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Diversos estudios están poniendo el foco en las secuelas que sufren un importante número de personas a lo largo del mundo, a consecuencia del COVID-19. Esto es conocido como “long COVID” o COVID prolongado. Un reciente estudio publicado en The Lancet detectó más de 203 síntomas compatibles con esta secuela a partir del estudio de 3.762 personas en 56 países. El mismo estuvo encabezado por especialistas de la Universidad de Londres.
Estas secuelas están asociadas al cuadro inflamatorio sistémico que genera el Covid en el cuerpo de una persona contagiada, afectando a diversos órganos, más allá del sistema respiratorio. Ha resultado una afección común una falla en los riñones y también anomalías cardíacas, presentes en 1 de cada 8 pacientes (The Guardian, 15/07).
Entre los síntomas más comunes se hallaron “la fatiga, el malestar post-esfuerzo (empeoramiento de los síntomas después de un esfuerzo físico o mental) y la disfunción cognitiva, a menudo denominada niebla mental”. Menos frecuentes resultaron “alucinaciones visuales, picazón en la piel, cambios en el ciclo menstrual, disfunción sexual, problemas de control de la vejiga, diarrea, palpitaciones cardíacas y tinnitus” (Infobae, 15/07).
Entre las personas que sufren covid persistente, el 91,8% de los encuestados siguió presentando síntomas luego de siete meses. La mayoría (89,1%) no pudo recuperar su vida normal, incluso transcurridos siete meses desde la infección, afectando principalmente a sus trabajos. El 22% no pudo volver a trabajar y el 45% necesitó un horario reducido. No existe en ningún país del mundo alguna defensa legal para los trabajadores que sufren estas afecciones y que se desconoce cuánto pueden seguir atacando su organismo.
Otros estudios de apoyo, como el realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham y publicada en el Journal of the Royal Society of Medicine, asegura que “la mitad de los hospitalizados con Covid-19 desarrollaron al menos una complicación adicional durante su estadía, mientras que una cuarta parte de los pacientes fueron menos capaces de cuidarse a sí mismos cuando fueron dados de alta del hospital que antes de tener el virus” (The Guardian, 15/7). Diversos estudios recientes apuntan que entre el 10 al 15% de los niños infectados por Covid sufrirían síntomas persistentes. En Argentina esto equivale a 30 mil niños afectados aproximadamente según casos confirmados en menores de 20 años por el Ministerio de Salud de la Nación.
Estos casos ahora presentan un cuadro más agudo a partir de la variante Delta, más virulenta. Los médicos desconocen el origen del Covid prolongado, pero aseguran que probablemente esté asociado al desorden que genera en el sistema inmunológico, generando anticuerpos “rebeldes” que atacan al cuerpo en vez de defenderlo. O a su capacidad de permanecer durante largo tiempo en el organismo con una suerte de “reservorio”.