Otro quórum del FIT al régimen político, las jubilaciones especiales

Escribe Comité de Redacción

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Pasados algunos minutos del inicio de la sesión de hoy, el oficialismo lograba un quórum apretado para tratar la reforma al régimen de jubilaciones especiales del poder judicial. Lo obtenía “gracias a la presencia de Daniel Scioli”, que se vino, para el caso, desde la embajada en Brasilia. Para María O’Donnell, favorable sin embargo al proyecto en cuestión, fue un “bochorno”. Para los círculos judiciales, esta presencia invalida la ley, porque un embajador no puede ser, a la vez miembro del Ejecutivo y del Congreso.

¡Qué decir entonces del FIT-U que hizo lo mismo: dar el quórum con sus dos diputados! Como el oficialismo no reunía mayoría propia, la asistencia de cada diputado/a opositor/a fue decisiva para habilitar la sesión. ¿Qué ha quedado de la solidez o consistencia política de “una oposición obrera y socialista”, facilitando el quórum a un gobierno fondomonetarista y por supuesto capitalista? En Chaco, recientemente, había hecho lo mismo el oficialismo del PO, nada menos que con el tratamiento del Presupuesto. El que avisa no traiciona.

El FIT-U habilitó la sanción de un proyecto que, antes que nada, es una farsa. Los K, gladiadores del combate a la miseria, mantienen en él los privilegios de la camarilla judicial. El cálculo del retiro de los magistrados y diplomáticos dejará de hacerse sobre el último sueldo. Todo lo que cambia, sin embargo, si esto no es declarado inconstitucional por el propio poder judicial, alegando los “derechos adquiridos”, es que el cálculo se hará sobre un promedio de los diez años previos, ajustados por un índice que será determinado por la reglamentación. Con este cambio ‘revolucionario’, la casta seguirá siendo la casta, con la ventaja de haber atravesado ilesa ‘una reforma’. La reducción del gasto presupuestario de estos cambios equivale a monedas. Una verdadera estafa para una montaña que parió un ratón.

El carácter vergonzoso del proyecto supera cómodo su intención política –que no es otra que convertirlo en ariete de la ‘reforma jubilatoria’ que plantea el FMI. Después de todo: ¿no fue el FMI el que le planteó a Macri, hace año y medio, la necesidad de reformar los “regímenes especiales”? Quien se tome el trabajo de leer Clarín del 4 de junio de 2018 verá que el FMI y Dujovne formaron una “comisión técnica” para reformar los “regímenes especiales”. Cortito: el FIT-U dio quórum al FMI.

Al lado de semejante fraude, lo verdaderamente importante queda empequeñecido. Lo importante es que el Frente de Izquierda (FIT) ha abandonado la política de oposición estratégica a la burguesía y su estado –algo que tampoco viene de ahora. Nada menos que en una cuestión como el poder judicial, se ha prestado al juego de los Fernández. De otro lado, a nadie se escapa que le brinda una formidable coartada ofensiva para los atropellos contra el régimen jubilatorio general, y para la desindexación de las paritarias. Los términos del proyecto de ley de los Fernández siguen la línea del que presentó Macron en Francia –y es enfrentado por grandes huelgas y por movilizaciones gigantescas. Nos referimos a la derogación de los “regímenes especiales”, que en Argentina encuadra también a docentes nacionales, docentes universitarios, investigadores científicos y trabajadores de luz y fuerza, entre otros.

Como el ministro Guzmán comulga con el FMI en la tesis de que el sistema jubilatorio “es inflacionario”, el gobierno anuló la movilidad vigente y se apresta a mandar un proyecto que ponga en práctica el achatamiento jubilatorio, como lo ha hecho en el primer trimestre del año. Aplicado a lo largo de 2020, implicaría un ‘ahorro’ de $100 mil millones de pesos, en conformidad con lo que le exigen bonistas y FMI. Cuando decretó este achatamiento jubilatorio también dijo, como ahora, que apuntaba contra los “privilegios” -en referencia a los que, con jubilaciones inferiores a $40 mil, se encuentran por debajo de la canasta de pobreza. El kirchnerismo ‘adora’ el achatamiento –como lo hizo desde 2004, cuando mandó un 60% de los jubilados a la ‘mínima’.

