Escribe Alicia González – Secretaria general ATE Legislatura
Kicillof y la burocracia negocian una reforma laboral
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Luego del cierre de las paritarias, sin plenarios y de espaldas a los trabajadores, los gremios estatales han comenzado una ronda de negociación sectorial. Con esta fragmentación, y sin la representación de las Juntas Internas del sector, avanza una ofensiva del gobierno dirigida a reventar los derechos laborales de convenio, entre ellos, el horario reducido.
Así se observa en el caso del acuerdo sellado entre la Dirección General de Cultura y Educación y las dirección es de los sindicatos estatales -incluida la Verde Anusate de ATE Provincia-, que prevé un cambio de régimen laboral de 30 a 40 horas semanales, a cambio de una bonificación del 125% del básico, remunerativa pero no bonificable. La recomposición es engañosa, porque el 125% sobre un básico paupérrimo, en el mejor de los casos, significará $15.000 -en el mejor de los casos- a cambio de dos horas más de trabajo diario.
La bonificación será abonada sólo a condición de aceptar pasar al nuevo régimen horario. Aquellos trabajadores que “elijan” quedarse en el régimen de 30 horas semanales, no la cobrarán e incluso perderán las actuales bonificaciones sectoriales, como horas extras no trabajadas que en otras paritarias fueron la vía de aumentos encubiertos. ¡Toda una extorsión! Bajo una promesa de recomposición salarial engañosa, en el cambio de régimen horario se esconde una mayor explotación y desvalorización del salario. Los trabajadores debían aceptar esta pérfida “opción” durante el mes de junio, y su entrada en vigencia está prevista a partir del 1 de agosto.
Pese a las numerosas asambleas convocadas por la Junta Interna de ATE Sede, donde se denunció la maniobra y primó el rechazo del cambio de régimen, la gran mayoría de los trabajadores aceptó la extorsión debido al profundo retraso salarial que los viene castigando. Ahora habrá que ver si, con la vuelta a la presencialidad, el horario ampliado es efectivamente trabajado.
Tras cinco años consecutivos de paritarias a la baja, se viene acumulando una pérdida del poder adquisitivo cercana al 50%. Los salarios estatales no logran cubrir ni siquiera la canasta de indigencia. Con básicos de $13.000 en la mejor categoría, se ha preparado el terreno para esta extorsión que tiene el objeto de avanzar en el cambio de régimen laboral.
Los trabajadores estatales bonaerenses pagamos caro las consecuencias de la integración al Gobierno de parte de la dirigencia de ATE Provincia. Más preocupado por las elecciones, “El colo” Isasi -su secretario general- profundiza la entrega de los derechos de los estatales.
La Dirección General de Cultura y Educación fue la prueba piloto para avanzar en el resto de las paritarias sectoriales. De esta manera, el gobierno y las burocracias estatales se aprestan a continuar desplegando esta “oferta” en el Ministerio de Desarrollo social, en la Subsecretaría de Derechos Humanos y otros ministerios.
Pese a los intentos de ocultamiento por parte de la burocracia, los trabajadores se han puesto en alerta y se organizaron en diferentes asambleas, como en Patronato, donde se pronunciaron en contra de esta estafa que extiende la jornada laboral.
Debemos entender que esta “propuesta sectorial” que se repite en otros sectores va dirigida a toda la provincia y, por tanto, necesita una respuesta de todos los trabajadores a nivel provincial. Debemos unir las asambleas sectoriales en una gran asamblea del conjunto de los estatales provinciales que lleve la lucha a la victoria por un salario igual a la canasta familiar; salario de bolsillo de $100.000; no a la extensión de la jornada laboral; pase a planta permanente de todos los precarizados.