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En medio de la descomunal crisis laboral en la que se encuentra sumergida la ciudad de Azul, los operarios de Valle Viejo han ingresado en un umbral de desesperación, y es que, a la estafa que viene perpetrando la patronal se le suma el abandono y la complicidad del estado municipal. El 24 de diciembre del año pasado, el empresario Augusto Colombo se regocijaba con el envío de veintisiete telegramas de despido, guardándose en su manga otros tantos para operarios que aún continúan sin recibir un centavo, sin obra social y sin el pago de aportes.
La apelación del directorio de Valle Viejo SRL en cuanto a los despidos fue el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que contempla el pago de media indemnización. La firma sorteó sin dificultad el simbólico decreto presidencial de la “doble indemnización”, a pesar de la insistencia de los reclamos en las oficinas estatales la “emergencia ocupacional” se escucha como la conjunción de vocablos estériles para los trabajadores. Sin siquiera presentar un preventivo de crisis, y procediendo con una cesión de crédito a un tercero vinculado a la firma, el cese de actividades en Valle Viejo responde a una maniobra de vaciamiento y de estafa a los trabajadores. Los operarios afirman que los vínculos que Colombo tiene con “autoridades y organismos” le brindan la impunidad de proceder como le dé la gana, esta vinculación con el poder político, con capitales locales, y la burocracia de los sindicatos, es lo que le ha permitido hacerse de millonadas que deben estar en los bolsillos de los obreros.
El rol del sindicato ceramista fue clave en habilitar el desguace de la planta, dando la autorización para el traslado de las maquinarias, desentendiéndose de los despedidos, abandonando a los trabajadores, e intentando evitar cualquier medida de fuerza por parte de los afectados. La firma instalada en el barrio Villa Piazza desde el año 1992, había comenzado el proceso de vaciamiento en el año 2015, siendo el gremio un testigo silencioso de tal maniobra, supliendo en ocasiones la desidia patronal.
El estado municipal ha operado ilegalmente con el empresario Colombo, quien a pesar de declarar el cese de actividades en la planta continuó con la extracción de piedras en un predio perteneciente a la empresa. Esto sucedió durante el proceso de campaña electoral, cuando la gestión Bertellys -Vieyra dispuso en la ciudad una escenografía de asfaltado en el radio céntrico. Los trabajadores advirtiendo esta situación le exigieron al ejecutivo que al menos les permitieran operar en la extracción de la piedra, pero su pedido fue denegado. Es decir, que el intendente y los funcionarios competentes en el asunto han arbitrado abiertamente en favor de un parásito que sigue reproduciendo su capital, en lugar de embargar y expropiar sus bienes bajo el control de los trabajadores. Por otro lado, Carlos Peralta (subsecretario de Desarrollo Social) ha hecho caso omiso a la situación de vulnerabilidad de los despedidos, el área no ha facilitado los subsidios de desempleo, como así tampoco, ningún tipo de paliativo a los trabajadores que se encuentran incluso sin poder sufragar los servicios básicos. Las negociaciones del ministerio de trabajo han sido totalmente estériles, dando pie a Colombo para poder llevar adelante despidos extorsivos en una escribanía local.
La millonada que se les adeuda a los 63 trabajadores debe ser saldada en forma urgente, los desembolsos que ha realizado la firma catamarqueña son miserables y no alcanza a la totalidad de los trabajadores, la situación de irregularidad que viven los ceramistas es insoportable. La ciudad de Azul ha demostrado su solidaridad con las causas obreras, principalmente en las puebladas y cortes de ruta en defensa de Fanazul. Vamos por la regularización de los trabajadores de Valle Viejo, ante los despidos ocupación de la planta, por el pago de lo adeudado a los trabajadores, y la reincorporación de los despedidos. Azul no puede permitirse otro cadáver productivo.