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Ya van dos meses desde que se firmó la paritaria de la Administración Pública Nacional (APN) y las conducciones de ATE Nacional y Capital no han hecho más que publicar notas y comunicados planteando la necesidad de adelantar algunas de las minicuotas, pasar a agosto la cláusula de revisión acordada para noviembre o arañar un aumento del 10% apostando a que el sólo enunciado conmueva la billetera del gobierno nacional. La incorporación a las filas del oficialismo de parte de los dirigentes de la Verde y de la Verde y Blanca, tanto como funcionarios como candidatos para las próximas elecciones, los han colocado de espaldas a los propios trabajadores.
Los salarios de los y las trabajadoras de la administración pública nacional parten con categorías muy por debajo de la línea de pobreza; por eso seccionales como la de Córdoba, Rosario, el plenario nacional de delegados de Agricultura Familiar y el Hospital Garrahan votaron una jornada de lucha para el miércoles 21 de julio con asambleas, cortes de calle y de ruta y una movilización al Ministerio de Salud de la Nación, por su parte la coordinación de un conjunto de Juntas Internas Nacionales van a realizar una radio abierta frente al INDEC.
Aunque en algunas provincias el sector de nacionales es relativamente pequeño el rechazo a la paritaria se siente porque los ataques a los trabajadores estatales del gobierno macrista aún no encontraron la tan esperada solución en el gobierno de Fernández, no se han incorporado a los despedidos, los salarios siguen atrasados, el pase a planta permanente es una línea en las actas paritarias que no se concreta y, como si fuera poco han publicado una Resolución de presencialidad para los estatales que tengan la primera dosis de cualquier vacuna para el Covid 19 cuando ni siquiera han terminado de vacunar a los trabajadores catalogados de “esenciales”.
El número de trabajadores muertos entre los presenciales de la primera línea de la salud, del Anses y en general de los trabajadores y trabajadoras no conmueve tampoco al gobierno que ni mejora las condiciones laborales, ni termina de vacunarlos ni les otorga un aumento que les permita empatar el costo de vida. Los organismos no han sido preparados para el retorno a la presencialidad ni ha habido cambios en el sistema de transporte público para garantizar que la Cepa Delta o la Tercera Ola de la Pandemia no signifiquen un nuevo pico de contagios y muertes.
Los trabajadores y las trabajadoras tenemos que organizarnos para contestar estos ataques solapados, los del gobierno y los de la burocracia que se convierte en cómplice de la presencialidad, de los bajos salarios y de la precarización laboral. Convocando asambleas por sector allí donde las Juntas Internas miren para otro lado y coordinando como lo hacen los municipales de la Matanza que se convocan en movilizaciones para exigir la reapertura de la paritaria.
Por su parte las trabajadoras y trabajadores del Hospital Nacional Garrahan ya llevan un mes de medidas de lucha y paros escalonados exigiendo un aumento de una cuota del 50%. Con métodos fascistas han tratado de amedrentarlos sin lograrlo. Por eso la última asamblea votó una nueva movilización a la que convocan a apoyar a todos los sectores de trabajadores.
La Junta Interna de INTA Castelar realizó una nueva asamblea general rechazando la paritaria que votó por unanimidad en contra de volver al trabajo presencial en defensa de la vida de los trabajadores. El plenario de nacionales de Rosario votó una radio abierta para exigir la reincorporación de los despedidos y rechazar la paritaria firmada. Es necesario hilar cada una de estas luchas en una coordinación de trabajadores que arranque todas y cada una de las reivindicaciones.
Defendamos las autoconvocatorias en cada lugar donde las conducciones den la espalda y exijamos de forma conjunta un plenario de delegados nacionales resolutivo que vote un plan de lucha hasta conseguir el aumento igual a la canasta familiar, el pase a planta de todos los precarizados, la vacunación inmediata a todo el personal esencial y la suspensión de la Resolución de presencialidad 62/21.