Escribe Walter Sánchez
¿Qué festeja el aparato del PO?
Tiempo de lectura: 2 minutos
Anoche, en el día de la votación y mientras se conocía la votación del FITU, los principales referentes de la lista interna 1A (PTS-IS-PO -O) hicieron un balance que debería ser considerado “llamativo”. En representación del PO aparato estuvo Romina del Pla que, en su alocución, sostuvo que la votación a la lista 1A refleja la disputa con el peronismo por la independencia política de nuestra clase. Esta declaración rimbombante parece un chiste en sí mismo. La campaña del FITU nunca fue más adaptada al régimen y como nunca estuvo desprendida de los intereses de la clase obrera. Las fotos con imágenes de los carpinchos del Nordelta o con los chanchos de origen chino o el debate de la legalización de las drogas, demuestra una campaña alejadísima de los problemas de la clase. Los videos en la red social Tik Tok -la mayoría dedicados a Milei para disputar la condición de “tercera fuerza”- demuestra que la campaña del FITU estuvo orientada a la juventud pequeño burguesa. Como admitió el PTS, ‘polarizaron’ con Milei por la medalla de bronce.
El año escolar empezó con todas las fuerzas del FITU defendiendo la “presencialidad segura”. El debate sobre la legalización de la droga, que el aparato introdujo por la ventana en un video para las redes sociales, se produjo en un contexto en el cual el narcotráfico tomaba por asalto los barrios (como denunciamos en el Barrio Uruguay o en La Cava, ambos de Béccar, San Isidro). Esto sobra como prueba de la lucha ficticia que libraron contra el peronismo. Antes que liberar a la clase obrera de la tutela del peronismo, debería hacerlo el FITU de la dependencia de Capitanich, Lammens-Tinelli e incluso de Netanyahu-Trump.
La campaña giró en torno a consignas vacías como “la tercera fuerza” o “somos el 80% de la izquierda”, que nada tienen que ver con la disputa con el peronismo. Una verdadera campaña socialista pone en la agenda aquello por lo que el FMI ha condicionado estas PASO: los derechos laborales y jubilatorios. Una campaña clasista contra la reforma laboral y previsional.
Por último, llama mucho la atención el tono triunfalista si tomamos en cuenta que PO sufrió derrotas terminales en Salta y en Córdoba. Allí donde ganó la interna lo hizo con el PTS a la cabeza (salvo Chaco y Santa Fe), además de perder lugares estratégicos como la provincia de Buenos Aires o no tener ninguna representación en los debates televisivos como los de TN. La disolución del aparato del PO en el PTS también es una renuncia a la lucha por la independencia política.
No hubo tal “disputa con el peronismo”. Lo que hubo es una adaptación bochornosa y cerrada, alejada de las reivindicaciones de la clase obrera y más alejada aún de un programa socialista. Hasta noviembre una verdadera campaña de independencia política debe tener como eje la coordinación, pronunciamientos, declaraciones para organizar a la clase contra las reformas que promueve la burguesía. Una campaña para poner en pie a la clase. Lo demás es palabrerío.