Hacia adelante, la reforma de las jubilaciones en la Justicia y el servicio diplomático refuerza la presión para liquidar los llamados “regímenes especiales”, como intentó hacerlo con los docentes desde el primer día. Lo ’especial’ de esos regímenes es que los trabajadores han logrado preservar conquistas como el 82 por ciento y la movilidad. Es el caso, repetimos, de los docentes nacionales, de los universitarios, luz y fuerza y otros. En la paritaria docente nacional, el gobierno impuso un aumento de salario “no remunerativo”, lo que implica una caída de las jubilaciones y el hurto de los aportes que el estado debe hacer en calidad de patronal.

El proyecto que acaba de obtener media sanción no es, insistimos, una disposición aislada, y por eso no puede ser caracterizada ni enfrentada como tal. La vieja consigna socialista, “ni un centavo al Estado burgués”, tiene más vigencia que nunca bajo el sistema del FMI, siempre que no se haga de ella una caricatura. Luego de dar un quórum que el oficialismo no hubiera obtenido de ninguna otra manera, los representantes del FIT se despacharon con un discurso ‘anticapitalista’, como tenían previsto que harían gracias al quórum, para una tribuna menguante. En sus discursos no aludieron al pedido del FMI de cambiar los “regímenes especiales”. Para añadir la injuria a la ofensa, tampoco votaron en contra, sino que se abstuvieron. Para el FIT el proyecto tampoco era tan malo después de todo.

Las denostadas “jubilaciones de privilegio” son una consecuencia directa de los salarios privilegiados de los jueces, ¡pero los salarios no son tocados, como no lo son los de los diputados y senadores que han votado esta reforma “solidaria”! El escenario es farsesco. Los protagonistas teatralizan un relato igualitario porque se ven venir una rebelión popular.

La cuestión de las jubilaciones privilegiadas no es ajena a la necesidad urgente que tiene el oficialismo de liberar a sus “presos políticos”. Este tema es más apremiante para él que la deuda externa, porque tiene mayores posibilidades de romper el FdeT. Hasta Ricardo Jaime pide la excarcelación. El gobierno estaría por intervenir el poder judicial de Jujuy, para poner en libertad a Milagro Sala. La designación de tropa propia en el lugar de las vacantes que dejarían quienes se jubilen antes de la entrada en vigencia de esta ley, es considerada insuficiente por los kirchneristas. Para estos hay que ir por una mayoría en la Corte, el desmembramiento de la justicia federal y hasta una reforma constitucional. El FIT ha decidido ignorar esta crisis y poner lo que hacía falta para el quórum.

En 2016 los diputados del FIT querían votar la “inhabilidad moral de De Vido”, como proponía Carrió, para no ser ‘funcionales’ al kirchnerismo. Lo impidió lo que es hoy la Tendencia del PO. Ahora han dado quórum al kirchnerismo para no ser ‘funcional’ al macrismo, al punto que ni siquiera rechazaron el proyecto en cuestión. En la campaña electoral pasada se opusieron a la consigna Fuera Macri, tildándola de kirchnerista; ahora justificarán el quórum con el argumento de que la caída de la sesión habría sido ‘funcional’ al macrismo. Le dieron el Presupuesto a Capitanich, no importa si para no ser ‘funcionales’ a los radicales que habían abandonado la sesión, o por algún ´toma y daca´ con el chaqueño. El oficialismo del PO no ha dado explicaciones sobre este hecho, ni tampoco se pronunciaron los otros partidos del FIT-U acerca de lo ocurrido en el Chaco. El FIT no está parado en ningún lado, va de uno al otro, por eso insiste en una independencia de la que carece por completo. Es así que votó también la emergencia alimentaria (con la abstención de Izquierda Socialista), la cual deja siempre la caja para atender a los más pobres en manos del punterismo estatal. Es emergencia fue el antecedente del pacto de sostenibilidad de la deuda.

El FIT, no solamente el PO oficial, es una nave sin velámen. Obra en el parlamento como una fuerza pseudo parlamentaria, tironeada por las fracciones patronales en disputa, no como una fuerza antagónica al régimen político y social vigente. La unidad política del FIT en todos estos avatares atestigua que esta adaptación política no es sólo el aparato del PO –siempre dijimos que involucraba a todo el FIT-U y alrededores.

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