Pongamos en pie a los secundarios contra el ajuste del FMI

Escribe Nicolás Morel

Tiempo de lectura: 2 minutos

En medio de la crisis política abierta a partir del resultado de las PASO, el gobierno ha enviado al Congreso el Presupuesto 2022, el cual representa un ataque a la educación pública en su conjunto.

El nuevo presupuesto licúa los fondos destinados a la educación: prevé un aumento de sólo el 5% en un año en el cual el propio gobierno estima que la inflación se ubicará por encima del 30%. Un ataque sin filtro, el cual se suma a recortes de años anteriores y a la devaluación de los contenidos de estudio.

Educación o FMI

El objetivo de este ajuste es hacerse de fondos para pagar la deuda con el FMI. Esta semana el gobierno pagará 1.905 millones de dólares al Fondo, equivalente al tipo de cambio actual a la mitad de lo que será destinado a educación durante la totalidad del 2022. Una muestra de la política de “reducción del déficit” defendida por el gobierno nacional.

Mientras tanto, la situación de los colegios secundarios es insostenible. El retorno a la presencialidad ha demostrado que la situación edilicia de la gran mayoría de los establecimientos de CABA -que ya era dramática antes de la pandemia- ha empeorado, fruto del olvido y la falta de reparaciones a la que se condenaron a las escuelas durante los últimos dos años. A nadie se le escapa que, en este cuadro, es imposible recuperar los contenidos que se perdieron durante la pandemia. Un retroceso en el presupuesto destinado a la educación trae consigo una profundización de la crisis en la que nuestras escuelas se encuentran sumidas.

Por asambleas y centros de estudiantes independientes

No es extraño el silencio que se registra de parte de la CEB y su conducción K en torno a esta crisis. Han transcurrido toda la pandemia sin poner en pie siquiera una asamblea en defensa de las condiciones de cursada, las cuales sufrieron un ataque monumental mediante la implementación desastrosa que el gobierno de la Ciudad ha hecho de la virtualidad: mucho menos del retorno a la presencialidad en pleno pico de contagios durante este año. Esta ausencia de una orientación terminó llevando a la disolución de una parte de los centros de estudiantes de CABA. La tregua que la dirección kirchnerista de la CEB le otorgó a Larreta busca ahora ser replicada con el gobierno nacional, omitiendo cualquier mención o llamado a la organización frente al ajuste que se viene: la consecuencia de una dirección que se adapta a los ataques a la educación de los gobiernos de turno.

Las tareas que el movimiento secundario tiene por delante reclaman la convocatoria de asambleas en los lugares de estudio para discutir cómo organizar el cumplimiento de nuestros reclamos, así como también la puesta en pie de centros de estudiantes y cuerpos de delegados democráticos e independientes de las autoridades y del gobierno, los cuales puedan tomar en sus manos la defensa de la educación pública en unidad con los docentes.

El retorno a la presencialidad ha puesto de relieve con aún más fuerza una realidad: en este cuadro de vaciamiento educativo y ajuste no hay condiciones para poder aprender. Esta conclusión va siendo procesada por grupos de activistas a lo largo de la Ciudad, los cuales toman en sus manos la tarea de organizar sus colegios en defensa de la educación.

Desde la UJS Tendencia proponemos: vamos por asambleas para discutir nuestros reclamos y el método para conseguirlos. Por centros de estudiantes independientes del gobierno y las autoridades para enfrentar el ajuste del FMI. Por la unidad con el movimiento docente -que viene de protagonizar huelgas y luchas contra la presencialidad en pandemia- en defensa de la educación.

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