El aparato del PO convoca al Poder Judicial para imprimirle “ritmo militante” al PO de Jujuy

Escribe Iñaki Aldasoro

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Pablo Giachello es aquel infortunado pronosticador que en la víspera de las rebeliones populares, desde EEUU hasta Myanmar, Bielorusia y América Latina Chile, Ecuador, Colombia, Haití, aseguraba que la burguesía tenía firme en sus manos el volante de la historia – la “iniciativa estratégica”. Con esta caracterización, si se la puede llamar de este modo, explicaba lo que para él y sus compinches era un “planchazo” de las masas, y justificaba la obsesión parlamentaria y la integración democrática al Estado. Ahora decidió dar otro paso al frente del precipicio y justificar la intervención del Poder Judicial contra el Partido Obrero de Jujuy – lo cual no es ya una integración democrática sino a quien tiene el monopolio del poder punitivo del Estado. Cuando repetimos, desde esta prensa, que la organización oficial es un “aparato”, ciertamente proferimos una injuria, pero establecida con todo rigor. En un partido obrero y socialista, el Poder Judicial debería tener prohibido el ingreso – los problemas de ese partido deben dirimirse políticamente.

Al señalar que “el grupo de Altamira” no está dispuesto a votar a los partidos allí donde no se presenta, Giachello naturalmente miente; hace dos años hicimos campaña por el voto al FIT-U – y a lo largo de toda su vida acompañó las posiciones electorales del PO en diferentes países, en consonancia con lo que sostenía Altamira. Este desafortunado ´publicista´ encubre lo que verdaderamente pasó en Jujuy: el aparato del PO oficial intervino nuestro partido y, por medio del Poder Judicial, anuló nuestra personería. La autoridad para actuar de esta manera, como lo hemos denunciado en forma reiterada, la adoptó una dirección legal, hasta hace muy poco completamente desconocida, armada para operar de este modo por un aparato extraño, que reúne además características familiares. El aparato esperó para hacer esta operación cuando faltaba una semana para la inscripción de alianzas y la expectativa de que el FIT-U fuera el mismo de elecciones anteriores, con el PO de Jujuy compuesto por militantes jujeños.

Ningún partido o corriente obrera están obligados a votar a un frente tribunalicio. Lo más importante en un caso como este es que la tropelía no escape a la atención de la vanguardia obrera, no disimularla, disminuirla, relativizarla – poner esto en claro, en el momento que está ocurriendo, es más importante que una papeleta electoral, al menos para un revolucionario socialista. Giachello y las lenguas sueltas del PTS ni siquiera han advertido que valoran a la papeleta electoral por encima de un golpe contrarrevolucionario contra un partido de militantes obreros. Como dice Pistonesi, si íbamos con el partido con el cual estuvimos militando todos estos años en Jujuy, el aparato del PO rompía el FIT-U a nivel nacional. Pistonesi no solamente tiene ´muchos principios´, a lo Groucho, también sabe que ni Pitrola ni Solano van a sacrificar por nada del mundo la posibilidad de ser candidatos. La “unidad de toda la izquierda”, por medio de unas Paso, habría salido fortalecida. Sin dudas.

Cuando Giachello nos acusa de que “rompemos el frente único”, dudamos si está en sus cabales y si quienes lo animaron a escribir han quedado atontados por tantos dislates propios. La denuncia la hace el mismo que mandó su votó por teléfono para echar en forma sumaria a 1.200 militantes, violando el estatuto del PO y el derecho a defensa, que no niega ni el Poder Judicial de Jujuy. El FIT-U, por otra parte, no es un frente único, cuando, por ejemplo, quiere derribar a la dirección del SUTNA, mediante denuncias en serie; es una mesa de reparto de candidaturas, punto. El aparato acaba de romper el FIT-U en Jujuy, por medio de intervención judicial a la regional - en 2019 hubo FIT-U en Jujuy entre la Tendencia y el PTS y MST; ahora, ese acuerdo se esfumó frente al intervención de la personería por parte de la camarilla. Quienes rompen el supuesto Frente Único son la camarilla del PO y el PTS.

Patrón(cito) de estancia

Giachello justifica la intervención judicial, alegando que la personería del PO está siendo “usufructuada por un grupo que hacía dos años rompió con el partido”. Pero las personerías electorales les corresponden a las regionales y a sus militantes que se rompieron el lomo, una y otra vez, para conseguirlas, no a una camarilla alojada en CABA, Ni Giachello ni el interventor aportaron una afiliación a la personería de Jujuy, que hoy “usufructúan” con la intervención. A Giachello lo puede su espíritu de aparato, es por eso que es capaz de justificar las intervenciones a Jujuy y Tucumán, el saqueo de locales donde el PO oficial era una minoría, y todos los atropellos que sufrimos los más de 1.200 expulsados del PO. En su nota habla de los principios revolucionarios como si fuera un cruzado, cuando es uno de los promotores de todos estos actos de pillaje. Es muy significativo que el aparato no se haya detenido en el encadenamiento al que lo ha arrastrado el acto inicial de expulsar a militantes activos y desconocer el derecho de Tendencia establecido en los estatutos. Lo mismo vale para los restantes partidos del FIT-U cada vez que se vieron ante la alternativa de respaldar estas violaciones a derechos muy caros para la IV Internacional. Que nuestra Tendencia haya ingresado al debate acerca de una interna abierta de toda la izquierda, marca una diferencia abismal con los aparatos – pensamos, siempre, y actuamos, siempre, políticamente.

Una escuela de falsificación

Giachello dice que Iñaki se negó a integrar el FIT por la ubicación que le daban en las listas. Esto es completamente falso. Nunca hubo una reunión de la mesa del FIT para discutir las elecciones. Hubo una reunión con el PTS a pedido de la Tendencia donde quedó en evidencia lo contrario de lo que dice Giachello, a saber, que no nos quería en el FIT-U, pero pretendía descargar la responsabilidad sobre nuestras espaldas (por eso titulamos nuestra nota: “Se confirmó que era un globo de ensayo”).

El momento más pérfido –y patético- del texto de Giachello es cuando ataca a la Tendencia, diciendo que no vamos a jornadas nacionales de lucha, cuando él es artífice y uno de los responsables de los “cordones de seguridad” que impiden a los compañeros del PO T acercarse a las columnas (no solo del Polo oficial, sino de cualquier columna, y cuando ha impuesto a otras corrientes que rechacen nuestra presencia). En este aspecto, además del recurso al poder punitivo del Estado, el Poder Judicial, obran como los ejecutores de ese Poder Judicial, policiando nuestra presencia y atacando a nuestras columnas.

Giachello se “queja” por el nivel de militancia o reclutamiento del verdadero PO jujeño, cuya labor desconoce. Podría haber venido a discutirlas a una asamblea de militantes. En lugar de ello, ha convocado al Poder Judicial de Morales para enmendar las “inconsecuencias” de nuestra militancia regional. Sólo se nos ocurre interpretar el patoterismo verbal de Giachello como un intento de hacer olvidar la paliza que recibió su improvisada y desatinada caracterización de la situación internacional en las vísperas de las rebeliones populares, que aplaudieron como una claque Pitrola y Solano. Al final, prevaleció en la realidad los pronósticos que planteo Altamira.

Decir las cosas como realmente son, ha sido el compromiso irreductible de los líderes históricos del socialismo, del internacionalismo y del marxismo.

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