Festival de Inquilinos en Lucha

Escribe Emiliano Monge

Sábado 17, desde las 20 horas.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El sábado 17 de julio a las 20 horas, desde Inquilinos en Lucha vamos a realizar un Festival artístico con una decena de artistas invitados del país y el mundo para visibilizar la problemática habitacional, denunciar los desalojos que se están produciendo en el país durante la pandemia, y para plantear una salida de fondo al problema de la vivienda nacional. Va a ser transmitido en directo desde Facebook Live desde la página de Inquilinos en Lucha.

La lucha por la tierra y vivienda se da dentro del marco de enormes rebeliones populares en el continente, frente a regímenes políticos y sociales que no pueden dar respuesta a las necesidades y reclamos elementales de sus sociedades. En Argentina esto se expresa en la lucha de diferentes sectores se autoconvocados que enfrentar la presencialidad escolar, los ajustes y la gestión de la pandemia en salud, como así diferentes reclamos de trabajadores autoconvocados para pelear por aumentos salariales, contra los despidos, suspensiones y por mejores condiciones laborales. Inquilinos en Lucha es parte de ese sector de inquilinos y vecinos autoconvocados que quieren buscar una solución a sus reclamos, y que tratan de unificar las luchas y reclamos de vivienda y tierra.

Crisis habitacional, negociados y pandemia

La crisis habitacional que sacude al país es producto de las políticas públicas en materia de beneficio a los negociados inmobiliarios que han generado diferentes booms de la construcción, pero no de viviendas populares, sino de lujo, una forma de especulación inmobiliaria. En la Ciudad de Buenos Aires en la última década se construyeron más de 100.000 viviendas, sin embargo, el número de habitantes se redujo y el número de inquilino aumentó (4 de cada 10 personas en CABA son inquilinos dice Inquilinos Agrupados). Los aumentos de alquileres duplicaron la inflación según Zonaprop.

Según el INDEC, de los 9.236.000 hogares a nivel nacional el 20% alquila, un 10% es ocupante, pero un 7,7% es propietario de la vivienda, pero no del terreno. 3 de cada 10 personas en el país sufre las consecuencias del déficit habitacional, por lo que se estima que se necesitan 4 millones de viviendas. Muchas de estas familias están compuestas por hijos grandes que no pueden independizarse (infobae, 3/7), con las consecuencias que produce el hacinamiento en una pandemia. También creció el número de desalojos y el de personas viviendo en las villas de la ciudad. La pandemia no es un hecho natural, es producto del tipo de relación entre la sociedad y la naturaleza.

Esta la otra cara de una misma moneda que contiene los negociados en Costa Salguero, Puerto Madero II, el negociado inmobiliario en Boedo, la venta de terrenos del ferrocarril como el Playón de Colegiales, Parque Patricios, el Mitre, o la venta del mercado de Liniers, sólo por nombrar algunos en capital. Estos negociados se sostienen en el acuerdo de los bloques patronales de la Legislatura porteña.

El hacinamiento producido por el constante déficit habitacional es el medio propicio para la reproducción de virus, mutaciones y nuevas pandemias. Pero nada de esto importa a los que gobiernan, que priorizan los negociados inmobiliarios y la propiedad privada por encima de la vida de las personas. El caso de Yolanda Vargas, trabajadora de Colonia Santa Rosa, inculpada por “abandono de persona agravado” por el incendio de la casilla donde perdió a sus dos pequeños hijos, y el desalojo de las 1.500 familias que habían ocupado Guernica, la mayoría encabezadas por mujeres, son una síntesis de la crisis habitacional.

Desde Inquilinos en Lucha, la prohibición de los desalojos, topes a las renovaciones de alquileres y al m2 para alquiler y venta, tope a los aumentos de alquileres, alquileres no mayores al 20% del salario, condonación de las deudas de inquilinos, censo de viviendas ociosas para garantizar soluciones inmediatas priorizando a familias compuestas por madres cabeza de hogar, urbanización de las villas y triplicación de los subsidios habitacionales a cualquiera que esté en situación de desalojo o no pueda pagar el alquiler, garantizar gratuidad del patrocinio legal, realizar un censo de la tierra pública para destinarla a la construcción de 4 millones de viviendas bajo el control de trabajadores y organizaciones independientes de inquilinos, nacionalización de la banca y red de créditos para vivienda.

El Festival será una enorme caja de resonancia de todas las luchas contra los desalojos y por la y por la tierra y vivienda para todos. ¡Todos están invitados a participar!

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