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Este sábado, la juventud trabajadora tiene una cita de honor en el Puente Pueyrredón, pues se cumplen 19 años del asesinato de los luchadores piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, de 22 y 21 años de edad respectivamente.
Maximiliano y Darío fueron dos jóvenes cuyas vidas se abrían paso a través de la organización y lucha en un escenario político donde el movimiento piquetero no sólo planteaba una lucha reivindicativa (como lo es el trabajo o los alimentos para los comedores), sino que había comprendido que la conquista definitiva de esas reivindicaciones y la vida misma de las familias obreras estaban irremediablemente enlazadas la necesidad de unir a la clase trabajadora para expulsar a un gobierno, el de Duhalde, que buscaba aplastarlos con fuego y sangre. Esa unidad se expresaba, por ejemplo, en el apoyo de los desocupados a la lucha de los obreros contra las patronales que recientemente los habían despedido.
19 años después, los jóvenes seguimos organizándonos en los barrios militando en distintas fuerzas o en espacios de auto organización. Seguimos luchando juntos a los desocupados y como desocupados también, y la necesidad de unir a la clase sigue estando presente: La juventudes socialistas tenemos que bregar por la unión de la clase empalmando la lucha de la juventud con las luchas obreras en curso y desenvolvernos como una vanguardia al interior la situación política.
En lo educativo, por ejemplo, la lucha por la conectividad, las becas, y por la apertura de las inscripciones a los terciarios de la Capital Federal que no quiere habilitar Larreta, tiene que empalmar por fuera de los aparatos, en una sola lucha con los docente organizados contra la presencialidad y por los salarios. Lo mismo entre los vecinos que reclaman falta de medicamentos, pañales, y vacunas y los médicos y enfermeras de los CESACs y hospitales de nuestros barrios que reclaman insumos, vacunas, pase a planta y aumento salarial. La participación en los espacios de auto organización, las asambleas populares y los comités barriales independientes del Estado son la tarea que tenemos por delante.
En plena crisis humanitaria, donde no tenemos derecho a las vacunas; a las camas de terapia intensiva; a los alimentos para nuestros comedores o a la conectividad, la lucha de Maxi y Darío cobra absoluta vigencia, porque no existe ninguna forma por la cual la juventud pueda abrirse paso a una vida digna bajo el régimen capitalista.
Contra ese régimen luchamos, y las juventudes, el sector más audaz de la clase junto a las mujeres, debe entrenarse como en Colombia o Chile en la tarea de unir a la clase trabajadora.
En Chile, fue la lucha de la juventud organizada con la Primera Línea en la calle, las asambleas populares en las poblaciones y las coordinadoras estudiantiles secundarias que tomaron las escuelas las que movilizaron a toda la clase trabajadora en los primeros meses de la rebelión, y la que ha sostenido la protesta social obligando a distintos sectores de la sociedad a pronunciarse, por ejemplo, a favor de las huelgas generales, consignas levantadas por la juventud radicalizada mucho antes de llegar a los sectores sindicales.
Este sábado 26 de Junio, toda la juventud trabajadora al Puente Pueyrredón.
Compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán ¡presentes!