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¿Alberto Fernández cree que, si define la política genocida de las fuerzas armadas y el conjunto del aparato del estado, bajo la dictadura, como una suerte de “inconducta de algunos”, los ‘bonistas’ le devolverán el favor con una quita mayor de la deuda externa? Porque no hay acto de gobierno que no esté vinculado a la cuestión del default, desde la reconciliación con el sionismo, la vista gorda al golpe en Bolivia y el romance con Kristalina y el FMI. AF sigue una ruta trazada, porque desde el punto final y la obediencia debida de Alfonsín, los indultos de Menem, el rechazo a los pedidos de la justicia de España para procesar a los criminales por parte de De la Rúa y Kirchner, la dilación de los juicios durante los doce años K y la reivindicación del “ejército nacional” bajo la conducción de Milani, no ha habido ‘demócrata’, en los últimos cuarenta años, que no buscara restituir a las fuerzas armadas la condición de guardia pretoriana del Estado que entró en crisis por el genocidio, de un lado, y la entrega militar de Malvinas, del otro.
Exhibiendo una grosería intelectual que quizás busca ocultar, cree que una institución clave del Estado se renueva en términos biológicos, luego de haber demostrado una caducidad histórica irreversible. El Presidente atrasa doscientos años: no parece haber hojeado al militar prusiano Clausewitz, que se dedicó a estudiar las derrotas militares de las monarquías europeas ante el ejército de Napoléon.
Fernández, otro más, ha llamado a “dar vuelta la página”; no tiene sentido, sin embargo, pasar a las páginas siguientes sin haber entendido las precedentes.
Durante muchos años, los políticos se referían al “partido militar”, en un intento de explicar 54 años de arbitraje político castrense y más de una decena de golpes de Estado, entre los que triunfaron y los que fracasaron. Los milicos devolvían la gentileza denunciando a una ‘casta política corrupta’. Los golpes ocurridos en una serie de países latinoamericanos en las dos décadas pasadas (el último en Bolivia), demuestran el fracaso del intento de democratizarlas por decantación generacional. Este fracaso ha provocado también crisis militares, como los golpes ‘carapintadas’ en Argentina y la masacre a los protagonistas del putsch de La Tablada y rebeliones contra las cúpulas militares, o la injerencia militar norteamericana en Perú y Bolivia a fines de los 60 del siglo pasado, o el chavismo en Venezuela, en 1992. ¿Cómo piensa AF enfrentar las proscripciones que han desatado los golpistas bolivianos sin una lucha contra las fuerzas armadas de ese país, ‘hermanas’ de las de Argentina?
En Argentina persiste la creencia de que el reflujo militar ha sido real, pero no sólo porque no tiene en cuenta los vasos comunicantes entre las fuerzas armadas y la gendarmería, por caso, o los grupos de tareas de los servicios, que en la jornada del 20 de diciembre de 2001 mataron a más de una treintena de manifestantes. El protagonismo del teniente Sergio Berni, desde sus comienzos como infiltrado en las minas del Turbio hasta su reciente disputa por el control de las fuerzas federales, atestigua la vigencia de este entrelazamiento. Lo mismo ocurre con la absolución de Milani, que Hebe de Bonafini atribuía a la ‘lawfare’ del macrismo. La participación de Gendarmería en operativos internos ha sido ensayada ampliamente por Nilda Garré. La misma que desató la masacre de piqueteros en la rebelión de General Mosconi, Salta, en el 2000.
Hace sólo un mes, el Congreso votó los ejercicios militares conjuntos del ejército local con la armada yanqui, sin el menor reparo por la constitución de la IV Flota norteamericana para patrullar la costa atlántica de América Latina. La saga de esta colaboración política es muy extensa a lo largo de cuatro décadas, incluyendo la presencia de la CIA y el Mossad y el contrabando de armas del menemismo hacia las guerras del imperialismo (Yugoslavia, década del 90). En la serie reciente de Netflix (El fiscal, la presidenta y el espía) agentes del FBI y la CIA reconocen, cuando no denuncian, la política de encubrimiento de esos organismos en el atentado terrorista a la embajada de Israel y a la AMIA.
En vez de mirarle la partida de nacimiento a los militares recién egresados del colegio militar, hay que abrir todos los archivos del genocidio, rechazar las operaciones militares coloniales y denunciar el patrullaje yanqui en América Latina como parte de los preparativos de guerra del imperialismo ante el crecimiento de la rivalidad ‘geopolítica’ internacional. El rol histórico del ejército concluyó con la participación de las milicias de época en las invasiones inglesas de 1806-7; lo que hubo después es el combate al artiguismo y la guerra genocida contra Paraguay. Los socialistas convocamos a luchas por un gobierno de trabajadores y la Unidad socialista de América Latina, a partir del armamento del pueblo.
La afirmación de Fernández tiene lugar cuando el oficialismo pretende servirse del cercano 24 de Marzo para montar un operativo de apoyo al gobierno FF. La “vuelta de página” que pidió AF vacía de contenido a la marcha oficial.
El Encuentro Memoria Verdad y Justicia ha emitido un pronunciamiento de rechazo a los dichos de AF, que fue rechazado por el PCR. El PCR ha vuelto a su isabelismo de los 70, al menemismo de los 90 y al breve kirchnerismo del 2000.
Desde un punto de vista de conjunto, nadie ignora que América Latina ha ingresado en un período de nuevas crisis políticas, por un lado, y rebeliones populares, por el otro. La cuestión del ejército cobra toda su centralidad en períodos de esta naturaleza. Las reyertas sobre negacionismo de unos y poner fin a las grietas de otros, desprecian la cuestión estratégica en juego, o sea el futuro. Los ‘nac & pop’ pretenden redorar sus blasones con un proyecto que condene las expresiones negacionistas, en la creencia de que esto los convertiría en héroes modernos, apuntando en realidad no contra el negacionismo, que abunda en el FdeT, sino contra la libertad de expresión y de organización de los trabajadores y la juventud.
Con esta convicción preparamos y llamamos a preparar la movilización independiente para el 24M.