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La empresa Toyota busca implementar un nuevo regimen de trabajo semanal, que establece el trabajo obligatorio los sábados. Los trabajadores pasarían a un sistema rotativo de 5x2 (cinco días trabajados por dos de descanso), con franco fijo los días domingos y un franco semanal. Los trabajadores se niegan a asistir los días sábados por el impacto del Impuesto a las Ganancias. La empresa ofrece pagar $8.000 adicionales por cada sábado trabajado -actualmente las horas se pagan con el recargo del 50%- y la efectivización de unos mil contratados. El SMATA ha aprobado la reforma y en dos semanas se realizará una asamblea para que los trabajadores lo ratifiquen.
El convenio colectivo del SMATA hace rato que ha dejado de regir: cada empresa discute, de acuerdo a sus necesidades, los regímenes de trabajo, premios y contrato. Los convenios por empresa han sustituido al convenio de rama. En Toyota la empresa impuso, por ejemplo, un sistema de premios al presentismo que penaliza la falta un día a la fábrica con la pérdida de cuatro meses de premio.
Uno de los últimos derechos que asiste al trabajador de Toyota en el convenio de empresa es no hacer horas extras los días sábados. El artículo 31.2 del convenio dice con claridad que “la jornada habitual del trabajo será de lunes a viernes con los siguientes horarios: trabajando en un solo turno, de 8 a 17:10. Trabajando en dos turnos de 6 a 15:10 y el 2do turno, de 15:40 a 00:11hs” (CCT 1482-2015). Los trabajadores hacían uso de ese derecho para evadir el pago del Impuesto a las Ganancias. Por el sistema de producción propio de la cadena de montajes, bastaba que un 15% de la fábrica no asistiera para que la misma no pueda funcionar.
La actualización del piso del impuesto a las ganancias -primero a 150 mil pesos y ahora a 175 mil- no tuvo el impacto que buscaban las empresas. Ocurre que, por un lado, la actualización por paritarias volvió a meter al grueso de los trabajadores en la franja que paga el impuesto y, por el otro, las cargas de familia y las deducciónes tampoco fueron actualizadas. El impuesto se lleva el 31% de lo que perciban por arriba del piso.
La modificación del regímen de turnos de lunes a viernes afecta aun más la vida social y familiar de los trabajadores, ya alterada por los turnos rotativos entre turno tarde y turno mañana. Ningún trabajador de Toyota tiene, por ejemplo, debido a este régimen de turnos, la posibilidad de estudiar. Una empresa que se queja públicamente de la falta de cultura del estudio, lo obstaculiza todavía más.
En su propuesta, la empresa se compromete a efectivizar a alrededor de 1.000 operarios que están trabajando por agencia. Estos trabajadores tienen varios años de trabajo en la planta. Los contratos por agencia -en la modalidad a plazo fijo- pueden extenderse hasta 5 años sin necesidad de efectivizarlos. La existencia de 1.000 trabajadores de agencia en la planta de Zárate, todos ellos con secundario completo, desmiente por sí sola las afirmaciones del CEO de Toyota, Herrero, de que “se perdió el valor del secundario” – que, dicho sea de paso, Toyota no paga. Las 1.000 efectivizaciones que serán presentadas por el SMATA como una gran conquista son, en realidad, el pase a planta de trabajadores que son efectivos, desde el punto de vista de la justicia laboral, desde hace varios años.
El nuevo acuerdo, dice SMATA-Toyota, será presentado ante la asamblea de trabajadores para su aprobación en dos semanas. Pero lo que va a hacer el Smata es reunir a los trabajadores de planta, a la vista de la patronal, sin otro orador que el Secretario General. Es así desde que la planta Toyota se instaló en el país: en ninguna reunión tomaron la palabra los trabajadores. La regimentación de los trabajadores de Toyota es una olla a presión.
El ataque al regímen de descanso de los trabajadores de Toyota se inscribe en una linea general de la clase capitalista.