Escribe Marina Mendieta
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El mes pasado se informó al conjunto de los trabajadores de las autopistas que la paritaria que se inició en junio pasado estaba cerrada. Con el reciente retorno de Facundo Moyano al gremio se anunció de modo rimbombante un aumento “que le ganaba a la inflación”. Pero nada se dijo sobre el bono de fin de año que se nos quitó después de nuestro trabajo sistemático en pandemia como “esenciales”.
En estos días, tras la salida de Moyano del Frente de Todos, y después de la derrota electoral del gobierno, los trabajadores y trabajadoras del gremio nos enteramos que la paritaria, anunciada con bombos y platillos, no había sido firmada.
A la irregular situación que tenemos desde hace meses, con un sindicato aceptando múltiples renuncias y ninguna información clara, ahora le sumamos inconsistencias en lo que respecta a nuestro salario.
En una situación tan acuciante como la que vivimos, con inflación del orden del 50% y con miras a meses de profunda inestabilidad por delante, el SUTPA lanzó de urgencia una asamblea informativa para indicar que se realizarán paros de una hora en los momentos menos transitados del día -una medida de dudosa efectividad. Los delegados informaron que la empresa no quiere largar un centavo hasta que no aumenten las tarifas. Con una paritaria que no termina de definirse, la incertidumbre salarial es absoluta.
Otro importante factor en la discusión es que quieren liquidar al personal eventual, cuyo vínculo con la empresa se extiende de forma irregular.
AUSOL viene amenazando con estos ajustes desde la paritaria anterior: “cuando el gobierno aumente las tarifas nosotros pagamos” (el año pasado se retardó el aumento por esta misma cuestión). A ello, se suma ahora el despido de compañeros eventuales, trabajadores que tienen tres o cuatro años de antigüedad con contratos basura.
Como se ve, no quieren largar el aumento salarial, pero piden que aumenten el peaje y los servicios. AUSOL es una empresa que está en pleno litigio, porque se le otorgó una garantía de ganancia de más de 1.700 millones de dólares por tarifas futuras.
Mientras el gobierno mueve su gabinete porque “escucha” al pueblo, Moyano hijo renuncia a su banca y comienza la gira sindical para su armado político propio. Todos juntos cuecen una reforma y flexibilización laboral que tiene a Facundo como uno de sus principales animadores.
Los y las trabajadoras del peaje necesitamos un aumento urgente de salario, con actualización por inflación. Impulsemos asambleas para ir a la huelga por un salario igual al costo de la canasta familiar.