La campaña del FITU 2021

Escribe Jacyn

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El portal MDZ Online publicó un artículo insólito desde el punto de vista periodístico - y macartista en cuanto a su contenido político. El tema son los elevados gastos de publicidad del FITU que se manifestan en las gigantografías que pululan en las paredes y muros de las ciudades, las ´pautas´ que se pagan en las redes sociales y otras manifestaciones de accesos a los medios. En todo caso, ese gasto es incomparable con el de las campañas en el pasado reciente. Si esta es la inversión aplicada a las PASO, ¿a cuánto llegará en la campaña electoral para el Congreso, legislaturas y Concejos Deliberantes?

Bajo el título “El excesivo gasto electoral del Frente de Izquierda genera muchas sospechas” (mdzol.com, 6/9), el periodista que las alberga apunta a otra cosa que al gasto mismo, sino a poner en duda el financiamiento de la campaña del FITU. Para ello se nutre de fuentes vagamente identificadas. Cita “el mundo político”, “los comités de campaña de los diversos espacios políticos”, “un experto en campañas del Gran Buenos Aires” (sic), y “voceros” del FdT y del “PRO bonaerense”. Desde estos espacios divaga en torno a quién sería el proveedor de los fondos del FITU – si el FdT o JxC. Acerca de los enormes gastos de macristas y kirchneristas, sin embargo, el articulista no sospecha nada. Sabe con certeza que los fondos que derraman estos partidos, en publicidad y en punteros, provienen de las grandes corporaciones capitalistas y de los tesoros del aparato estatal, o sea los ingresos que reciben gobiernos provinciales y nacional y de las numerosas intendencias. Estamos entonces ante un intento macartista de difamación.

Según el articulista, voces anónimas del “mundo del centro derecha porteño” se quejan de que “Ricardo López Murphy y Javier Milei no tienen la visibilidad del espacio trotskista”. “Es cierto que los libertarios y Republicanos Unidos están haciendo su debut en la competencia electoral”, señala, “pero sus postulantes miden bastante más que los de la alianza izquierdista”. Las preferencias del periodista por la derecha lo llevan a un juicio prematuro, pues todavía no sabemos lo que gastarán Milei y López Murphy en la campaña a noviembre. El ex ministro de la Alianza será arropado allí por JxC. La comparación de Milei con el FITU es perversa, porque el libertario fascista es un producto sin antecedentes, en tanto que el bloque de la izquierda democratizante está compuesto de partidos de mucha mayor trayectoria.

Sin ninguna vergüenza, el periodista concluye que “todo (¿?) parece indicar que el Frente de Izquierda empieza a estar bajo sospecha en un escenario electoral poco transparente”. Esto es una incitación a la judicialización. El artículo no cuestiona el gasto de esa izquierda en una campaña preelectoral en términos políticos, o sea, como una contradicción de parte de organizaciones que reivindican una condición socialista o revolucionaria, sino para desarrollar una sospecha acerca de las fuentes de ese gasto.

Ahora, si de “escenario electoral poco transparente” se trata, de nuevo, que los mayores recursos de campaña están concentrados en “Todos” y “Juntos”, que pueden echar mano a las arcas del Estado, de manera discrecional, por ejemplo en nombre de la “publicidad de actos de gobierno”. Pero no solamente. El ´neurocientífico´ Facundo Manes, bancado por los intendentes radicales del interior de la provincia de Buenos Aires, acusó que la campaña de su competidor Diego Santilli en la interna opositora es financiada por el erario porteño. Por otra parte, los referentes de la coalición derechista han creado “fundaciones” ad hoc para blanquear fondos, sin el menor disimulo. Por caso, nada despertó más “sospechas” que las bolsas con dólares en efectivo halladas en el domicilio de la ex vicepresidenta, Gabriela Michetti, que la justicia finalmente amparó como ´donaciones´. O los aportes a María Eugenia Vidal, en una lista de ‘jubilados’ y ‘vecinos’ que nada tenían que ver con esto. En el caso del FdT, entre sus antecedentes, descollaron los aportes económicos entre los representantes de la industria farmacéutica. Ambas coaliciones han acaparado cuantiosos medios de comunicación, ya sea por medio del entrelazamiento con los empresarios mediáticos -lo que le cabe a Mdzol.com respecto a los gobernadores mendocinos-, la distribución de la pauta oficial o directamente a través de su adquisición, como es el caso del (módico) emporio amasado por Víctor Santa María -del PJ porteño- con los fondos del sindicato de encargados de edificios. Finalmente, los capitalistas dominan las campañas electorales no sólo inyectando fondos directamente a las formaciones políticas en competencia sino también creando escenarios propicios a sus intereses por medio de la fuga de capitales, la manipulación de precios, la huelga de inversiones, el sabotaje y otras formas de intervención económica. Una campaña “módica” de las grandes coaliciones de gobierno no debe bajar de los 500 a 1.000 millones de pesos, según las estimaciones que consultoras y asesores dejan trascender periódicamente.

