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Esta semana falleció a causa de covid Alexis Díaz, un joven de 15 años de Santa Ana, una localidad que queda en el departamento de Río Chico a casi 100 kilómetros de la capital de Tucumán. Alexis estudiaba en el Instituto Técnico de Aguilares (ITA), una escuela que depende de la Universidad Nacional de Tucumán.
Los que fuimos sus profesores, como así también sus compañeros de escuelas y vecinos de la localidad sentimos un gran dolor porque Alexis era un joven tímido pero que generaba confianza, atento y con una sonrisa en la cara que rápidamente ganaba el cariño del que lo conocía. La muerte nos impactó a los que los conocíamos y también a los que no, por su corta edad y por la cadena trágica en su familia. En menos de un mes contrajeron covid y fallecieron Alexis, su padre Juan y su abuelo Ramón.
La segunda ola viene azotando la provincia sin descanso, desde el mes de mayo que la curva de contagios sigue avanzando. En la zona de Aguilares ha tenido que ampliar el cementerio por la cantidad de fallecimiento ocurridos en las últimas semanas. Hace un par de semanas se decretó el código negro, es decir que las terapias estaban saturadas, hoy la taza de internación bajó levente, sin embargo, las salas UTI están ocupadas el 88%. Las bajas temperaturas en la provincia propician el cuadro de propagación de enfermedades respiratorias en niños y jóvenes, que bajo el escenario pandémico sólo agravan la situación.
Frente a este hecho, los que no tuvieron una pisca de conmoción son las autoridades de la UNT, que decidieron retomar la presencialidad en las escuelas pre universitarias para las otras semanas o el Ministerio de Educación de la provincia que viene sosteniendo la presencialidad de manera casi ininterrumpida desde que comenzaron las clases. En algunos casos argumentan que un sector de la docencia habría recibido la primera dosis, sin embargo las nuevas cepas, 5 de ellas ya son de circulación comunitaria en Tucumán, afecta de manera creciente a los sectores más jóvenes que ni están en los planes de vacunación.
Desde la ADIUNT, el sindicato de la docencia universitaria, venimos sosteniendo que la presencialidad bajo este escenario pandémico sólo genera contagios y muertes. Es por ello que nos opusimos y nos oponemos a las medidas de “retorno seguro” que plantea el Rectorado, porque no hay ninguna escuela segura con contagios y muertes. Es por eso que hemos decretado la suspensión de actividades presenciales, es decir, no asistir a las escuelas la próxima semana, y vamos a impulsar por medio de asambleas la necesidad prolongar la no presencialidad, o sea la lucha en defensa de la educación, la salud y la vida.
