Gustavo Quiroga: un hombre de partido, un obrero revolucionario

Escribe Pablo Busch

Tiempo de lectura: 2 minutos

La semana pasada falleció víctima del Covid Gustavo Quiroga, militante del Partido Obrero Tendencia y de la Agrupación Naranja de la Alimentación, luego de luchar durante varias semanas en terapia intensiva. No está claro aún si contrajo el virus en la fabrica en la que trabajaba, Lodiser, o en alguna dependencia de la ART donde estaba tramitando una licencia y lo hicieron asistir en forma presencial. Por razones familiares -su hermano se encontraba internado también por Covid, hoy ya recuperado- se prefirió demorar una despedida pública.

Gustavo Quiroga era el referente principal de la Naranja en el Sindicato de Trabajadores de la industria de la Alimentación (STIA) de Buenos Aires, en donde fue por 4 años delegado de Lodiser, una mediana empresa lindera al Estadio de Argentinos Juniors. Era candidato en la lista Bordó-Transparente-Naranja que se aprestaba a disputarle el sindicato a Rodolfo Daer en las elecciones, postergadas por el Ministerio de Trabajo.

Gustavo no era un delegado "para la foto". En una empresa tremendamente negrera, puso en pie una Comisión Interna con sus jóvenes compañeros, y llevaron adelante un proceso de organización en la fábrica, llegando a conquistar, entre otras reivindicaciones, el descanso del Sábado a la Tarde, algo tan ansiado por los trabajadores del STIA y que no existe si no se consigue por medio de la lucha. Gustavo y la Comisión Interna de Lodiser impulsaron las movilizaciones de trabajadores contra la reforma laboral de Macri, participaron del conflicto de AGR y salieron al cruce de la campaña del STIA contra la ocupación de PepsiCo, llevando adelante asambleas y otras acciones en solidaridad con los trabajadores. Sus compañeros de la fábrica lo habían apodado irónicamente el "El Reverendo Alegría" por su parecido fisico con el personaje, y para los últimos años ya era el "Reve" hasta para los compañeros del partido.

Gustavo no era solo un activista sindical. Era un militante de partido, de dos décadas, de la generación fogueada en el proceso del Argentinazo. Cómo le gusta decir a sus compañeros de la regional de Moreno, Gustavo era -junto a su hermano- uno de la vieja guardia del partido en el Oeste. Siempre se caracterizó por ser un hombre de pensamiento propio, con una avidez intelectual que no se limitaba a cuestiones políticas. Cómo obrero con pensamiento propio, Gustavo Quiroga tenía un rechazo químico, de piel, a los interventores "de aparato", por lo que tomó partido por cuenta propia en el debate que recorrió al PO en los últimos años, sumando su firma al documento de la Tendencia.

No sé bien cuál sería la forma políticamente correcta de despedir públicamente a alguien con quién compartíamos tantas cosas. Tal vez sea decir las frases hechas de las que él tanto se desmarcaba, como que su lucha continúa en la lucha de sus compañeros, o algo así. No sé. Lo único que tengo para decir es que Quiroga era para nosotros, los compañeros más cercanos de la Naranja, una especie de hermano, algo que no nace de un repollo sino de la camaradería forjada en la lucha de clases.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera