Escribe Jorge Altamira
El escenario político-electoral.
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El escenario político que deja el cierre de inscripción de listas para las PASO, parece reivindicar el artificio armado por Néstor Kirchner. Las “primarias obligatorias” fueron establecidas tras la experiencia de 2003, cuando el justicialismo y el radicalismo presentaron tres listas cada uno, seis en total. El resultado fue que todos quedaron muy lejos del 51% para ganar en primera vuelta. El mejor posicionado, Menem, obtuvo apenas el 24 por ciento. Kirchner quedó consagrado como Presidente con apenas el 21% cuando Menem renunció a participar del balotaje – lo mismo que Illia en 1963. Las PASO tenían por objeto evitar esa dispersión electoral y consagrar candidatos mayoritarios para las elecciones generales y una eventual segunda vuelta.
Después de dos décadas de irrelevancia, las PASO reaparecen como método de unificación de candidaturas. Esto señala que la disgregación partidaria ha alcanzado los niveles de 2003 e incluso los ha superado. Se han impuesto, para dirimir pujas, en todo el territorio nacional. En la provincia de Buenos Aires, se presentan como un todo o nada para JxC; en Tucumán, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Chubut, incluso Santa Cruz, esto vale también para el FdT. Incluso el FIT-U, para el cual las PASO son un crimen de leso socialismo, tiene su mini-interna en casi todo el país, y particularmente ´caliente´ en Córdoba. Contra lo que suponía Néstor Kirchner, sin embargo, las candidaturas únicas que resulten de las PASO difícilmente calmen las aguas, pues los ´heridos´ en las diferentes contiendas podrían elegir patear el tablero de los ganadores.
Las PASO en el macrismo son especialmente aleccionadoras. Son un producto retardado de la hecatombe del gobierno de Macri. La iniciativa de Larreta de cambiarle el rostro a JxC, alejando a Macri y Bullrich, dejó abierta una puerta para que el radicalismo se meta como competidor en territorio bonaerense y porteño. La sumisión al macrismo, en 2015, quedó definitivamente atrás. Para los fondos internacionales, patrocinadores de Macri, se trata de una pérdida relativa de influencia, en consonancia con el repliegue real que han sufrido con el default que generó la lotería financiera de 2016/7 y los escasos resultados que ha dejado la reestructuración de la deuda por parte de Guzmán, a pesar de haber evitado una quita sobre el capital. Para quienes especulan con un ´retorno histórico´ de la UCR, hay que advertirles que se trata de un partido casquivano, que gobernó con el kirchnerismo hasta el conflicto con el capital agrario, y luego se dio vuelta como un guante hacia el macrismo. Argentina se ha convertido en un cementerio poblado de muertos sin sepultura. Si encima Manes derrota a Santilli, asistiríamos a la desaparición más veloz de una fuerza política, en este caso neo-liberal, que se haya visto en mucho tiempo. Todavía es difícil apreciar que consecuencias tendría una candidatura radical en territorio bonaerense sobre el electorado que el FdT descuenta como propio.
En el otro campo, la lista única que ha impuesto el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires es relativamente engañosa. En la mayor parte del país el FdT se encuentra atravesado por internas feroces, porque envuelven a los gobiernos respectivos, como ocurre en Tucumán entre Manzur y Jaldo, y Santa Fe entre el gobernador y su vice. En Santa Fe, la penetración del narcotráfico y el juego clandestino; la presencia dominante de las grandes cerealeras de exportación; la Hidrovía por la que pasa la mayor parte del comercio interior y exterior; los puertos privados como cotos cerrados de los exportadores; la presencia de una burguesía agraria relativamente fuerte; todo esto convierte en explosivas a las PASO del peronismo y de los diferentes lados de la grieta.
El asunto de las PASO dejó a luz una cuestión más importante que ellas – la crisis de gabinete de los Fernández, anunciada por CFK cuando mentó a los funcionarios que no funcionan. Las PASO se han cobrado la continuidad de Daniel Arroyo y de Agustín Rossi. La designación en Desarrollo Social del intendente de Hurlingham, Zabaleta, para poner orden en una cartera ´loteada´, anuncia nuevas crisis y un cambio de frente respecto a las organizaciones sociales de desocupados. Es un giro importante, que se anticipa a los cortes que exige el FMI para arribar a un acuerdo con los Fernández. La cuestión del gabinete apunta, de todos modos, más arriba, como lo advierte la insistencia del kirchnerismo para deshacerse de Cafiero. Antes que el Congreso vote el acuerdo con el Fondo, se necesitará la aprobación del gabinete. La diferencia acerca de los plazos de pago de la deuda que se le pedirá al FMI, todavía no ha sido zanjada. El gobierno de los Fernández navega por una crisis social inmensa con dos timoneles y una tropa de oficiales bastante dispersa.
Uno y otro lado de la ´grieta´ se presentan con slogans baratos. “Consolidar el proyecto”, de parte del oficialismo, “evitar Venezuela”, de parte de la llamada ´oposición´. Para la mayor parte de los entendidos, no ocurriría ni una cosa ni la otra, porque la renovación de bancas dejaría la composición del Congreso sin modificaciones de envergadura. Tampoco se asignan mayores posibilidades a la estrecha avenida del medio que encabeza Randazzo, cuya orientación empalma con la del macrismo – el cual tiende a convertirse en una rama del peronismo (Urtubey, Pichetto y el peronismo ´republicano´). Pero acá importa la letra chica, porque un retroceso electoral de parte de unos y otros, incluso si no adquiere grandes dimensiones, dejaría ver un debilitamiento político que ya apenas se esconde, cuando hay que firmar con el FMI y cuando se verifica un crecimiento sostenido de las luchas de los trabajadores.
De modo que, a pesar de la inventiva de Néstor Kirchner, las PASO son un contenedor que no contiene. La economía mundial ha devuelto a toda América Latina a la condición de exportadora primaria, o sea al fracaso de los planes de industrialización que pergeñaron diversos gobiernos ´nacionales y populares´. El “mercado interno” tuvo su breve momento de gloria, pero no ofrece ninguna salida en las condiciones de internacionalización, no ya comercial sino financiera. Las bases de gobiernos burgueses nacionales se encuentran definitivamente socavadas, y con ello sus experiencias políticas. El crecimiento de las rebeliones populares son la expresión de la rebelión de las fuerzas productivas contra la decadencia capitalista.
La inmersión del FIT-U en una PASO que siempre ha repudiado, en casi todas las provincias, reproduce, a su modo, la disgregación conjunta del sistema político. Al cabo de una década de existencia ha ido perdiendo su escasa cohesión inicial, o sea que no se ha transformado en fuerza dirigente. El aparato del Partido Obrero, con más apetito carrerista que capacidad de deglución, ha disuelto al PO en un frente democratizante, que se postula como “tercera pata”, en competencia con Milei, y no como una fuerza que reivindique la construcción de un gran partido de la clase obrera, ni que oriente las luchas presentes en el sentido de un movimiento general, a pesar de necesidades tan apremiantes como salarios, jubilaciones y trabajo. Lejos de eso, abogó desde el principio de la pandemia, por la “presencialidad segura”.
Exponemos este escenario político de conjunto, para sacar las conclusiones que se imponen – la necesidad, por un lado, de una campaña política que profundice el llamado a los trabajadores a organizarse políticamente como clase y, del otro, que señale la crisis irreversible de un régimen político que pretende navegar en medio de derrumbes y catástrofes histórico-naturales. La vigencia del socialismo internacional se encuentra presente en las entrañas de esta crisis