Dicho esto, es indiscutible que los partidos del FITU han volcado recursos millonarios a sus campañas. Aun antes de contar los votos, el FITU podría autoproclamarse tercera fuerza en materia de gastos. Cabe preguntarse, sin embargo, si esta exhibición impúdica de candidatos en gigantografías es el método obrero y socialista de una campaña electoral. Se parece como dos gotas de agua al método de campaña de los partidos de las corporaciones capitalistas. No se percibe que los protagonistas de este tipo de campañas tengan por estrategia el derrocamiento de la burguesía y el establecimiento de la dictadura del proletariado. Todo lo contario sería que ese gasto estuviese empleado en grandes escuelas de cuadros y universidades obreras – lo cual supone financiar a elencos de ´profesores´ socialistas y proveer al sustento de los ´alumnos´ (obreros y obreras) para que puedan asistir a ´las clases´.

El exhibicionismo electoral sigue la traza del parlamentarismo que se ha fagocitado a la izquierda democratizante. Es una manifestación poderosa de la cooptación de esa izquierda por el parlamentarismo estatal. En esa medida, expresa el impasse histórico de esa izquierda, que sustituye la propaganda y la agitación por la publicidad y el slogan. No apela a la lucha de clases sino a una publicidad carísima de carácter auto-referencial (“tercera fuerza”). ´Contra el ajuste´ es otro slogan de una izquierda neo-keynesiana. Algo similar podría aplicarse a la campaña del Nuevo MAS, que propone “renovar a los renovadores” - ya vendrán “los renovadores de los renovadores de los renovadores”, y así hasta el infinito. Luego de rechazar unas PASO de toda la izquierda, siguiendo una agenda de debates, como propusimos desde Política Obrera, el FITU -que de todos modos no ha podido evitar ir a una interna- pretende competir en el mismo terreno y con los mismos métodos que los partidos de la burguesía. Los carteles más grandes, las sonrisas más amplias y la ´espontaneidad´ mal ensayada de los candidatos en la búsqueda quimérica de “generar empatía” con un electorado cada vez más empobrecido, son recursos típicos de las campañas de los políticos burgueses y pequeño burgueses. No era el método de campaña del FIT hasta 2015, ni tampoco del Partido Obrero. El aparato ha forzado la expulsión de 1.200 militantes para obtener las manos libres para esta orgía electorera.

La izquierda democratizante imita a los partidos patronales. El presupuesto de los spots es lo de menos, cuando se tiene en cuenta que su contenido despotrica contra “el capitalismo salvaje” (ver “Los Emuladores 2”, spot del Partido Obrero), un concepto inédito en el lenguaje político de la corriente de la cual fuimos fundadores. Pareciera reivindicar a un capitalismo civilizado, que arranca la plusvalía sin explotación. El cambio de significante (publicidad vacía de contenido) altera el significado (propaganda de lucha de clases y socialismo), y esto inevitablemente se traslada al programa político, como lo explicó con mucha claridad nuestro compañero Maxi Cortés en Política Obrera (“El programa del FITU”).

El medio mendocino aprovecha la metamorfosis de esta izquierda, para incorporarla al paquete de denuncias por ´irregularidades´ y ´falta de transparencia´ que se entrecruzan los partidos patronales entre sí. Vocero el macrismo, MDZ Online atribuye los gastos del FITU a una financiación provista por el kirchnerismo, con la clarísima intención de capturar para la ´opo´ a los votantes que se desgajan del gobierno de los Fernández, pero fundamentalmente para imponer la conclusión de que de la corrupción no se salva nadie – “corruptos somos todos”.

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