Escribe Bárbara Carrillo
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A principios del mes de enero, la comunidad de Almirante Brown se estremecía ante la noticia de que José Maidana quien fue carcelero del Centro Clandestino de Detención conocido como "El Vesubio", había sido liberado y caminaba impunemente por las calles de Adrogué. Maidana había sido condenado a 22 años y medio de prisión. Pero solo llegó a cumplir siete años de la condena. La libertad condicional fue otorgada, durante la feria estival, por la jueza Sabrina Namer, del tribunal oral federal número 4 de la ciudad de Buenos Aires. A pesar de la negativa del ministerio público fiscal y de las advertencias de la ex mujer y de uno de los hijos quienes señalaron "ciertos miedos a la reacción que pueda llegar a tener el mismo". Con respecto a esto, la jueza Namer le "advirtió" al genocida que evite situaciones de conflicto con su familia, en especial las que puedan ser enmarcadas dentro de la violencia de género. Y como corolario, se le impuso a Maidana "realizar un curso de violencia de género". Ignorando que este torturador le "pegaba especialmente a las mujeres, y mucho más si eran judías" como declaró un sobreviviente del Vesubio.
El repudio de los vecinos y organizaciones fue tal que se comenzó a convocar una serie de escraches apenas conocida la noticia. Uno de ellos fue convocado por la CTA Nacional e H.I.J.O.S de Almirante Brown, Lomas y Provincia. Pero esta acción tiene la particularidad de ser tardía (convocada para el 5 de marzo) y sobre todo de colocarse a espaldas del activismo.
Por su parte, la CTA Autónoma (dirigida por Rompiendo Cadenas), convocó a distintas organizaciones de derechos humanos del distrito, organizaciones antifascistas de fútbol, sobrevivientes del CCD el Vesubio y partidos de izquierda (FIT-U, Nuevo MAS, PSTU). Como Tendencia del Partido Obrero participamos de estas reuniones a través de nuestra compañera Cecilia García, integrante de Tribuna Docente tendencia. En el debate preparatorio a las actividades, quedó demostrada una clara diferencia entre la Comisión Directiva y las fuerzas de izquierda, por el carácter del documento. Si bien se denunciaba a la justicia burguesa, dejaba de lado la denuncia hacia el Estado. Pese a esto, decidimos participar de las diferentes convocatorias, que incluían una radio abierta y un escrache/señalamiento en el domicilio del genocida. Pero remarcando que no adherimos al documento oficial por dejar de lado la injerencia del FMI en el país y la autorización a las tropas norteamericanas a ingresar a nuestro territorio.
El 21 de febrero, participamos de la movilización que partió desde el ex Nacional de Adrogué hasta el domicilio de Maidana, con la consigna Cárcel común y efectiva para Maidana y todos los genocidas. De la misma participaron activistas de todo el distrito y contó con la presencia de Nora Cortiñas en la cabecera. Nuestra columna estuvo conformada por trabajadores de la serenísima, estatales y una nutrida delegación de compañeros del Polo Obrero (T).
Es en esta actividad que nos enteramos de la existencia de una declaración redactada por las fuerzas del FIT-U, a la cual nos invitaron a adherir los compañeros de Izquierda Socialista. La misma incluía todos los puntos que habían sido dejado de lado por la CD de la CTA-A, a excepción de un punto importantísimo: el fin de la persecución a los luchadores César Arakaki, Daniel Ruiz y Sebastián Romero y la absolución a los trabajadores de Kimberly Clark. Una vez incorporados estos puntos, decidimos adherir al mismo.
Finalizada la movilización, y luego de la lectura del documento oficial, un dirigente del PO “oficial” se acerca para pedir el sonido y poder así leer la declaración consensuada por las fuerzas de izquierda, recibiendo por respuesta una negativa por parte de la CTA-A. Es así como la declaración queda silenciada, y el dirigente del PO “oficial” se retira sin siquiera leer el documento a viva voz.
Días después de la movilización, nos encontramos con una nota publicada en Prensa Obrera, firmada por Facundo Sandoval, en la que, a pesar de tratarse de un balance de la movilización y del debate con la CTA-A, afirma que la "organización que responde a Altamira" -para referirse a la tendencia del Partido Obrero- se habría “integrado plenamente al funcionamiento amplio propuesto por RC y la CD". Esto es una mentira vergonzosa, ya que no solo no adherimos al documento de la Comisión Directiva, sino que además nos sumamos a la declaración de la izquierda, que no se reprodujo solo porque la comisión directiva negó el sonido para ello.
Llamamos a que se retracte y abandone esta actitud de intriga que no es propia de un militante revolucionario.