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El renunciado pero aún no reemplazado Aguilar, aprovechó su tiempo de descuento en el COE para levantar las limitadas restricciones vigentes y abrir espacio a la circulación del virus en el inicio del invierno.
La mentada baja de casos de covid en las últimas dos semanas que aduce el gobierno aduce son una estafa. Es una ficción estadística que tiene que ver con la disminución de los testeos. Seguimos en un promedio de 700 casos por día, el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva está al límite en casi toda la provincia y se acaba de constatar la circulación comunitaria de la cepa de Manaos en los principales departamentos.
Esta apertura es una concesión abierta a las exigencias de la Cámara de Comercio y Turismo y las patronales de los casinos. El conjunto de las patronales aprovecha para desconocer los pocos protocolos en los lugares de trabajo. Sáenz y Aguilar se alinean con este lobby para negar la suspensión de las clases presenciales que exigen loa docentes autoconvocados y el refuerzo de insumos, personal y salario que demandan los trabajadores de la salud.
El ministro de salud, Esteban afirmó que para establecer una inmunidad colectiva debería estar vacunada con las dos dosis no menos del 70% de la población y hoy en día la doble vacunación no roza el 20%.
La supuesta preocupación por la salud de los salteños que Aguilar y Sáenz cacareaban la semana pasada en el acto por el bicentenario de la muerte de Martín Miguel de Güemes se ha desvanecido en menos de lo que canta un gallo. La pugna entre kirchneristas y macristas también. Ambos festejan estas medidas aperturistas que profundizarán la crisis sanitaria provincial. La consecuencia de este tipo de medidas es la altísima tasa de mortalidad del virus en Salta.
Desde el Partido Obrero de Salta llamamos a los trabajadores a seguir el ejemplo de la docencia autoconvocada, que el próximo lunes y martes va al paro contra esta política criminal, y los trabajadores de la salud que denuncian y reclaman contra el colapso hospitalario.
Es necesario imponer la suspensión de las actividades no esenciales y las clases presenciales, garantizar testeos masivos, establecer un subsidio universal a todos los desocupados, changarines y cuentapropistas no menor a 60 mil pesos, la cobertura del pago del 100% del salario a las patronales y arrancar los recursos necesarios para garantizar la recomposición del sistema sanitario.
La defensa de nuestras vidas es más importante que el lucro capitalista.
