Esto le puede pasar a cualquier mamá. Ojalá que no, pero como está la situación a eso vamos.

Decidimos organizarnos a nivel local, nacional e internacional. Hicimos una lucha muy fuerte para sacar a la compañera de la justicia porque así cómo vemos nosotros de que no es culpable, hay cientos de mamás y de familias que lo ven de esa manera porque se ven reflejados. Así como ella dejó a sus criaturitas para ir a comprar para cocinar, hay muchas mamás que también los dejan solos a sus chicos por ir a trabajar porque hay un Estado que no ve por nosotros (…). La pudimos arrancar porque no hay nada que avale que es la culpable, porque no hay pruebas. Se dice de los vecinos que hablaban, que eran testigos, cuando todos la conocemos y sabemos que nunca abandonaba a sus chicos. Ella vendía sándwiches de noche, se iba a la finca a vender pan, en el merendero con nosotros le dábamos la comida, la merienda y la contención a cientos de chicos. Ella se sumó a la organización y nosotros ahí veíamos que ella siempre iba y los llevaba. Estaba hasta qué hora con los chicos y sabemos que no es esa mamá que ellos dicen.

VG: ¿Conocieron alguna declaración de esos vecinos, de esos testimonios anónimos?

OR: Justamente, es por eso que nos lleva a seguir la lucha más a fondo porque son testigos anónimos. No sabemos quiénes son, nunca han dado la cara. Sabemos que son causas que las fabrica la Fiscal, con la que tuve la posibilidad de entablar un diálogo y la verdad que es una persona muy cerrada que no tiene corazón, no le interesa ver por los demás. Nosotros, gente humilde, no sabemos. Somos sumisos, hacen lo que ellos quieren con nosotros. Por eso, decidimos empezar a organizarnos y prepararnos para voltear este régimen político que nos tiene en un abandono total y demostrar que la compañera no es culpable de nada, vamos a seguir luchando y a demostrar que el único culpable es el Estado y que no hay otro.

VG: Después del incendio donde perdiste todo, ¿el municipio o algún organismo provincial se comunicó con vos? ¿Tenés asistencia?

YV: No, en ningún momento. Incluso, después de que salí esperé para ver, pero no se acercó nadie. Cuando mi cuñado y mi suegra fueron al municipio, les dijeron que no podían hacer nada. Siempre ponían un pero. Cuando fui a ver si me podían ayudar con la vivienda (estoy viviendo con mi suegra, con mis cuñados y sus hijos – aclara- una situación apretada), lo mismo me dijeron a mí: que en el lote no se puede hacer nada y que, si yo quería que de Salta me mandaran cosas, tenía que llevarles fotocopias de mi documento. Sino fuera porque le dejé una copia en la organización no hubiera tenido. Cuando salí (en libertad) me enfermé de dengue. Estuve tres semanas y recién el 12 de marzo hice el DNI, cómo pretendían que les de algo que no tenia en mano.

VG: ¿Son los vecinos y compañeros quienes colaboran?

YV: Por parte de mi familia y la de mi pareja me están ayudando tanto económicamente como con la vestimenta y con con el abogado. Gracias a todos los compañeros de la Colonia, de Orán, de Salta, de Buenos Aires, de donde sea la organización del Polo Obrero, me están ayudando un montón.

VG: Cómo es el barrio, comentanos un poco.

YV: Para ingresar a Las Palmeras tenemos el canal y dos puentes. Un espacio muy angosto que tan solo un colectivo, un camión o una camioneta puede pasar a la vez y, del otro lado, tienen que esperar. De ahí llegamos allá y hay otro puente que esta en el medio, antes de llegar a la Comisaría, que se está prácticamente cayendo. Cada vez que vamos a pedir algo, nos dicen que ahí no se puede hacer nada porque eso no pertenece a la Colonia, sino que es una finca privada… para hacer la Comisaría sí pudieron, pero no para ayudarnos con el tema de la luz y las cloacas, que ya están pagadas hace años y que nunca las pusieron. Hay calles que se están tapando, los canales están otra vez llenos de tierra, llenos de yuyos… Con el tema de agua, en tiempos de frío, te va a salir bien, pero en tiempos de calor no te sale mucha agua. Otra que en la luz hay en el día, si te digo cinco bajas de tensión es poco. Y bueno las cloacas, todas las palmeras tienen pozos ciegos y no solamente eso, ya directamente el desagüe tanto del baño, como donde uno lava la ropa, todo sale por las calles y andan las criaturas y todos por ahí.

VG: A partir de este caso se expuso nuevamente la situación de precariedad de todos los barrios de la Colonia

OR: A raíz de lo que paso con la compañera decidimos con los vecinos largar una campaña por la urbanización de los barrios y empezamos justamente en Las Palmeras a hacer asambleas. Esto llevo a todos los vecinos a organizarse porque, como ella lo explica, es una finca que era de los Gómez. Toda a la vuelta del barrio son canales, en las cuatro partes todos tapados de yuyos y de totoras; lo que son las calles, no son calles sino sendas; cuatro, cinco o seis veces cortan la luz y vuelve de golpe, nos queman las cosas. A raíz de esto es que salimos organizarnos en una campaña por la urbanización de los barrios. Nosotros sabemos que esta es la única salida para que seamos escuchados y que, de esa manera, tengamos una vida mejor… una vida mejor y que se termine de una sola vez esta pobreza en la que estamos viviendo (…).

VG: Cuando volviste a tu casa, luego de esos 23 días detenida, qué fue lo que sentiste.

YV: Realmente una emoción grande porque no me lo esperaba. Ya me habían dicho, cuando me llevaron ese día, que tenía de cinco a quince años para estar encerrada. Yo ya no me esperaba que iba a salir. Si no fuera porque el Polo estuvo presente y, porque desde el primer momento, me ayudo con el abogado no iba a salir. Pero una emoción muy grande verlos a todos ahí, esperándome.

VG: ¿Cómo continúa esta pelea?

OR: Cómo no emocionarse de hacer una lucha tan grande y desmentir lo que está pasando. Es así, como muchos dicen, “no se puede tapar el sol con un dedo”. Seguiremos luchando para aclarar que la compañera es totalmente inocente, ahora contra lo que están queriendo hacer, dicen que le están queriendo poner otra causa que es homicidio culposo, es decir “sin querer, pero lo hizo”. Nosotros vamos a seguir para que se caigan todas las causas y no vamos a parar más que nada ahora porque nos llena de emoción, de satisfacción y de fuerzas porque sabemos que esta lucha rinde. Entonces no vamos a parar, vamos a seguir luchando.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera