Alerta Salud: Larreta y AMM avanzan en un acuerdo a nuestras espaldas

Escribe Julián Asiner

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Esta semana, la conducción de la Federación de Profesionales, que nuclea a las diferentes especialidades mal llamadas “no médicas” que intervienen en el sistema de salud de CABA (Psicología, Nutrición, Trabajo Social, Kinesiología, Antropología, Sociología, Comunicación, solo para mencionar algunas), denunció que fue excluida de una serie de reuniones mantenidas entre el Ministerio de Salud del gobierno de Rodríguez Larreta y la conducción de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) que dirige el radical Jorge Gilardi.

Cláusula gatillo y pérdida salarial

La exclusión de la Federación viola los acuerdos paritarios de 2019, que aseguraban la participación de las diferentes asociaciones firmantes. De hecho, la paritaria está vencida desde diciembre pasado, cuando se debería haber debatido y firmado un nuevo acuerdo para este año, lo que viene siendo postergado por decisión del gobierno de Larreta. Las reuniones con AMM vendrían a saldar una diferencia que los gremios mantenían con el Ejecutivo, con relación al pago de la cláusula gatillo del mes de diciembre. Según trascendió, ésta se abonaría en dos cuotas no remunerativas y el objetivo del gobierno porteño es que no forme parte del salario base que se toma para calcular los aumentos de 2020.

La componenda privada entre Rodríguez Larreta y Gilardi es extremadamente costosa para lxs trabajadores de la salud. Según los cálculos realizados por la Asociación de Profesionales del Servicio Social (APSS), lxs profesionales de la salud acumulamos una pérdida salarial en los últimos dos años del 21,2%. A los magros acuerdos firmados en 2018 y 2019, se añade el hecho de que las cláusulas gatillo no son retroactivas, por lo que solo recompensan lo perdido con la inflación al final del período, nunca lo perdido en los meses anteriores. Si la comparación se realiza con el valor del dólar, la situación del poder adquisitivo de nuestros salarios es simplemente de derrumbe.

El acuerdo privado entre Larreta y AMM en torno a la cláusula de diciembre anticipa que buscarán adoptar el mismo método para imponer salarios a la baja en la paritaria de este año. Como telón de fondo de este pacto opera la política del gobierno nacional de los Fernández, que está empeñado en patear las paritarias con sumas fijas, liberando el terreno para la negociación con los bonistas y el FMI –a la que lxs trabajadores deberíamos ajustar nuestras pretensiones después. De Cavalieri a Baradel, toda la burocracia sindical está plegada a garantizar este esquema anti-obrero.

Lucha y plan de lucha

Mientras Larreta y Gilardi conspiran, el movimiento de lxs trabajadores de la salud sigue su curso. Este lunes 2 de marzo tendrá lugar un paro y movilización a la Legislatura de enfermería, organizado desde abajo contra las trabas de la burocracia de Sutecba –la otra gran aliada de Larreta. También pararemos residentes y concurrentes y nos volveremos a movilizar a un Ministerio de Salud que se niega a dar respuestas a nuestros reclamos. El martes 3 será el turno de lxs trabajadores de la salud mental, que marcharán a la Jefatura de Gobierno para rechazar el plan de compactación (ajuste) de sus hospitales.

En rigor, todas las reivindicaciones en juego forman parte de las negociaciones paritarias y estarán condicionadas por ellas. Por ejemplo, un aumento salarial para residentes o la reducción de nuestra inhumana jornada laboral (¡100 horas por semana!), son temas que tendrían que debatirse en esa instancia. Lo mismo ocurre con el otorgamiento del salario para lxs concurrentes, o el pase a carrera de enfermería –todas cuestiones que hacen a la masa salarial y las condiciones de trabajo. Por eso un error aceptar la fragmentación sectorial a la que nos induce el Ejecutivo, como ocurrió en la última asamblea de residentes y concurrentes cuando la agrupación del PO oficial se esforzó por bloquear una confluencia con la movilización de enfermería.

El plan oficial es claro: dilatar las reuniones por sectores para desmoralizar al movimiento y agotarlo. En ese camino promueve activamente la división entre profesionales médicos y no médicos, con la colaboración entusiasta de la burocracia de AMM y los directores de los hospitales. En paralelo, su objetivo cerrar un acuerdo paritario con AMM y Sutecba que le permita poner un punto final al movimiento de lucha de la salud que comenzó contra la carrera profesional en 2018 (enfermería) y se redobló en diciembre pasado contra la ley de residencias. El pago cuotificado de la cláusula de diciembre apunta a calmar las aguas para lograr este propósito estratégico.

A este plan lxs trabajadores de la salud necesitamos oponerle nuestra propia política. La única vía para torcerle el brazo a los acuerdos privados es el paro y la movilización conjunta de todos los sectores afectados. El Congreso Extraordinario de la Federación de Profesionales, que sesionará el próximo jueves 5, tiene el desafío de tomar las iniciativas de lucha que le permitan revertir su exclusión de las negociaciones. Un paro de protesta, preparado con asambleas en todos los hospitales y centros de salud, que no distingan entre especialidades, agremiaciones o formas de contratación, podría ser el punto de partida para poner en marcha un plan de lucha progresivo que nos permita imponer nuestros reclamos. Como hicimos en diciembre, podemos derrotarlos si vamos a una lucha decidida.

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