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A menos de una semana de haber vencido el plazo para la inscripción de listas en los cargos nacionales, el desgarro que recorre al oficialismo es más profundo de lo que aparenta.
Todas las internas presentadas de los partidos patronales, incluso las que disputaran en distritos como CABA y la Provincia de Buenos Aires, han quedado en un segundo plano luego de que se formalizara la candidatura de Agustin Rossi contra la lista apañada por el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. Lejos de las superficialidades con que la prensa burguesa planea abordar esta interna entre camarillas, las razones de este “desplante” tiene sus raíces muy concretas.
Quienes ofician de plataforma a la candidatura del “Chivo”, han sido el Frente Renovador de Massa, el Movimiento Evita, y ni más ni menos que la actual vicegobernadora, Alejandra Rodenas, la cual pertenece al Nuevo Espacio Santafesino. Este sector, tiene como referente principal al senador provincial por el departamento de San Lorenzo, Armando Traferri, quien desde hace décadas actúa como lobbysta de los intereses agroexportadores. Al mismo tiempo, es el jefe de la bancada que reúne a 8 de los 12 senadores justicialistas, los cuales conforman dentro del PJ una mayoría en la cámara alta. En las elecciones del 2019, este armado fue imprescindible para la victoria de Perotti, logrando inclinar la balanza luego de 12 años de gobierno del Frente Progresista. Hoy en día se encuentra bajo la picota de ser imputado como autor penalmente responsable de una asociación ilícita por el juego clandestino, luego de ser deschavado por una serie de fiscales y el ex Ministro de Seguridad, Marcelo Saín.
Lo cierto es que los capitalistas no le entregaron un cheque en blanco al rafaelino y a su mandato. La clave de este quiebre tiene que ser leída con la fallida intervención y el punto muerto en el que se encuentra la concursada Vicentín, la pseudoestatización de la hidrovía, y último episodio, la reciente aprobación de la ley que regula los biocombustibles.
La nueva norma modifica los porcentajes de corte, lo que significa un cambio en las cantidades obligatorias que se combinan los derivados de maíz y soja, por ejemplo, con las naftas (uno de ellos, el gasoil). Esta porción se reduce en un 50% (del 10% al 5% por corte). Las criticas de la Cámara de Bioetanol de Maíz amenazaban con el cierre de empresas y despidos masivos de un sector que emplea más de 10.000 trabajadores, siendo que Santa Fe aquella que concentra el 82% de la capacidad instalada en el país. Este negocio “incipiente” factura ganancias de u$s 3.500 millones por año cuyo esquema recién aprobado tendrá vigencia hasta el 2030, pudiendo ser prorrogado. Como si fuera poco, aquellas empresas que produzcan más de 50.000 toneladas por biodisel por periodo están vetadas para el abastecimiento interno, en una pantomima en defensa de las pymes que operan en este mercado. El pasaje de un régimen de “promoción” a uno reglamentado conmociono a todo el arco patronal.
En esta pulseada, por otra parte, han salido “airosos” las petroleras y los grandes ingenios ubicados en el norte y el oeste argentino, al haber mantenido sus proporciones en la mezcla de combustibles. Festejan Paolo Rocca y Techint, la Seaboard en Salta y el Ingenio Ledesma de Blaquier. No hubo grieta entre macristas y kirchneristas a la hora de defender a los pulpos capitalistas que operan en sus provincias.
Al mismo tiempo, sobre este rubro interviene la concursada Vicentin. En las últimas horas se han empantanado las negociaciones para llegar a un acuerdo con sus acreedores luego que los anotados a adquirir sus activos hayan desistido a raíz de ciertas “contingencias”. Una de ellas, la incertidumbre electoral (29/7). Al fin y al cabo, en el marco de toda esta disputa, el “elegido” de Perotti, Roberto Mirabella, quien hoy encabeza la lista a diputados nacionales, voto a favor de la nueva regulación bajo protesta de que si bien “no es la mejor ley, es la ley posible” (SIC). Existe cierta esperanza que en la reglamentación se estatuya un fondo compensador, es decir, subsidiando a las perjudicadas por la normativa pero nada concreto.
Todo indica que esta es la gota que rebalsó el vaso de los exportadores ya que afecta la producción de RENOVA, la planta más importante de Sudamérica en biodisel, que pertenece al holding de Vicentín. Por otro lado, en el plano estrictamente judicial, los plazos en torno a la exclusividad que tienen los directivos de la empresa para alcanzar un acuerdo por sus deudas estan a punto de llegar a término ya que el 5 de agosto la propuesta debe estar presentada. De no ser así, los acreedores podrán solicitar el pedido de quiebra de la misma, algo hasta ahora “blindado” y que significa la luz verde para la liquidación de sus activos hasta alcanzar el monto de las acreencias.
La disputa por el lugar en el mercado de oleaginosas tiene un plano internacional: desde COFCO y las multinacionales americanas, junto a la suiza Glencore, presionan para hacerse de todo a precio vil. Este ajetreo es complementado por el único vocero que queda del gobierno que aun esboza que el Estado se haga cargo de la misma, Claudio Lozano, señalando lo siguiente: “ Parece razonable que, cuando venza el período de exclusividad en el marco del concurso, el Estado nacional haga valer sus derechos asociados a los créditos del Banco Nación, el resto de la banca pública y la AFIP, y busque los socios necesarios para que el final de esta historia se acerque a la necesidad de nuestro país y no al fraude de Vicentin. Es decir: no a la extranjerización, sí a la creación de una empresa testigo en el comercio exterior de granos”. La proximidad del desenlace ha puesto en vilo a la clase capitalista en su conjunto.
Cuando todos los candidatos de las fuerzas patronales plantean “defender la provincia” lo que hacen es promocionarse como voceros de Cargill, Dreyfus, y los pooles de siembra. Además de Rossi, se han anotado Jose Corral, Carolina Losada y Federico Angelini por parte de Juntos por el Cambio, y Rubén Giustiniani y Mónica Fein del lado del Frente Amplio Progresista. Son conscientes del resquebrajamiento de esta fracción de la burguesía con el gobierno, por lo que les abre una oportunidad de ofertarse como agentes a ultranza de estos intereses.
Las tendencias a la disgregación, en definitiva, obedecen a los intentos de la burguesía por querer llevar adelante una salida política al impasse de este régimen en un cuadro de crisis humanitaria que hace estragos y donde no puede seguir gobernando de la misma manera.
Estas elecciones primarias, aunque sean de medio término, no serán una compulsa administrativa irrelevante, sino, por el contrario, un proceso que ha iniciado con una fractura expuesta que ha llegado al gabinete de AF. El emplazamiento a “renunciar por una cuestión ética”, de los distintos funcionarios por ser candidatos, es una maniobra que quiere ocultar la implosión en el oficialismo, lo cual obedece, por el momento, a un intento de un reacomodamiento interno. Es que la misma se da con el sector que el gobierno nacional caracterizó como estratégico, en su perspectiva de lograr un acuerdo con el FMI y que las divisas alcanzadas por las exportaciones sean de garantía para el pago de la deuda pública.
Una eventual derrota de Perotti sellará su defunción política en la mitad de su mandato, lo cual es un tiro por elevación al FdT. Una fenomenal crisis política esta incluida en esta tendencia. Los trabajadores debemos discutir esta caracterización de conjunto.