Escribe Pablo Busch
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Las elecciones en el STIA Buenos Aires se realizarán el 29 de setiembre, luego de casi dos años de postergaciones por la cuarentena, en las fábricas alimenticias de la Ciudad Autónoma y el primer cordón de la Provincia de Buenos Aires. Se presentan tres listas: la Verde, encabezada por Rodolfo Amado Daer; un frente de agrupaciones de lucha, la lista Bordó-Naranja-Transparente y la lista Celeste y Blanca animada por la Comisión Interna de Mondelez Pacheco.
La elección no puede analizarse sin hacer un balance de como atravesó el Stia la pandemia. A diferencia de otros rubros, el sector alimenticio fue declarado esencial desde el día 1 de la cuarentena, a pesar de que el por lo menos la mitad de las fábricas beneficiadas no producen ningun alimento esencial (golosinas, chocolatería, confituras, etc). Esto representó por un lado, un beneficio extraordinario para las empresas del sector, que continuaron produciendo mientras el resto de la industria se detuvo. Por el otro, la esencialidad significó una exposición superior de los trabajadores alimenticios al virus, privados de cualquier derecho de cuarentena, con sus consecuentes contagios masivos, trabajadores internados y varios obreros muertos. Desde el inicio de la cuarentena en varias fábricas hubieron manifestaciones denunciando la esencialidad trucha y en otras la ausencia de protocolos sanitarios adecuados. La conducción del STIA Buenos Aires no cuestionó en ningún momento el dictamen trucho de esencialidad: incluso llegaron a presentarlo como un beneficio para los trabajadores -al evitar ser suspendidos percibiendo solo el 75% del salario, un perjuicio contra los trabajadores que el mismo Daer pactó con la Uniom Industrial Argentina.
Por otro lado, el beneficio extraordinario recogido por las patronales de la alimentación -algunas con picos de producción- no tuvo ninguna repercusión a la hora de la discusión salarial. La conducción de la Federación -encabezada por Morcillo, del STIA Córdoba, pero donde el qué corta el bacalao es Rodolfo Daer- pactó un incremento salarial del 0% para el primer trimestre de la pandemia (mayo/junio/julio de 2020) y un 6% de miseria para Agosto. Los acuerdos posteriores, con tres cláusulas de revisión de por medio, dejaron a los trabajadores de la alimentación perdiendo frente a la inflación.
La esencialidad otorgada para el trabajo alimenticio no cesó con la sangría de puestos de trabajo. Al cierre de PepsiCo, donde la conducción de la Verde gestionó los despidos en común con la patronal yanqui, siguieron despidos y cierres en distintos establecimientos. Los despidos masivos en la ex-Farm Frites cierre de Fargo Pacheco, Fargo Bertrand y el reciente cierre de Bimbo Victoria contaron con el guiño cómplice de la Verde. Lo mismo que las contrataciones truchas por agencia o las tercerizaciones masivas en Mondelez. La patronal de Alijor no paga los salarios y los trabajadores van a la huelga a pesar de la amenaza pública de la empresa de cerrar definitivamente el establecimiento. La Directiva del STIA no tiene en agenda la defensa de los puestos de trabajo, por lo que llega a una elección con un Sindicato semi-vaciado y un padrón de electores reducido a casi la mitad.
Toda esta gestión común entre la Verde y las patronales de la pandemia, los despidos y el salario, han contado con el apoyo político explícito de quienes ahora han conformado la Lista Celeste y Blanca, que han votado a favor de las paritarias de miseria, en nombre de "la unidad del campo popular" con Daer, las patronales y la embajada yanqui.
Los dirigentes de la CyB no serán ricos como Daer y compañía, pero defienden la misma agenda antiobrera. Han levantado de la mano del Gobierno los paros votados en asamblea en defensa de la salud: por último, ha rechazado cualquier posibilidad de integrar una lista opositora única. La CyB ha animado, en común con sectores de la Verde, un reagrupamiento político de conciliación de clases, trabajadores de la Alimentación en el Frente de Todos, que han mandado a guardar para mejores épocas a la luz de la crisis del gobierno. Como se ve, la presentación de la CyB es una colectora de la Verde de Daer.
De la confluencia fe distintos procesos de lucha de fábricas de la Alimentación ha surgido la lista Bordó/Transparente/Naranja, compuesta por distintas agrupaciones de trabajadores vinculadas a la izquierda. En las dos plantas de Mondelez la lista Bordó actúa como principal fuerza de oposición a la Verde en Planta Victoria y a la Celeste y Blanca en Planta Pacheco. La Agrupación Transparente está organizada alrededor de la Comisión Interna de Felfort, principal planta alimenticia de la CABA. La Naranja del STIA Buenos Aires fue construida alrededor de la Comisión Interna de Lodiser, de su lucha por el descanso de los fines de semana. Por una maniobra de la dirección del STIA los delegados fueron destituidos y los trabajadores dejados sin delegados durante toda la pandemia, a pesar del trabajo presencial.
De conjunto, la presentación de una lista vinculada a la izquierda en uno de los principales sindicatos industriales del país expresa un potencial enorme para un desarrollo clasista.
La votación del STIA Buenos Aires se da en el punto más alto de la discusión de una nueva reforma laboral, cuyo eje central es la eliminación de las indemnizaciones por despido y también el punto final a los planes sociales. Sobre esto se discutió largo y tendido en la reunión organizada por la Embajada de los Estados Unidos de la que participó Daer el pasado fin de semana. Por eso el STIA ya se anotó a la cabeza para que las empresas puedan contratar a los desocupados con planes sociales. ¿Cuál es el beneficio? Que después del sexto mes de trabajo, el patrón pasa a pagar sólo la mitad del salario mínimo, convirtiendo el plan en un subsidio al capital. Entre los rubros apuntados para el "Plan Empalme" están los más explotados del país: los textiles, los rurales y los alimenticios.
El desafío de las agrupaciones opositoras, en primer lugar de la Naranja, es la organización de la lucha contra la reforma laboral en ciernes; denunciando el balance de la gestión de la pandemia, del salario y los puestos de trabajo. Con pronunciamiento de trabajadores y cuerpos de delegados, luchar por la organización de un Congreso Obrero que de una respuesta de clase a la crisis nacional, alrededor de la defensa de un salario y una jubilación equivalente a la Canasta Familiar de 130 mil pesos.
Debemos explicar a todos los trabajadores la confrontación estratégica que anida en las elecciones; que el voto por la Bordó-Naranja-Transparente es un voto en defensa propia, porque un triunfo de la Verde reforzará la agenda de nuestros verdugos; la reforma laboral, los salarios de hambre y los despidos.