Escribe Olga Céspedes
Un juicio amañado que huele a impunidad.
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La Sala IV del Tribunal de Juicio será la encargada de llevar el juicio contra el cura Rubén Agustín Rosa Torino, que inicia este viernes 25 de junio hasta el 8 de julio. Rosa Torino enfrenta los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de una persona identificada con las siglas FFG y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto en perjuicio de otra víctima identificada como AEA. También es acusado por una tercera víctima, una exmonja. En 1986, y con el aval del entonces papa Juan Pablo II, Rosa Torino fundó, en Salta, el instituto religioso de derecho diocesano Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, con sedes en México, Chile y España. En el 2.019, el papa Francisco decreto la supresión del instituto ante las denuncias aberrantes de más de 100 víctimas que denunciaron al menos a 30 abusadores dentro de la organización que dirigía Rosa Torino.
Los abusos cometidos por Rosa Torino, entre 2005 y 2013, recién llegaron a la justicia luego de una treintena de denuncias canónicas a la curia salteña que encubrió los delitos. Actualmente, Rosa Torino se encuentra con “prisión domiciliaria”, que viola sistemáticamente. Las víctimas siguen siendo ultrajadas, pero ahora por la propia justicia salteña. Los denunciantes ni la prensa podrán acceder al juicio, nos fueron informadas de los tiempos para presentarse como querellas, no han sido notificadas para declaraciones ni mucho menos han recibido asistencia alguna como psicológica o económica que los denunciantes exige. Ya el juez Adolfo Figueroa había rechazado, en 2019, el pedido a juicio. En el medio, una de las víctimas fue denunciada por “abuso sexual” por parte de una prima de un cura amigo de Rosa Torino, causa de la que fue sobreseída V.Z, la tercera denunciante penal. Los denunciantes solo podrán presenciar el juicio el día de sus propias declaraciones.
La justicia salteña se ha negado rotundamente a llevar a juicio a los curas abusadores que abundan en la provincia. Aún no termina de pronunciarse por el pedido de elevación a juicio contra el cura Emilio Lamas, denunciado por dos de sus víctimas de las decenas de víctimas que tiene denuncias canónicas. La justicia que Sáenz pretende enquistar con su reforma constitucional es la responsable de encubrir los delitos dentro de las instituciones religiosas en nombre del derecho canónico. Sólo cuando las victimas denuncian penalmente, la justicia “investiga”. El allanamiento al arzobispado de Salta solo fue posible, en la causa del cura Lamas, por la acción directa de sus denunciantes con la lucha en las calles. Todo avance es posible por la determinación a la lucha por justicia por parte de las víctimas. Jueces y fiscales son encubridores de los crímenes de la curia salteña que protege a los curas abusadores. Es por eso que exigimos la apertura de los archivos eclesiásticos de las denuncias canónicas.
Este viernes, diferentes organizaciones sociales y políticas concentraran en la Ciudad Judicial para acompañar a las víctimas de Torino Rosa. Desde el Partido Obrero de Salta repudiamos este juicio amañado que intenta proteger a los curas abusadores. Acompañamos a los denunciantes incondicionalmente en esta lucha por justicia y para acabar con la impunidad del clero. La separación de la iglesia del estado es una materia pendiente para avanzar contra la injerencia clerical en la justicia que no la elige el voto popular ni sus cargos son revocables.